Estos son los puntos negros de las carreteras de Granada: seis tramos de carreteras nacionales con la N-323 como protagonista

Granada no se libra del fenómeno de los puntos negros en sus carreteras, sobre todo en las convencionales. Estas son zonas de vías por las que circular resulta una misión complicada, y en las que se suelen registrar colisiones que involucran heridos o incluso fallecidos, a los que además hay que sumar ciertos tramos de los denominados de "concentración de accidentes". Automovilistas Europeos Asociados (AEA) ha publicado su informe sobre la peligrosidad de la Red de Carreteras del Estado en el quinquenio 2019-2023, en el que identifica los puntos en la provincia que presentan un índice de peligrosidad, y señala a seis zonas concretas que reúnen la misma característica: todas ellas son vías que se dirigen hacia la Costa Tropical o que discurren por ella.

En concreto, Granada destaca por tramos muy transitados pero con riesgos moderados: las carreteras nacionales N-323 y la N-323a, de Jaén a Motril, que presentan valores que combinan el tráfico medio con riesgo significativo en determinados puntos, mientras que tambiém se señala la carretera N-340, la carretera de la Costa Tropical. que supera los 10.000 vehículos diarios con un indice elevado de peligrosidad.

La vieja carretera a la Costa, el punto negro por excelencia

El tramo negro más destacado por su alta peligrosidad en Granada se encuentra en la carretera nacional N-323, la antigua carretera Bailén-Motril, entre los kilómetros 172 y 189, concretamente entre el enlace con la A-346 que da acceso a la Alpujarra y la GR-14 de conexión con Motril. Casi 20 kilómetros señalados en negro conocidos por muchos granadinos por ser la vía que daba acceso a la Costa Tropical hasta la inauguración del final de la A-44.

Cabe destacar que esta carretera nacional ha vuelto a ser una de las vías más transitadas en los últimos meses a raíz del cierre de la autovía a la altura de Rules por las obras en uno de los viaductos. De esta manera, los conductores dejan de circular por ella tomando el desvío hacia la vieja carretera nacional a la altura de Ízbor, de la misma forma que ocurría cuando los viaductos no estaban construidos, para después volver a la autovía por Vélez. Sin embargo, muchos de los conductores que se dirigen a la zona de Salobreña-Almuñécar-La Herradura deciden seguir por ella y circulan por este punto negro.

El hecho de que se catalogue como "negro" el índice de riesgo de este tramo viene determinado por su alto nivel de accidentalidad. Esta vía registraba, hasta 2023, una intensidad media diaria de 2.700 vehículos, aunque en la actualidad son más por el hecho del cierre parcial de la autovía. En el quinquenio 2019-2023 se registraron un total de ocho accidentes mortales o con heridos graves, mientras que seis personas resultaron heridas en el periodo analizado.

Respecto a la N-323a, la misma vía pero desdoblada debido a la presencia de la A-44 en la zona metropolitana de Granada, la AEA destaca en su informe sobre las carreteras más peligrosas de España también el punto kilométrico 143 de esta vía, que coincide con el cruce entre la nacional, la A-385 y la GR-30, a la altura del restaurante Mayerling, en Alhendín y Otura. Es una zona conflictiva, de paso de ciclistas y vehículos pesados, que registró en el periodo de 2019 a 2023 un paso diario de más de 5.000 vehículos con al menos 10 accidentes con un herido leve, y ocho con al menos un herido grave o un fallecido.

La 'Ruta 66 Española' también es peligrosa

Otros dos tramos localizados en Granada figuran entre los más peligrosos a nivel nacional, aunque se valoran como tramos "rojos", por lo que se estima que tienen un riesgo medio-alto. Ambos están en la N-340, la vía que une de este a oeste la Costa Tropical. Esta vía, la considerada la Ruta 66 española, aunque no soporta ahora la misma cantidad de tráfico que antes, aún sigue siendo noticia recurrentemente debido a accidentes y colisiones. De media registra más de 10.000 desplazamientos diarios.

El primer punto conflictivo se localiza entre los kilómetros 296,4 (en la provincia de Málaga), y el 312,9, ya en Granada. Este tramo es el que une la localidad malagueña de Maro con La Herradura, y que da acceso a las playas del Molino de Papel, Alberquillas, y las calas Torre del Pino y Cañuelo, en el área de influencia del Peñón del Fraile. Aquí se han producido 13 accidentes con heridos. El segundo tramo de más siniestralidad está entre los kilómetros 312,9 y el 328,9, y comprende todo el paso entre La Herradura y Almuñécar, la zona de Velilla-Taramay hasta llegar a la zona de La Caleta, ya en Salobreña. En este punto se contabilizan 10 incidencias con afectados. Además, también alerta de que en la carretera existe un punto negro entre Motril y Calahonda, concretamente entre los kilómetros 334,4 y 337,3, correspondiente a la travesía con Torrenueva Costa, que registró 17 incidencias.

El informe selecciona los tramos más peligrosos de España teniendo en cuenta los sectores de un kilómetro de carreteras de la Red del Estado (RCE) con un Índice de Peligrosidad Medio en los cinco últimos años igual o superior a 82. Es decir, tramos de carretera que al menos tuvieran un índice de peligrosidad diez veces superior al de la media nacional (el IP medio en las carreteras en 2023 fue del 8,2).

En Córdoba, la N-432a en el kilómetro 256 lidera la lista de peligrosidad en Andalucía, cuarta en España, con un IPM de 1.044,7, a pesar de que solo circulan 212 vehículos diarios. Por su parte, En Jaén, la N-4a (km 248) es la séptima de España al presentar un IPM de 843, aunque apenas circulan 62 vehículos al día. El análisis de los tramos de la red nacional en Andalucía muestra un panorama heterogéneo en cuanto a riesgo vial. El IPM supera la media nacional, con un valor en la comunidad de 100.

Los datos reflejan que la peligrosidad no siempre está vinculada al volumen de tráfico: mientras algunos tramos muy transitados presentan índices moderados, otras vías con escaso tránsito destacan por su riesgo elevado, principalmente debido a trazados antiguos, curvas peligrosas o falta de mantenimiento.