Al rescate de las acequias medievales de Granada
UGR
Un proyecto involucra a decenas de voluntarios y cientos de escolares para adecentar dos kilómetros y medio del camino del agua que transita ente Fuente Grande, en Alfacar, y la capital
Hace mil años huertas y palacetes granadinos se surtían de agua gracias a la acequia de Aynadamar. Construida hace siglos -los primeros documentos que la mencionan datan del siglo XI- permitió florecer la capital del reino nazarí. Sólo en el siglo XX, cuando se decide recurrir al río Beiro para proveer de agua a los granadinos, comenzó la decadencia de esta infraestructura hídrica singular por su longitud, nada menos que quince kilómetros, y características. Unía, como si fuera un cordón umbilical, Fuente Grande, en Alfacar, con la ciudad. Ahora, una iniciativa con voluntarios y liderada por la Universidad de Granada, quiere recuperar este camino de agua para que de nuevo lleve agua desde Alfacar hasta Cartuja.
El secretario de la comunidad de regantes de la acequia de Aynadamar, Miguel Ángel Ortega, explica que los quince kilómetros de recorrido es algo extraordinario. "Normalmente son más pequeñas". Se construyó para llevar el agua a Granada desde la fuente de la que manaba. Fuente Grande, con un caudal de 300 litros por segundo, era el punto de partida que finalizaba en el Albaicín. Con el tiempo, cayó en desuso, añade Ortega, que recuerdan que en la comunidad de regantes se dan cita entidades como el Arzobispado (el agua también iba a la Abadía del Sacromonte), los ayuntamientos de Granada, Alfacar y Víznar, la Universidad, la Diputación, la fábrica de armamento de El Fargue... hasta 300 comuneros suma la comunidad de regantes.
A partir del sábado 15 de octubre y durante dos meses, se organizarán grupos de voluntarios para adecentar un tramo de 2,5 kilómetros de acequias, desde El Fargue a Cartuja. La actividad está organizada por MEMOLab UGR, en colaboración con el Vicerrectorado de Extensión Universitaria y Patrimonio de la UGR, la Fundación Agua Granada, Cátedra Hidralia, la Comunidad de Regantes de la acequia de Aynadamar y la Asociación Acequias Históricas de Andalucía.
José María Martín Civantos, investigador principal de MEMOlab, destacó que en una semana ya son 150 los voluntarios inscritos y una decena los centros educativos que van a participar en la iniciativa de recuperación. El proceso sigue abierto (se han programado dos meses de trabajo) y quien quiera participar puede hacerlo a través del formulario de inscripción.
La idea es "poder volver a darle agua de la acequia ese a ese pago y poder regar el campus" de la misma manera que, hace mil años, se abastecçian la antigua Alcazaba de Granada (Qasabat Garnata), sede de la dinastía zirí, y el Albaicín. Se trata, incidió Martín Civantos, de "una intervención de carácter patrimonial que va ligada a la restauración del albercón del moro" otra de las apuestas patrimoniales que desarrolla la Universidad de Granada.
La actividad no se queda en recuperar el curso del agua, sino que se completa con una labor "de recuperación y restauración paisajística de carácter también ambiental, de manera que no solo llegue el agua, sino que luego los ciudadanos puedan disfrutar de la propia acequia, también a través de un paseo", explicó el investigador.
Hay tramos que están colmatados, hay suciedad y se han vandalizado elementos como los muros de una antigua alberca. Será fundamentalmente los fines de semana cuando el escuadrón de voluntarios se ponga manos a la obra para recuperar esta senda y, de paso, se pretende "generar sensibilidad y una conciencia sobre la importancia de los regadíos históricos", enumeró Martín Civantos, que añadió que los que quieran hacer suya esta parte de la historia no tienen que más que rellenar el formulario. No hay límite de edad ni se exige ningún requisito para participar. "Es una actividad en la que los niños disfrutan un montón y aprenden mucho", redondeó el arqueólogo.
Por parte de la Fundación Agua Granada, Juan Enrique Gómez añadió que uno de los objetivos de la entidad es "la recuperación de las estructuras históricas relacionadas con el agua, así como la difusión del de todo lo que ello conlleva". Por su parte, la rectora de la UGR, Pilar Aranda, apuntó que "para nosotros es una enorme satisfacción" el participar en este proyecto ya que "tenemos una función docente y una misión investigadora, pero tenemos una función mucho más importante y es una función social de atender a las necesidades que existen en nuestro territorio, haciéndolo más sostenible".
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