La Diputación de Granada participa en un proyecto para recuperar las alamedas de la Vega, una iniciativa con casi tres millones de presupuesto centrada en la plantación del chopo, vinculado a la identidad cultural y el paisaje locales, que sirve para crear un pulmón de oxígeno en el Área Metropolitana.

El plan se enmarca en el Programa Life para mitigar el cambio climático y busca recuperar las alamedas de la Vega de Granada para mejorar la biodiversidad de la zona y rebajar la carga de carbono a largo plazo.

En el programa participan la Diputación granadina, las universidades de Granada y de Santiago de Compostela, la Confederación de Organizaciones de Selvicultores de España y Spin off 3EDATA y cuenta con un presupuesto de 2,9 millones de euros, de los cuales la Unión Europea financia el 55 %.

La Diputación de Granada participa en las tareas de gestión, seguimiento y difusión del proyecto y de sus resultados y asumirá la creación de un vivero local de planta certificada.

Para este punto, cederá una hectárea de su vivero provincial ubicado en la Finca de Fuente Vaqueros donde se plantarán dos clones certificados de chopos con dos usos, uno para la producción de madera de alta calidad y otro para la reforestación de riberas y otras zonas de la comarca.

Este proyecto tiene el objetivo de plantar cultivos herbáceos intensivos y absorber más CO2 para luchar contra el cambio climático y se ha elegido el chopo porque siempre ha formado parte del paisaje, la economía y la identidad cultural de la comarca y porque actuará como un pulmón de oxígeno en el Área Metropolitana.

El programa servirá para mejorar la competitividad de las choperas mediante pagos por absorción de CO2 y dará valor añadido a la madera, permitirá recuperar bosques de choperas en ribera, plantados con selvicultura y producción sostenible, y creará una agrupación de ecoproductores, entre otros objetivos.

La diputada de Empleo y Desarrollo Sostenible, Ana Muñoz, ha recordado en un comunicado que estas plantaciones se han visto reducidas en las dos últimas décadas hasta estar en peligro de extinción por la escasa rentabilidad de los usos actuales.

"Una pérdida que agrava los niveles de contaminación de Granada y sus alrededores, colocándose como la tercera ciudad que más contamina del país, solo por detrás de Madrid y Barcelona", ha añadido Muñoz.