Entrevista a José Ramón Jiménez | presidente de la Fundación de Escuelas del Ave María

"La propuesta educativa del Ave María está en la vanguardia, incluso 130 años después"

  • Unos 4.000 alumnos recuerdan cada 30 de noviembre la figura del pedagogo Andrés Manjón, fundador de las Escuelas del Ave María

  • El Vaticano reconoce las "virtudes heroicas" del padre Manjón nombrándolo venerable, paso previo a su beatificación

“La propuesta educativa del Ave María está en la vanguardia, incluso 130 años después”

“La propuesta educativa del Ave María está en la vanguardia, incluso 130 años después” / G.H. (Granada)

Cada 30 de noviembre, festividad de San Andrés, las Escuelas del Ave María recuerdan la memoria de su fundador, el padre Andrés Manjón, un sacerdote burgalés que, afincado en Granada, alumbró una de las instituciones educativas centenarias de la ciudad y con las que consiguió revolucionar, desde la pedagogía, la formación del profesorado y la educación elemental. 130 años después de la creación de su gran obra, y a punto de cumplirse el centenario de su muerte, el papa Francisco reconoce al padre Manjón como “siervo de Dios”, una distinción que otorga la Iglesia como paso previo a su beatificación.

Juan Ramón Jiménez Cuesta, presidente del Patronato Fundación de las Escuelas del Ave María, subraya la importancia que tiene este nombramiento para la institución que dirige, considerándolo como “una cuestión de justicia donde se pone en valor la vida ejemplar de don Andrés, quien vivió luchando por una sociedad más libre y más humana; y donde se alcanza la primera meta de un camino que esperamos que concluya en su beatificación. Qué mejor premio para quién dio su vida por los alumnos del Ave María”.

A pesar de las condiciones sanitarias, toda la comunidad educativa -profesorado, alumnado y familias- celebra hoy la onomástica del fundador. “Cada 30 de noviembre -asegura el presidente del patronato- hay actividades lúdicas, deportivas y entrega de reconocimientos a colaboradores y trabajadores del centro, pero este año por las razones que todos sabemos habrá que reducir la agenda: celebraremos una eucaristía de acción de gracias y, por supuesto, no faltará algo que se ha hecho en los centros avemarianos desde siempre, la entrega de un bollo y chocolate a todo el alumnado”.

9 centros, 350 profesores y 4.000 alumnos dan hoy vida al sueño que tuvo el padre Manjón. Pero, ¿ha cambiado el espíritu pedagógico del fundador? Jiménez Cuesta asegura que no: “En los más de cien años de la institución, la prioridad sigue siendo atender a las necesidades primarias de los alumnos y también de las familias. Por eso, además de la formación educativa disponemos del Fondo Solidario Avemariano donde, por medio de docentes voluntarios, conseguimos ayudar a las familias con cuestiones como el material escolar, el transporte o la comida”.

Vista panorámica de la Escuela del Ave María San Cristóbal Vista panorámica de la Escuela del Ave María San Cristóbal

Vista panorámica de la Escuela del Ave María San Cristóbal

-Con centros en Granada, Albolote y Motril, ¿qué perfil tiene el alumnado del Ave María?

Los nueve centros acogen a un amplio abanico de alumnos de todo tipo de edades, perfiles sociales e identidades religioso-culturales, presentando una idiosincrasia según la zona geográfica en la que se encuentran y según los niveles de estudios que se imparten.  

"Si desapareciera la concertada, la única alternativa a la educación pública sería la privada que solo puede pagar un sector de la población"

-Al abrigo de la nueva ley educativa y con la mirada puesta en la educación concertada, ¿qué vientos corren para el Ave María?

-Somos una institución centenaria, que bajo el ideario manjoniano, apostamos por una educación en valores, global, integradora e inclusiva; siempre plural y gratuita en todas las etapas, desde Educación Infantil hasta los grados de formación superior, pasando por los programas de educación especial y de Transición a la Vida Adulta y Laboral (PTVAL). Si desapareciera la concertada, la única alternativa a la educación pública sería la privada que solo puede pagar un sector de la población. 

- Pero más allá del reconocimiento social que tiene la institución, ¿cómo sobrevive?

-Nuestra economía se mueve en el plano de la supervivencia. Como fundación sin ánimo de lucro que somos, todos nuestros recursos revierten en la mejora de nuestros centros.

"La riqueza del Ave María está en el carisma de nuestros centros"
El busto de Andrés Manjón en la Escuela del Ave María San Isidro El busto de Andrés Manjón en la Escuela del Ave María San Isidro

El busto de Andrés Manjón en la Escuela del Ave María San Isidro / G.H. (Granada)

El proyecto educativo del padre Andrés Manjón ha sido un referente para los estudios pedagógicos, por entender la educación como un elemento integral del ser humano que trasciende más allá de la adquisición de conocimientos y que pasa por alimentar inquietudes, formar en valores y extender la labor educativa a las familias y al resto de la sociedad.

Por tal razón, José Ramón Jiménez remarca el valor del ideario de las Escuelas del Ave María: “La riqueza de la institución no pasa por los recursos sino por el carisma de nuestros centros, basados en la doctrina de Andrés Manjón. Su pedagogía puede ocupar cientos de páginas pero se resume en claves sencillas: la formación integral del alumno y lo que hoy conocemos como Educación Activa; es decir, el alumno como protagonista del proceso educativo”. 

"Muchas propuestas educativas de don Andrés se pueden considerar aún en la vanguardia, incluso 130 años después de que él las ideara"

¿Educar jugando? La 'gamificación' es una de las estrategias educativas que hoy se muestran en boga y en la cual el alumnado puede poner en marcha la aplicación del aprendizaje por medio de juegos y nuevas tecnologías. Para los 'avemarianos' nada que no se refleje en lo que, en su momento, ideara el santo fundador: “Muchas propuestas educativas de don Andrés se pueden considerar aún en la vanguardia, incluso 130 años después de que él las ideara. Las 'aulas manjonianas', con actividades al aire libre, donde se aprendía jugando con mapas o figuras del cuerpo humano, son prueba de ello”, concluye el presidente de la fundación.

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