Hace ahora diez años que se desplazó a Granada la entonces consejera de Cultura en Andalucía Carmen Calvo para anunciar a los granadinos un gran proyecto: la construcción de un nuevo espacio público, un paseo salpicado de hitos arqueológicos junto a la Muralla Zirí del Albaicín. Se trataba de poner en valor una de las construcciones más antiguas que quedan en la ciudad y hacerla accesible.

Desde entonces ha pasado una década y del paseo sólo hay una excavación arqueológica a medio terminar que ha servido para demostrar que es necesario empezar de nuevo. Es decir, las conclusiones técnicas ponen de manifiesto que el proyecto de obras hay que rehacerlo por completo y que es necesario volver a adjudicar la obra a una empresa.

En todo ese tiempo se había avanzado sobre todo en trámites burocráticos que ahora habrá que volver a empezar. En 2000 se firmó un acuerdo de financiación entre la Junta y el Ayuntamiento (gobernado entonces por el PSOE) que ahora el gobierno local del PP da por zanjado.

En todo este tiempo se han hecho y tramitado seguimientos arqueológicos, convenios de ejecución, informes favorables de todas las partes a cada iniciativa, un concurso de adjudicación desierto y hasta dos incrementos en el presupuesto inicial. El resultado de todo eso es que hasta 2006 no inicia las obras la empresa adjudicataria. Luego fue el propio Ayuntamiento de Granada quien pidió paralizar las obras para analizar un informe de la Real Academia de las Bellas Artes. Se realizan trabajos arqueológicos y en 2008 se vuelve a parar la obra.

Han surgido todo tipo de inconvenientes como la necesidad expresada por los técnicos de actuar en el trasdós de la muralla antes de hacer el paseo, demoler un edificio municipal en el entorno o hacer un sondeo arqueológico junto al Aljibe del Rey. El resultado es que es necesario redactar un proyecto nuevo y contratar a otra empresa, cosa que la Junta había empezado a tramitar cuando el Ayuntamiento ha decidido dar por zanjado el acuerdo.