La raíz del olivo, hasta en los apellidos

Olivares, Olivar, Oliva, Olivo, Olivé, Oliveira, Acebuche o Aceituno, entre otros, son profesiones o posesiones que sobreviven desde la Edad Media en apellidos que se encuentran en más de 30 países

La raíz del olivo, hasta en los apellidos
La raíz del olivo, hasta en los apellidos
Redacción / Granada

16 de agosto 2008 - 01:00

El olivo traspasa el tiempo y viaja por la historia de varios milenios dejando su impronta en la agricultura, la alimentación, la salud, el comercio, la socialización, la cultura y también en un legado de padres a hijos. No se trata de una herencia meramente material, ni de fánegas o latifundios de olivares que se atesoran de generación en generación. Se trata de algo más profundo que define al individuo y lo ata a sus ancestros pese al paso del tiempo: los apellidos.

En esa seña de identidad con la que el hombre da testigo de sus raíces, vuelve a cobrar protagonismo el olivo y su fruto, la aceituna en todas sus acepciones. Este árbol milenario se cuela en la onomástica a partir del siglo XV, cuando se consolidan los apellidos hereditarios, cuando se impuso la obligatoriedad de hacer constar en los libros parroquiales los nacimientos y defunciones.

Desde entonces, apellidos derivados del olivo y de su fruto han viajado a lo largo de la historia hasta la actualidad, en la que sólo en España más de 54.000 personas comparten apellidos unidos por una misma raíz etimológica: ole u oli. Según informa la agencia granadina Oleociencianews, esta raíz proviene del Mediterráneo oriental y ha seguido el curso geográfico y lingüístico de las lenguas latinas. En el lado opuesto del Mediterráneo, las culturas semíticas parten de la raíz zait o zeit, que derivó en az-zeitun en árabe y aceitunero o aceituna en castellano. Nombres que están presentes en los apellidos de más de 4.000 españoles.

La palabra olivo y oliva viene del latín olea, que a su vez proviene del griego eala. Más allá de esta designación se encuentra el celta olwe o eol. La misma raíz lingüística está también en el cretense elaiwa y más allá de todas, en las lenguas semíticas con la raíz ulu. Parece ser que el nombre cretense irradia hacia el Ática como lathi y hacia Grecia continental como elies, pasa a la península italiana como oli y se expande por los Balcanes como eli. Es fácil encontrar esta raíz en las lenguas latinas como el italiano olio, el catalán oli, el francés huile o el castellano olivo-oliva.

Entre los más de 8.000 años de historia del árbol conocido como el "líquido de oro", hay un hito en la Edad Media cuando la onomástica se empobrece y nace el apellido hereditario, lo que genera la conservación en la raíz etimológica de la palabra que, a su vez, se convierte en nombre.

Los apellidos que acompañan al nombre de pila nacen de distintas fuentes: el nombre del padre, el apodo o el sobrenombre, la profesión, el título o la procedencia. Los apellidos derivados del olivo surgieron del ámbito de las profesiones.

Profesiones o posesiones que han sobrevivido a lo largo de los años en apellidos como Aceituna, Olivas; Olibares, Olivares, Olivar, Olivares, Oliva, Olivo, Olivé, Oliveira, Olives, Acebuche y Aceituno. De todos ellos, es el apellido Olivas el que mayor presencia tiene en España, donde 23.082 personas lo comparten. Olivares le sigue a distancia con 15.723 y el resto oscila entre los 105 de Aceitunas y los 4.918 Oliveira.

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