Sucesos

Juzgan a una 'madame' que pagaba a las prostitutas con cocaína

  • La Fiscalía pide once años y medio de prisión a la persona que regentaba una casa de citas y un club en Granada

Juzgan a una 'madame' que pagaba a las prostitutas con cocaína.

Juzgan a una 'madame' que pagaba a las prostitutas con cocaína. / G. H.

La prostitución en domicilios se ha convertido ya en una pauta a nivel nacional, aunque algunos clubes siguen resistiendo. Pero, además, el binomio drogas-prostitución va siempre unido y en los últimos años ya es una pauta que la Policía Nacional imputa a los detenidos por explotación sexual, también por delitos de tráfico de drogas". 

Y el último caso que se juzga en Granada sigue a pies juntillas este modelo. La Fiscalía ha solicitado en sus conclusiones provisionales penas de prisión de entre 7 y 11 años y medio para cuatro acusados de trabajar en dos locales de Granada donde se ejercía la prostitución, cuyo ejercicio se daba en condiciones de "semiesclavitud", y la venta de cocaína.

La principal acusada, Luz Estela A.F., nacida en Colombia, se enfrenta a una petición del Ministerio Público de once años y medio de prisión y multa de 10.500 euros por delitos de prostitución activa y contra la salud pública, los mismos a los que se enfrenta la acusada Alexandra S.C., de Brasil, para la que se solicitan 8 años y medio de cárcel y multas de 6.500 euros.

Los otros dos acusados, que serán juzgados junto a las anteriores a partir del próximo 7 de mayo en la Sección Primera de la Audiencia de Granada, son Hamid B.A., de Marruecos, y Serigne C.D.K., para los que se piden 7 años de prisión y multa de casi 4.000 euros por un delito contra la salud pública.

Según recoge el escrito de acusación, al que ha tenido acceso Efe, la acusada Luz, con la finalidad de lucrarse con la explotación sexual ajena y de enriquecerse con el tráfico ilícito de cocaína, regentaba una casa en la calle San Jacinto y un club en la calle Marqués Don Gonzalo, ambos de Granada, donde se ejercía la prostitución y se ofrecía y vendía cocaína a los clientes.

En ambos lugares ejercía la prostitución una testigo protegida que tomó esta decisión debido a su dependencia de la cocaína, circunstancia conocida por ambas acusadas y de la que aprovecharon para imponer condiciones abusivas en el ejercicio de esta actividad.

El precio por los servicios, según recoge Efe,  50 euros una hora y 100 euros una hora, se le abonaba no en dinero sino en cocaína, y se aumentaba falsamente la cantidad supuestamente entregada para generar una deuda que la testigo era incapaz de pagar, entre otros extremos porque su dependencia aumentó significativamente.

Según la Fiscalía, el ejercicio de la prostitución se deba en condiciones de semiesclavitud, ya que estaba obligada a pernoctar en la casa de lunes a viernes y disponible a cualquier hora para exhibirse junto a otras mujeres, en ropa interior ante el cliente para ser elegidas en una especie de pasarela.

Igualmente, en ambos locales la testigo protegida estaba obligada a ofrecer cocaína a los clientes a razón de 60 euros el gramo, de la que se hacían numerosas ventas.

En ocasiones, algunos clientes llegaban a pernoctar en la casa varios días consumiendo esta droga, que era custodiada por ambas acusadas.

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