La salud mejora a ritmo de bulerías

La bailaora Ana María Ruiz ha creado la farmacoterapia, una gimnasia que utiliza el flamenco y sus bailes para mejorar el estado físico, principalmente de los mayores · Este ejercicio estimula las funciones vitales

Ana María imparte sus clases en La Zubia y asegura que corrige dolencias posturales y revitaliza a sus alumnos.
Ana María imparte sus clases en La Zubia y asegura que corrige dolencias posturales y revitaliza a sus alumnos.
Pilar Salas / Efe / Granada

03 de febrero 2008 - 01:00

Vencer una depresión, mejorar el riego sanguíneo, aliviar los dolores de espalda o ganar agilidad son algunos de los logros de la flamencoterapia, ejercicios basados en el baile flamenco diseñados por una bailaora y flamencóloga granadina, Ana María Ruiz, que ha verificado estos efectos en sus talleres.

Para diseñar esta terapia aunó sus conocimientos de danza y flamenco, conversó con psicólogos y extrajo algunos elementos de pilates. Y el resultado es una gimnasia "nada agresiva, que insiste en los estiramientos y que contribuye a mantener en forma el cuerpo y la mente", según ha explicado su creadora, Ana María Ruiz.

Está destinado a personas con problemas de depresión, soledad o Alzheimer, a ancianos que no pueden practicar ejercicio físico intenso, a quienes ya no tienen edad para ser estrellas del baile flamenco pero quieren aprenderlo, a discapacitados psíquicos o a quienes sufran reducción de la psicomotricidad.

Gracias a las coreografías, en las que se combina el uso de las castañuelas, abanicos y mantones, y a un intenso calentamiento previo, las mejorías físicas y psíquicas se perciben "desde el primer día", asegura.

Ana María, que ejerce la flamencoterapia en el municipio de La Zubia, apunta entre sus beneficios el alivio de los dolores de espalda porque "corrige errores posturales" o el fortalecimiento del suelo pélvico para frenar la incontinencia urinaria.

Con este ejercicio, la flamencoterapia, se estimulan funciones a través del baile.

La mente se ejercita para recordar los pasos, el oído para seguir el compás y el cuerpo para ejecutar los movimientos, mientras que la música aporta sus bondades psicológicas a ritmo de bulerías, fandangos o tanguillos.

Además de los efectos saludables, la flamencoterapia persigue dar a conocer el arte flamenco y hacer que quienes lo rechazan porque no lo entienden sean capaces de diferenciar los distintos palos y disfrutar de los distintos sentimientos que se transmiten con el cante y el baile.

Esta gimnasia para espíritu y cuerpo, destinada a personas mayores de 30 años, no les convertirá en artistas destacados pero sí les capacitará para bailar con los amigos y conocer el mundo del flamenco, según su diseñadora y profesora.

El gusto por el flamenco, por indagar en su historia y por difundirla acompañan a Ana María desde edades tempranas. Su vida ha estado y está vinculada al flamenco, que le ha permitido recorrer distintos países y participar en los mejores ballet.

De hecho, ha impartido clases prácticas y conferencias en Cuba o Costa Rica, ha sido jurado de prestigiosos certámenes en España y ha sido miembro del grupo "Fuerza y esencia de mujer", donde transforma las letras tradicionalmente machistas en mensajes contra la violencia de género y la autonomía femenina.

Enamorada de todo lo que representa este arte, ha sido maestra del Ballet Nacional de Cuba y en el Instituto Superior de Arte de La Habana y está dispuesta a vestir los volantes siempre que haya alguien que lo necesite o que esté dispuesto a aprender.

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