Patrimonio

Residencia lujosa, posibles cultos orientales y cementerio : Las revelaciones de la villa romana de la calle Primavera de Granada

Base de una columna hallada en la villa romana del Zaidín.

Base de una columna hallada en la villa romana del Zaidín. / R. G.

Conocida desde los años 80 del pasado siglo, la villa romana de la plaza Rafael Guillén permite nuevos trabajos de investigación. El último dado a conocer, El poblamiento rural romano en torno a Florentia Iliberritana. Resultados de las recientes intervenciones de la villa de la calle Primavera o de los Vergeles, está firmado por Ángel Rodríguez, Macarena Bustamante, Irene Mañas, Julia Rodríguez, Carmen Jódar y Manuel López. En el artículo se desglosa lo que se ha encontrado y, lo que es más interesante, se bosqueja cómo pudo ser la vida en la estupenda construcción ya desaparecida y de la que apenas quedan unos restos en el Zaidín.

En los últimos trabajos en la zona se han hallado nuevas dependencias y unas "estancias subterráneas que planteamos como asociadas a cultos de origen oriental". En lo que hoy es la plaza Rafael Guillén se veneraba a Mitra. Además, se han "localizado cuatro nuevos mosaicos que vienen a confirmar, junto con el complejo proyecto arquitectónico, la suntuosidad del lugar".

Quedan los restos que hablan de un propietario pudiente en una Granada romana, la Florentia Iliberritana. En lo que hoy es un barrio de la capital se localizaba una zona fértil, con complejos productivos y residenciales -como es el caso de la propia villa del Zaidín- que comenzó a aflorar a finales de los 80. Salieron entonces restos de posibles estructuras hidráulicas, piscinas que fueron construidas en una segunda fase constructiva del complejo residencial. Debajo había teselas.

Una prensa de aceite, un posible horno y enterramientos completaron aquellos hallazgos. En los 90 salieron a la luz dos salas, cada una de ellas con pavimento de mosaicos, que fueron depositados en el Museo Arqueológico de Granada. El resto se cubrió.

Ya en el siglo XXI se retomaron los trabajos. En 2018 se descubrió una nueva estancia, más mosaicos y dos tumbas paralelas. Un tercer enterramiento pareció en otra zanja.

Los restos, muy fragmentarios, que se han hallado en el yacimiento permiten ver mosaicos con motivos que se relacionan con la que se conoce como Escuela del Guadalquivir. Cableados en trenza, formas geométricas, nudos de salomón... Ese pavimento quedó bajo otro suelo. En ese estrato se encontró una moneda de Constantino, lo que permite fijar una fecha. Los vestigios hablan de una intensa remodelación de los espacios. De todo ello queda la huella de los mosaicos descubiertos y que datan de los siglos IV y V de nuestra era. 

De una tercera fase de ocupación de la villa queda como elementos que permiten dilucidar qué uso se dio a aquella finca manchas de fogatas. Ese uso duró poco, como demuestran los restos del derrumbe del techo.

Entre los siglos V y VI se retiró parte de los escombros para construir cuatro tumbas cubiertas con lajas de piedra. Las dos primeras tumbas contaron con cantos rodados como elementos ara delimitar el espacio de enterramiento. Las dos segundas no.

¿De qué habla todo esto? El artículo señala que entre los siglos II y III había en la villa una gran estancia. En un segundo periodo se acometen obras y se reduce el espacio habitable. En el siglo IV (la presencia de la moneda de Constantino así lo demostraría) se decide una nueva reforma que cambia de nuevo la configuración de los espacios de la villa. Llega un periodo de decadencia. Sobre el suelo se instala una estructura de madera y el pavimento se utiliza para el hogar. Los enterramientos desvelan que la zona ya no está habitada. Son del siglo VI y se apunta a que existía una "voluntad de inhumarse en este espacio por una razón desconocida".

De los sondeos realizados se desprende que junto a la zona residencia había un espacio de servicio o productivo, y también de un "gran estanque con un pórtico perimetral. Este estanque se construyó en lo que antes era un espacio de jardín, posiblemente en el siglo IV. Posiblemente el estanque contó con un juego de aguas por medio de surtidores.

"Desgraciadamente, las necesidades de la excavación no han permitido exhumar al completo todo el vaso", señala el artículo que desgrana los trabajos realizados por los arqueólogos. Los restos permiten determinar la presencia de un pasillo y una estancia. También de un pórtico.

Todo esto habla de una villa de "grandes proporciones" en la que el estanque circundado por un pórtico era el eje central. "En este lugar, el agua juega un papel fundamental", asegura el artículo. En la cale Primavera, en esa hermosa piscina, habría una "supuesta estructura en altura" en una de las cabeceras. Un elemento que permitiría un "ambiente sombrío" en ese punto. "Se trata de un espacio de representación y ocio que destaca por sus proporciones, monumentalidad y diseño", arguyen los investigadores autores del artículo. Esta construcción coincide con el momento en el que se reduce la dimensión de la gran sala que da cuenta del primer periodo de la villa. 

Los sondeos indican que además habría una construcción soterrada o semisoterrada con estructura en tres partes, un pasillo central y dos hornacinas de ladrillo, una a cada lado. Se descarta que sea un "mero lugar de almacenaje" y se plantea como hipótesis que sea un "posible aulario de culto oriental". No se puede saber a quién se veneraba en este espacio, pero, a la hora de plantear una posibilidad, se habla de Mitra. "Podría ser la adecuada", lanza el artículo. Esta conjetura se sustenta en el carácter soterrado de la instalación, "algo propio de los santuarios mitraicos", la estructura tripartita, la presencia de elementos decorativos o la presencia de circuitos de agua.

No se trataría de un fenómeno singular. El texto señala que este tipo de manifestaciones religiosas no son "fenómenos aislados". Esta hipótesis podrá verificarse cuando prosigan los estudios. La villa romana de la calle Primavera tiene todavía mucha historia. En la zona continúan los trabajos para dar uso a la plaza y también poder mostrar los restos.

"El yacimiento de la calle Primavera supone una muestra más de esta intensa ocupación", refiere el artículo sobre los yacimientos de la Granada romana de los que se tiene constancia. "Además, cuenta con el valor añadido de conocerse la parte habitacional con una profusa decoración musiva y una complejidad arquitectónica que, hasta el momento, únicamente se había analizado de manera muy epidérmica en el solar de los Mondragones".

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