"El riesgo de virus del Nilo se acumula en la zona de Costa de Granada"
El Ministerio de Sanidad cuenta con un mapa interactivo en el que se señala la estimación de riesgo según las condiciones ambientales elaborado por investigadores de la Estación Biológica de Doñana del CSIC
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Agua y calor igual a mosquitos. La ecuación, sencilla, es más que sabida. Los factores ambientales, las condiciones que se dan en un determinado punto, son clave para determinar si existe riesgo de que proliferen los mosquitos y, como consecuencia, se extienda el virus del Nilo. Desde la Consejería de Desarrollo Educativo y Formación Profesional se ha facilitado información a jóvenes escolares de la provincia de Granada de cómo prevenir la proliferación de estos insectos y el Ministerio de Sanidad cuenta con un mapa interactivo en el que se puede consultar la tasa de riesgo localidad a localidad. "El riesgo se acumula en la zona de la Costa de Granada", advierte el investigador de la Estación Biológica de Doñana (CSIC) y experto en mosquitos y circulación del virus del Nilo Jordi Figuerola.
"Este es un año complicado", pronostica Figuerola, que recuerda la intensidad de las lluvias de la pasada primavera. Aunque en Granada no hubo precipitaciones tan abundantes como en la zona occidental de Andalucía toda la comunidad está bajo vigilancia para trazar la presencia tanto de los mosquitos transmisores como de la patología en cuestión, el virus del Nilo. Esta enfermedad ya es endémica en España y, sobre los mosquitos, se han localizado ejemplares incluso en Alemania y Holanda, "lo que era impensable a principios de siglo".
Las aves son las que portan la infección. Se tienen evidencias de presencia de pájaros enfermos del virus del Nilo desde 2004, hace ya dos décadas. Los mosquitos, hematófagos, se alimentan de la sangre de esas aves y en el caso de que el patógeno se llegue a desarrollar en el insecto éste puede actuar como portador. Si pica a un mamífero puede transmitirse el virus. Es lo que el pasado año se detectó en Granada con varios ejemplares de caballos. Los casos se detectaron en Pinos Puente, Atarfe y Valle de Zalabí.
"Va extendiéndose cada vez más hacia el norte", añade el experto, que señala que "si no se controla" el patógeno puede saltar de los caballos a los humanos por la acción transmisora de los mosquitos. En el caso de Granada se analiza la especie Culex Pipiens, una especie autóctona que también se conoce como mosquito común.
"La erradicación ahora mismo es imposible", reconoce Figuerola, que señala desde Doñana que en el caso hipotético de que se acabara con el virus un año, a las dos o tres temporadas éste regresaría con las aves que actúan como huéspedes. Los caballos y humanos son anfitriones "accidentales", que entran en la cadena por ser objeto de picaduras de mosquito.
"El que haya aves y mosquitos no es un problema. El problema es cuando los mosquitos infectados están cerca de núcleos de población", asevera el investigador, que añade que es necesario vigilar antes de que se den casos. En este sentido, Andalucía cuenta con un plan de vigilancia que incluye 120 puntos de control donde se hacen muestreos semanales. Gracias a estos controles se ha detectado la presencia del virus en Almería, pese a que no se ha dado ningún contagio en mamíferos.
La presencia de los mosquitos depende de las condiciones ambientales. Lugares con agua dulce estancada, sin depredadores, es idónea para la proliferación de insectos. El Culex Pipiens se adapta bien al clima mediterráneo, mientras que hay menos presencia a mayor altitud. A más mosquitos crece la potencial transmisión del virus.
Riesgo por municipios
Con los datos sobre hospedadores naturales, clima y casos ya registrados en humanos, equinos y aves, investigadores de la Estación Biológica de Doñana, del Centro Nacional de Microbiología y del CIBER han elaborado un mapa interactivo en el que se señalan las zonas con mayor probabilidad de presencia del virus. Hasta 136 municipios de Granada tienen una estimación de idoneidad superior al 0,30. Esta tasa indicadora llega a un máximo de 1. Se da en la localidad de Salobreña. Por detrás, Motril (0,99), Algarinejo (0,96), Almuñécar (0,94) y Zagra e Ítrabo (0,90).
"En resumen, los mayores riesgos de transmisión del virus se localizan en amplias zonas de las comunidades de Andalucía, Extremadura, Valencia y Baleares", detalla el informe publicado por el Ministerio de Sanidad. "Los valores más elevados pueden utilizarse para establecer las localidades más adecuadas para reforzar la vigilancia en vectores y o hospedadores o para el establecimiento de programas de sensibilización a la población, y prevención y control de vectores". El informe detalla además que no se puede considerar que el riesgo con valores bajos sea nulo, ya que el virus puede dispersarse.
Josué Martínez, investigador de la Estación Biológica de Doñana y que anteriormente trabajó en el Departamento de Parasitología de la Universidad de Granada, por su parte señala que las temperaturas pueden ser un factor determinante en los ciclos de desarrollo larvario de los mosquitos, que también depende de la disponibilidad de agua. En este punto es clave evitar encharcamientos, incluso en el platillo de las macetas. "Hay especies que se reproducen en pequeños contenedores, como los platos de los tiestos", agrega el investigador.
El 20 de junio se publicó el último informe de las tareas de vigilancia para la identificación del virus en vectores, una iniciativa de la Consejería de Salud. El documento señala que no hay en la comunidad casos en humanos ni municipios en situación de alerta.
Anteriormente se había hecho pública la clasificación de las localidades por niveles de riesgo de transmisión. Cuatro de los que presentan un nivel alto están en Granada. Se trata de Atarfe, Pinos Puente, Valle del Zalabí y Santa Fe.
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