El 'quijoteday' en la barriada Cervantes

Palacete Quinta Alegre, que pasó a manos municipales en 1993.
Palacete Quinta Alegre, que pasó a manos municipales en 1993.
Andrés Cárdenas

24 de abril 2016 - 01:00

AQUEL hombre demostró que no podía ser más granaíno. Estaba hablando con un amigo cuando de pronto dijo una frase en la que derramaba toda la esencia de esta ciudad: "No seas malafollá y déjate de pollas". Por lo visto el amigo le negó algo que éste le pedía. En siete palabras aquel hombre había compendiado las señas de identidad del granaíno.

Harry no pudo estar el otro día en el Cuarto Real en la presentación de mi libro Manual del perfecto malafollá porque cuando llegó estaba lleno y no había ni un hueco. "Tener malafollá la cosa", dijo Harry cuando me vio al día siguiente. Yo le conté que me sentí emocionado y abrumado al ver a tanta gente en la presentación. Andrés Sopeña estuvo genial. Hizo reír al público con sus teorías sobre la malafollá. Pepe Ladrón de Guevara no pudo venir por un asunto de malafollá: una alergia le había puesto los ojos como magdalenas. Pero envió una quintilla explicando su ausencia:

Se advierte al personal

que Guevara no vendrá

porque sufre un temporal

de alergia primaveral

con mucha malafollá.

Pero bueno, hubo muchos que me acompañaron. Y de eso uno puede sentirse orgulloso.

-Decir Borges que hay que coleccionar amigos para ir a tu entierro.

-Joder, Harry. Eres un malafollá. Toco madera. Mejor que vayan a la presentación de un libro, ¿no?

A Harry ya le he explicado convenientemente lo que es la malafollá en el libro que acaba de publicarse y que le recomiendo a ustedes (esto se llama auto-publicidad o publicidad encubierta) si quieren pasar un buen rato. En la presentación expliqué que, como dice Ladrón de Guevara, no sólo hay personas malafollás, sino que también hay circunstancias. ¿Se acuerdan de cuando vino el Papa a Granada? Pues se les escacharró el papamóvil y tuvo que venir en Alsina, al lado del conductor. ¿Y cuándo se decidió que Granada organizara el Campeonato Mundial del esquí en 1995? Ese año no cayó ni un copo de nieve. En mi terreno particular la malafollá se manifestó un día antes de la presentación de mi libro. Tenía concertadas tres citas con sendos colegas porque querían hacerme entrevistas para sus correspondientes medios. Bueno pues ese día detienen a Torres Hurtado e Isabel Nieto. Me llamaron los colegas para decirme que de entrevista nada, que me esperara para otra ocasión porque iban a estar ocupados en tan magna noticia. ¿Tiene malafollá la cosa?

Harry escucha todo esto con los ojos como platos y asintiendo con la cabeza. Dice que poco a poco, y gracias a mis explicaciones, va comprendiendo este carácter tan nuestro que hace que nos lamentemos de nuestro presente y que desconfiemos de nuestro futuro. Y en medio de la conversación me hace la pregunta del millón:

-¿Y ahora que dimitir alcalde qué pasar en Granada?

-Ojalá lo supiera Harry, pero los granaínos ahora mismo no tenemos ni gobierno central ni gobierno municipal. Nos queda el regional que tampoco está para tirar cohetes. Parece ser que será Paco Cuenca quien sea el próximo alcalde.

Bueno, el caso es que había quedado con Harry para hablar de literatura en general y de Cervantes en particular. Ya que no hay apenas actos de homenaje en Granada al autor del Quijote, le propongo ir por la barriada que lleva el nombre del genial escritor, del que se hizo ayer precisamente los 400 años de su muerte. Sostiene Harry que los británicos han puesto en marcha un 'Shakespeare lives' (ese es el nombre que le han puesto a la celebración de los 400 años del escritor inglés) en el que van a participar 140 países, mientras que en España hay cuatro actos sueltos y deslavazados en homenaje a nuestro escritor. Sostiene Harry que los países que no son benévolos con sus hombres de letras están condenados a vagar por el erial de la historia. Dice Harry que en Irlanda los días 16 de junio celebran el 'bloomsday' en el que los irlandeses se echan a la calle para procurar comer y cenar lo mismo que el protagonista de Ulises, Leopoldo Bloom. O realizan distintos actos que tengan su paralelismo en la famosa novela. Así Irlanda celebra todos los años que el país sea cuna del extraordinario James Joyce. Si nosotros tuviéramos las mismas ansias de homenajear a nuestro novelista, todos los 23 de abril celebraríamos el 'quijoteday'.

La mañana está espléndida. Unas pocas nubes rulan por el firmamento. Pero van tan deprisa que no se paran a descargar. El paseo comienza por arriba, por donde está la estatua de don Quijote, en la rotonda de la Avenida Cervantes, en la confluencia con Sancho Panza. Se trata de una escultura de Arcadio Roda compuesta por dos piezas de mármol de 2,5 metros de alto y realizado en talla directa sobre piedra. La escultura, como suele pasar, tiene los que la defienden y los que creen que se ha hecho con prisas, de ahí que no sugiera gran cosa.

En el barrio muchas de las calles llevan el nombre de personajes de don Quijote: Sancho Panza, Dulcinea del Toboso, Sanchica, El Hidalgo, Alonso Quijano y Beltenebros, calle que sirvió al escritor Muñoz Molina para escribir una novela con el mismo nombre. Muñoz Molina y el poeta Luis García Montero vivieron en ese barrio, en la calle que lleva el nombre del lugar de nacimiento de Cervantes: Alcalá de Henares. En este barrio Muñoz Molina escribió Beltenebros y Luis García Montero Habitaciones separadas.

-Yo también viví en este barrio. Cuando vine a Granada ocupé varios años un piso de la calle Sancho Panza. Aquí nacieron mis dos hijos- le informo a Harry.

-¿Y tú escribir aquí algo?

-Sí. La lista de la compra y el contrato del piso.

-Tú malafollá hoy -dice Harry con mueca de desagrado.

Un poco más abajo de la rotonda está el Palacete de la Quinta Alegre, en el que no han entrado más del ochenta por ciento de los granadinos. Quien va a una boda sí porque allí se celebran casamientos y otros eventos sociales en los que hay que pagar un alquiler al Ayuntamiento, propietario del lugar. El palacete, representante del eclecticismo académico, fue construido en la década de los veinte del siglo pasado por el arquitecto Jiménez Lacal para la familia Rodríguez Acosta, que lo habitó durante algunos decenios y en cuyo escenario sucedió en los años cuarenta un corto secuestro de uno de los miembros de la familia Acosta por los hermanos Quero, los más famosos maquis que tenía Granada. Tras unos años de abandono, en 1993 pasó a manos municipales después de llegar a un acuerdo con su propietario de entonces, el constructor Ávila Rojas.

El barrio es lo suficientemente añejo como para que haya personas que se acuerden del bar La Pajuana, donde ponían boladillos de bacalao estupendos, y del quiosco-bar La Pulga, donde los parroquianos se tomaban un chato de vino por una peseta. ¿Y cómo no recordar a aquel entrañable camarero (se llamaba Juan) que a toque de trompeta llamaba a los clientes cuando estaba el arroz? A Juan lo llamaron 'loco' por regalar a los parroquianos con la consumición media docena de huevos y sujetadores para señoras.

En la parte de abajo del barrio está la Iglesia de Montserrat y a mitad de la avenida el bar Tapi, donde los sábados ponen un arroz que sirve de agrado al paladar. Es allí donde le propongo a Harry tomar una caña y cuando oigo la frase de la que hablaba al principio. Si Cervantes la hubiera oído estaría hoy en el Quijote, en el episodio en el que Sancho le advierte a su señor que lo que ve no son gigantes sino molinos de viento: "Venga Sancho, no seas malafollá y déjate de pollas", le habría contestado el caballero andante.

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