Agricultura

Los regantes de la Vega de Granada exigen la autorización para utilizar aguas regeneradas

Imagen de la Acequia Gorda del río Genil de Granada

Imagen de la Acequia Gorda del río Genil de Granada / G. H.

La comunidad de regantes de la Acequia Gorda del Genil, cabecera de la red de acequias de la Vega de Granada, han exigido este jueves a la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) que no demore la autorización de riego de las parcelas y cultivos permitidos con las aguas regeneradas de las depuradoras tras los informes favorables de Sanidad.

Se trata del riego de una superficie de 1.943,95 hectáreas que abarca los municipios de Albolote, Atarfe, Cenes de la Vega, Granada, Maracena, Santa Fe y Vegas del Genil, a la que se suman otras 1.000 hectáreas más de la red de acequias de la Vega y que afecta directamente al sustento de más de 3.000 familias.

"El adelanto de la dotación concesional de agua que les corresponde de los embalses de Quéntar y Canales apenas permitirá salvar los cultivos de invierno, pero dadas las circunstancias de escasez de lluvias el agua se acabará en julio y no se podrá sembrar nada más", han analizado desde la organización Asaja Granada.

Por otra parte, le reclaman la ejecución de los tratamientos terciarios de desinfección de las aguas, "que no solo ayudará a los regantes, sino que resultará una solución sostenible para otros diversos abastecimientos".

"No es un proyecto menos relevante que el de la renaturalización de los ríos Genil y Monachil a su paso por Granada capital en el que la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir invertirá nada menos que 8,5 millones de euros y, sin embargo, no parece poner el mismo entusiasmo", han valorado.

Desde la asociación creen "urgente e imprescindible" la concesión del riego con aguas regeneradas para salvar la campaña agrícola en la Vega de Granada, dada la crítica situación de sequía que padecemos y apoyamos las justas demandas de los regantes.

"También de cara al futuro consideramos los tratamientos terciarios de las aguas de gran utilidad y como una de las medidas que las administraciones deben asumir para el ahorro eficaz del agua dentro del nuevo paradigma de la economía circular o regenerativa", ha valorado.

La sequía afecta a todo el campo granadino y desde las asociaciones del campo reclaman un plan de medidas de apoyo que palíe los efectos que causa en agricultores y ganaderos, "tales como la aprobación por parte del Gobierno de un tercer decreto de Sequía que amplíe las medidas actuales compensatorias de carácter fiscal, exención de cánones y tarifas de riego para 2023 y del IBI rústico y que recoja ayudas directas".

Depósistos de cloración para aguas depuradas

La comunidad de regantes de la Acequia Gorda del Genil cedió en 1946 sin costos parte del agua del río Genil a la ciudad por sus necesidades de abastecimiento a cambio de sus aguas urbanas residuales para abono, a raíz del informe realizado por el ingeniero José Brugarolas y, posteriormente, en los años 80 el propio ayuntamiento de Granada mejoró la calidad de esas aguas con la construcción de las dos estaciones de depuración EDAR Sur Churriana y EDAR Oeste Los Vados con el fin de completar el ciclo de regadío de determinados cultivos como los chopos, frutales, maíz, olivar o alfalfa.

En el año 2019, para cumplir con las condiciones establecidas en el Real Decreto 1620/2007 que adapta las normas de reutilización de las aguas depuradas a la normativa europea, la comunidad invirtió 300.000 euros en la construcción de dos depósitos de cloración en cada una de las estaciones depuradoras con el compromiso previo de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) de otorgarles la concesión para riego de los cultivos autorizados, "un gasto que ha caído en saco roto" según los regantes por "asuntos de carácter meramente burocrático".

Desde 2018 hasta abril de 2023 se han emitido, por parte de la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía, tres informes que avalan el sistema de cloración de las aguas regeneradas propuesto por la Acequia Gorda del Genil, en coordinación con Emasagra, ajustándose a todas las condiciones exigidas: un sistema de medición en continuo de los distintos parámetros del efluente; puntos de control a la salida de la estación depuradora y en cada uno de los puntos de entrega al usuario, carteles informativos con la leyenda “agua regenerada no potable” y un programa de control analítico de vigilancia y autocontrol que sigue las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

"Se le dio, finalmente, el visto bueno, considerando que debía ser un sistema provisional hasta la puesta en marcha de un tratamiento terciario de las aguas con métodos de desinfección por radiación ultravioleta y ozono, junto con la cloración, que serviría también para el riego de los cultivos en verde (patatas, cebollas, ajos) y otros como el espárrago, pero dado su elevado coste, 5 millones de euros, inasumible económicamente por los regantes", han asegurado.

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