Rebujito, taconeo y Xabi Alonso: Granada vibra en el miércoles de Corpus

Anticipación hedónica, ese es el nombre de la sensación de placer que sentimos al imaginar algo deseado antes de que ocurra, y, en algunos casos, ese disfrute previo supera a la experiencia real. Algo parecido podía apreciarse en el ferial del Almanjáyar durante este miércoles de Corpus.

Este quinto día de feria en Granada se percibe grande al preceder al festivo Jueves de Corpus Christi. Así lo demuestran los centenares de granadinos y visitantes que han atravesado la portada para disfrutar sin mirar el reloj en una noche que se presume larga e intensa.

Con las agujas marcando las 20:45 horas, la zona que rodea a la parada del Metro Jaén, está repleta de personas que planean su estrategia previa a la fiesta afirmando que "yo me pongo unas tenis porque si no a las 2 me voy", comenta Sara a su acompañante, quien confiesa a este periódico que "no tengo pensado volver la verdad, va a haber mucha gente y me agobio. Con tres días de fiesta es suficiente hasta el finde".

La feria también reúne a cientos de trabajadores que dan lo mejor de sí para mantener la seguridad de aquellos que pretenden disfrutar. Este redactor se topa con personal de seguridad que bromean mientras trabajan para hacer su turno un poco más llevadero. "Carlos cuando terminemos nos vamos a subir", dice uno de ellos mientras observan cómo el Flip Fly surca los cielos de la ciudad durante segundos antes de descender a gran velocidad. "Mi sobrino se subió una vez y cómo chillaba, casi le da un infarto", respondió el otro vigilante entre risas.

Cerca de estos jóvenes, un par de amigos discuten la hora a la que irán a las casetas: "Hermano son las nueve casi, me voy a mi casa, me ducho, me echo una siesta y volvemos pa la una" explica uno de ellos al otro mientras este último arquea una ceja mostrando su disconformidad.

Sobrepasadas las 21:15 horas no faltaban los corrillos de aficionados del Real Madrid, que se arremolinaban alrededor de un móvil para seguir el estreno de Xabi Alonso frente al Al-Hilal saudí. Y no está mal dedicar unos minutos a admirar las estrellas que se estrenan con el equipo blanco, pero, al levantar la vista, estos jóvenes observarían cómo Granada y su tradición inundan cada rincón del ferial, con las flamencas caminando por la La Zambra como si de una pasarela se tratase acompañadas por encamisados que desprenden aromas pertenecientes a frangancias de anuncio mientras se escucha El aire de la calle de Los Delinqüentes proveniente de la caseta La Montera o Mírala Cara a Cara de Requiebros sonando a todo volumen en Peña los 17.

Con la caída de las 22 horas, la noche se avalanza sobre Granada y algunos niños aprovechan la oscuridad para usar la tierra como inodoro personal. Las luces de las atracciones se intensifican en un cielo con figuras intermitentes. El rebujito de colores llena casi todos vasos de la caseta La Mona, que, al igual que sus vecinas, rebosa vida, taconeo, abrazos y algún que otro empujón inesperado.

"Este día es el mejor", asegura Mónica mientras espera sus patatas en uno de los puestos para afrontar la noche junto a sus amigas, todas con una flor adornando su pelo. "Mañana no hay que trabajar, así que hoy se sale con ganas", añade una de ellas antes de marcharse para hacer cola en La Malafollá.

El calor sigue adherido pero nadie parece darle importancia a excepción de los abanicos de las ancianas que inician el retorno al hogar. Y mientras los más pequeños apuran las últimas vueltas en los coches de choque, los adultos se agolpan en las barras de las casetas al tiempo que hacen sugerencias a los camareros como "¡Déjate ya de palmas y ve poniendo a Bad Bunny tú!" gritaba un joven que lucía unas gafas de sol sobrepasadas las 22:15 horas en la caseta La Tocateja, mientras otros hombres de mediana edad brindaban por "estar juntos este Corpus" y con el deseo de que la noche no acabe.