Un rincón donde los caracoles ganan
A la espalda del antiguo edificio de Sánchez, muy cerca de Puente Blanco, se encuentra el Rincón de Cristóbal, una acogedora taberna donde se puede escapar del bullicio del centro sin salir de él. Al frente del negocio se encuentran Cristóbal Solano y María Victorial Caracuel, un matrimonio que en julio de 2002 decidió recoger el testigo de los padres de él y continuar con la actividad hostelera de lo que era el bar Cristóbal José.
Sus populares caracoles, en tapa o en ración, son uno de los atractivos del local. Alrededor de 20 kilos a la semana de este molusco son servidos en las mesas y la barra. Con una consistente salsa de almendras y una preparación que ha pasado de generación en generación, los propietarios del establecimiento han conseguido que el caracol -parafraseando a Ramón Gómez de la Serna- 'toque el trombón que lleva a cuestas' y sepa a música en el paladar de los amantes de esta exquisitez. Greguerías aparte, lo cierto es que su receta mereció en 2011 el primer premio de la tercera edición del concurso gastronómico Granada de tapas, en la categoría de maridaje con productos granadinos.
Ahora bien, la cocina del Rincón de Cristóbal también trabaja otros muchos platos, como los callos con garbanzos, el rabo de toro, las manitas de cerdo o la carrillada, sin perder de vista las raíces tradicionales de sus fogones, dirigidos por María Victoria, e incorporando "con humildad" las sugerencias de los clientes.
Los dueños del local han enfocado el negocio al tapeo, con casi medio centenar de propuestas diferentes y seleccionables de forma individual, que incluyen rosquillas, hamburguesas, tostas, pinchitos, pescados o ibéricos, junto a los platos del día, que alternan migas, paella y carne en salsa. Incluso ofrecen tres 'sinfonías' de tapas, una opción "muy socorrida para conocer la variedad de una sola vez", explica el empresario. No obstante, junto a las tapas, el Rincón de Cristóbal incorpora raciones y medias raciones de estos mismos platos y presta servicio de desayunos todos los días, con grandes tostadas de atún, pavo, jamón o la 'mágica', de roquefort y tomate, entre otras.
Para acompañar las comidas y cenas, la taberna apuesta por los productos locales, contando con una amplia bodega en la que destaca la presencia granadina de vinos, como Méndez Moya, Vertijana, Prado Negro y Muñana, y cervezas artesanales de la provincia, como Puchero Cervega, Al'Andaluz, Sativa, Sacromonte, Alpujarra y Al'Zawiya. Además, los comensales pueden copear diferentes marcas a precios asequibles.
El local, reformado íntegramente en 2003, invita a ello, gracias a un estilo rústico que expide calidez y una terraza a disposición de los clientes los 365 días del año. Tras 14 años, sus propietarios mantienen la ilusión y las ganas que les llevaron a abrir sus puertas sin tener todavía cristales en los ventanales y prefieren seguir cuidando como hasta ahora de "su joya" antes que embarcarse en nuevos proyectos que le resten atención y calidad al establecimiento.
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