Municipal

Las zonas restauradas en el Anillo Verde de Granada tendrán una protección de al menos 50 años

El concejal Luis Salvador y el representante de Plant for the Planet, en la firma de la adenda.

El concejal Luis Salvador y el representante de Plant for the Planet, en la firma de la adenda. / G. H.

El Ayuntamiento de Granada ha informado hoy del avance en el acuerdo con la Fundación Plant-for-the-Planet para impulsar el anillo verde, el mayor proyecto de transformación urbana de la ciudad en los últimos tiempos. Tras la firma del convenio el 31 de julio de 2020 y la posterior cesión por parte del municipio de un total de 8,5 hectáreas para la plantación de los primeros árboles, el Consistorio ha dado este lunes otro paso decisivo con una adenda al documento, que ya avanzó este periódico, y que posibilita la puesta a disposición de la Fundación de nuevos espacios.

El protocolo de actuación para el desarrollo del Plan, con el que se plasma la gran apuesta del Ayuntamiento por el proyecto ‘Granada Anillo Verde’, contempla la plantación de 201.300 árboles en el periodo 2020-2031 en un total de 800 hectáreas de terreno alrededor de ciudad y sus municipios colindantes. El acuerdo prevé, además, la protección y mantenimiento "jurídicamente vinculantes de las zonas restauradas durante al menos 50 años".

Respecto de la metodología de trabajo, el Ayuntamiento elaborará los proyectos de obra para todas las parcelas y, una vez vayan estando disponibles los proyectos para la restauración de cada parcela, Plant- for-the-Planet lleva a cabo los planes de restauración de bosques y paisajes, así como la replantación propiamente dichos en cada una de las áreas.

En cuanto a las especies, en la parte urbana del proyecto se ha pensado en especies autóctonas como el almez o el olmo, junto a otras especies de jardinería, una cuestión que decidirán conjuntamente con el área de Parques y Jardines del Ayuntamiento. Para las reforestaciones, se seleccionarán las especies más adecuadas a los terrenos, que mayoritariamente serán encinas, robles o enebros, así como otras autóctonas que permitan conservar e incluso mejorar la biodiversidad de las zonas.

Por último, el convenio prevé la colaboración entre las partes para compartir la base técnica de trabajo, resolver sobre las especies arbóreas previstas, e impulsar acciones de concienciación y comunicación, además de talleres para jóvenes y niños, entre otras actividades.

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