Comercio

El resurgir comercial de la Alcaicería de Granada

  • Los negocios de este histórico zoco vuelven a la actividad aunque con alguna baja

  • La ausencia de turismo ha sido su pesadilla

El resurgir comercial de la Alcaicería de Granada

El resurgir comercial de la Alcaicería de Granada / Antonio L. Juárez / Photographerssports

El sector de los negocios de souvenir y las tiendas netamente turísticas han vivido más de un año de pesadilla. Sin turismo, sin clientes, sin ayudas, las que hace dos años atendían colas de clientes ansiosos por llevarse alguno de los productos típicos de esta tierra, ahora están empezando a despertar. Y sin en Granada hay una calle emblemática en este sector y centro de comercios que sorprenden y atraen al turismo y visitantes, esa es la Alcaicería.

El zoco comercial está viviendo ahora un resurgir de su actividad tras más de un año cerrados. Un nuevo capítulo en su historia de supervivencia. Y no es breve. Fue centro del comercio más lujoso de Granada y en verano de 1843 sufrió un trágico incendio que terminó con el entonces mercado de la seda de Granada. Un año después se inauguró la nueva Alcaicería coincidiendo con unas fiestas del Corpus, pero en 1881 volvió a sufrir los efectos del fuego. Ya estuvo en decadencia hasta que en los años 40 comenzaron a abrirse de nuevo las tiendas orientadas al turismo. Un turismo que ha sido su vida hasta el mazazo del Covid.

Una de las tiendas más antiguas es Mariscal. Su dueño, Lalo Mariscal, explica que acaban de reabrir hace una semana porque hasta ahora, sin movilidad y sin turismo, no merecía la pena abrir. “Gastábamos más en levantar la persiana y no compensaba”, explica, recordando que ha sido un año muy duro que han aguantado con créditos ICO y con trabajadores en ERTE. De hecho todavía hay personal en regulación de empleo y empiezan a sacarlos ahora.

“Llevamos cuatro o cinco días abiertos porque ya se nota más gente sobre todo los fines de semana. Hay otro interés. Además, cuando nos dejaron abrir hasta las 6 de la tarde tampoco abrimos porque no compensaba”, explica Lalo, que gestiona la mítica tienda que lleva en la Alcaicería desde 1947.

Mariscal lamenta que esta crisis haya dejado por el camino a algunos negocios. “La tienda que hay enfrente mía ha cerrado y también alguna más de los marroquíes”. Él ha podido aguantar y cree que ya lo peor ha pasado y que puede decir que ha sobrevivido, también con otro negocio de joyería que lleva 35 años funcionando. “Esto ha sido una guerra, lo hemos pasado fatal”, recuerda Lalo Mariscal, que ahora es algo más optimista en una familia que se dedica a la venta de productos artesanales y souvenir ya que sus sobrinos tienen otras dos tiendas dedicadas a estos productos que han tenido que aguantar más de un año sin turistas y tirando de las compras de los granadinos.

Ahora, esta mítica calle, que una la céntrica calle Mesones con la zona de la Catedral y que te vuelve atrás en el tiempo cuando se atraviesan sus muros, vuelve a ser el centro de recuperación turística, el centro del comercio más tradicional de Granada, con productos variados que van desde las mantillas tradicionales, la joyería de diseño, las piezas de barro, la artesanía y los tradicionales souvenir, además del centro de fotografías por su particularidad urbana.

Un resurgir que va poco a poco pero que al igual que sectores en la ciudad se ve apoyado por la llegada del turismo de Andalucía, el nacional tras el fin de las restricciones y que mira ya con optimismo la apertura de fronteras internacionales para volver a hacer lo que mejor saben: vender la esencia de Granada.

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