Un rincón con duende en la colina de la Sabika

B. Gallego Coín

07 de marzo 2015 - 01:00

JARDINES ALBERTO

Está en la colina de la Alhambra, contagiado de su espíritu y de su estética. Tiene una alberca con peces de colores y nenúfares, una palmera cimbreante, jazmines, aspidistras, acantos, violetas… mires donde mires te sorprende un detalle antiguo lleno de encanto. Este fantástico Carmen llamado de Bellavista lo adquirió el pintor Ramón Carazo (1896-1936), coetáneo de Federico García Lorca y todo un maestro en el arte del retrato. Pura escuela granadina. Su jardín ha acogido tertulias de artistas, conversaciones perfumadas con aromas de hierbabuena, de albahaca, de arrayán… Ramón Carazo muere muy joven, con 40 años deja a su mujer María Jordán viuda con dos hijos en un momento fatídico, el comienzo de la Guerra Civil. Por necesidad se vende la mitad del Carmen, el tiempo pasa y en 1953 Alberto Carazo hijo convierte la casa en una sala de fiestas con espectáculo flamenco donde comenzaron su carrera grandes como Manuela Vargas, Ana Mari Bueno o Manuel Cano. Tuvo tanto éxito que recibió de manos de Manuel Fraga el Premio al Mérito Turístico.

Hoy por hoy, Jardines Alberto es un carmen-restaurante con un equipo de veinte empleados y un cheff francés con tres estrellas Michelin, Jean Paul Vinay, que en su momento trabajó en El Bulli, mano a mano con Ferrán Adriá. Abre y cierra sus puertas acompasado con la Alhambra, a partir del 14 de marzo hasta las 20 horas y desde mayo a septiembre hasta la medianoche. Es especialmente delicioso cenar aquí a la luz de las velas en las noches de verano que coinciden con el Festival para escuchar la música que viaja libremente desde el Carlos V o el Generalife. También comenzar el día desayunando con la especial energía que proporciona un lugar rodeado de tanta belleza. Los comentarios que publica Trip Advisor esta misma semana no dejan lugar a dudas: "absolutamente fabuloso", "una sorpresa increíble". Por Jardines Alberto han pasado, hace muy poco, el actor Wallace Shawn (Manhattan, All that Jazz, La Princesa prometida); el grupo Jarabe de Palo e incluso el Príncipe Haakon de Noruega, de incógnito y con gorro de lana.

El menú del día cuesta 14 euros. La especialidad de la casa es el Rabo de Toro y como postre los deliciosos 'Jeampoliños', afectuoso diminutivo con que el equipo ha bautizado una receta del cheff Jean Paul. La cocina es de calidad, con productos muy frescos del día. No faltan los toques franceses, sobre todo en Navidad, cuando pueden degustarse deliciosos chocolates, panes con especias y otras "delicatesen".

Una de las peculiaridades es la tienda de taracea que pertenece al restaurante y la sala de exposiciones en honor a Ramón Carazo, donde muestran su trabajo artistas locales. También la magnífica chimenea con olor a madera de encina.

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