De un coche se aprovecha casi todo. Después de finalizar su vida útil en las carreteras, la llegada al desguace significa la reutilización de buena parte de los componentes del vehículo. Precisamente su conversión en piezas que se ponen a la venta y en chatarra son las bases de un negocio que ya no es tan rentable por el notable descenso en el precio de la ferralla, empleada fundamentalmente en el sector de la construcción.

"Como ha bajado el número de obras también ha bajado el precio del hierro", relaciona Miguel Rodríguez, del Desguace Aeropuerto. Esta rebaja en el precio ha sido más que notable, ya que de pagarse unas 48 pesetas por kilo de chatarra (lo que no llega a 30 céntimos de euro) se ha llegado a las tres pesetas (0,27 céntimos) de hace unos meses. Ahora el kilo de hierro se paga a poco más de un céntimo de euro (hasta las 15 pesetas). Una caída en picado que se ha dejado sentir en el balance financiero de las 18 empresas de desguace que operan en la provincia de Granada.

"De lo que más tiramos como materia prima es de la chapa", explica Matías López, de Ivercard. "Antes el reciclado estaba compensado y salía a cuenta", subraya el empresario, que incide en que, pese a la pérdida de beneficios, "tienes el negocio y hay que continuar".

"La gente piensa que con la crisis nos hemos beneficiado -reseña Jacinto Cenir, del Desguace Linares- pero lo cierto es que cuando llueve se moja todo el mundo".