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Primeros robos de aceite en almazaras de Granada en puertas de la campaña de recogida de la aceituna

Olivar, en una imagen de archivo.

Olivar, en una imagen de archivo. / R. G.

El campo granadino acaba de cerrar uno de los peores años de las últimas décadas y ya se prepara para otro ejercicio complicado. En Granada, con la campaña de recogida de la aceituna en puertas -suele comenzar a primeros de noviembre- ya se han registrado sustracciones de aceite ya envasado en almazaras. Se llevan el aceite para revenderlo, no para consumo, con el acicate del incremento del precio -hasta doce euros el litro- de este producto.

Según explica el vicesecretario de Asaja en Granada, Rafael Martínez-Cañavate, hace unas semanas se llevaron un palé de botellas de aceite en una almazara. El sector teme que la situación se complique durante la campaña de recogida, que se prevé difícil por la escasez de lluvias y los daños a la floración que causó el calor de la pasada primavera. Para Martínez-Cañavate esta reducción de recogida de fruto puede repercutir en el empleo de forma directa. "Va a haber gente muy necesitada".

Según la estimación de Asaja, se prevé un aforo de 56.000 toneladas, que, como mucho, podría llegar a las 60.000 o 65.000 toneladas. Esto supone empeorar los datos de la pasada campaña. Granada es de hecho, según la organización, la única provincia que no mejorará su producción de aceite con respecto a la campaña anterior, según el balance del 2022/2023 realizado por Asaja y que estima pérdidas de 400 millones en el campo y la agricultura, con 300 millones de pérdida en aceite.

Si en el caso del aceite envasado el robo  suele ser en una almazara, para sustraer la aceituna  se trasladan a los olivares donde los ladrones, algunos pertenecientes a redes de compraventa, se toman incluso el tiempo necesario para varear los olivos y coger la aceituna  antes de llevarla hasta los puntos de recepción, informa Efe.

La labor de las fuerzas de seguridad, especialmente de los equipos ROCA de la Guardia Civil, es interceptar estos traslados de aceituna  o inspeccionar puntos de recepción para verificar si la mercancía cuenta con el Documento de Acompañamiento del Transporte (DAT) en el que conste cuál es el origen y el destino del género. Si no se acredita su legítima procedencia, se inmoviliza y decomisa la aceituna  que, normalmente, es llevada a depósitos municipales. Una aceituna  que, por cierto, se destruye, algo a lo que se han opuesto desde algunos estamentos agrarios y políticos que piden evitar su destrucción para poder transformarla en aceite y donarla a ONG.

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