El silencio se adueña de Casa Agreda

La que fuera residencia del caballero Don Diego de Vera Agreda y Vargas, un orfanato y, posteriormente, una escuela hogar permanece cerrada a su suerte desde hace dos años

El silencio se adueña de Casa Agreda
C. Rodríguez / Granada

29 de junio 2009 - 01:00

En los patios donde antes se escuchaban voces y risas infantiles, ahora hay silencio. En las cocinas y antiguos dormitorios de las niñas internas en los que reinaba el alboroto, ahora sólo se respira quietud. En los lavaderos ya no existe el trajín de trapos ni el chapoteo de las pilas. Casa Agreda ha enmudecido y se encuentra a la espera de que alguien la despierte de este sueño indefinido en el que se encuentra en estos momentos.

El palacete del siglo XVI cerró sus puertas en 2007 después de haber sido el hogar de cientos de niñas internas durante más de 65 años. La congregación de la Divina Infantita abandonaba esta histórica casa ubicada en plena Cuesta de Santa Inés para trasladarse a sus nuevas dependencias en la Casería de la Merced, en la Zona Norte. El Ayuntamiento recuperaba entonces el inmueble que dejó en manos de las religiosas en 1940. Nadie conocía el destino incierto que le deparaba al edificio señorial.

Por el momento, Casa Agreda respira con más calma. La intención municipal de sacarla a la venta para convertirla en un hotel con encanto se encuentra en stand bye y, según las últimas declaraciones de Juan Antonio Mérida, portavoz del equipo de Gobierno, "por ahora, no se va a sacar a la venta nada". En realidad, la jugada del Ayuntamiento de venderla por 6,1 millones de euros se fue al traste y nadie optó al concurso de compra. A la par, la noticia de la venta de esta propiedad junto a la Casa de San Matías y al Palacio de Santa Inés, provocó una marea ciudadana a favor de la que fuera residencia del caballero Don Diego de Vera Agreda y Vargas.

Después de toda esta tempestad ha llegado la calma, pero ya hay quien advierte que la calma eterna no es buena. Actualmente la casa se encuentra en buen estado pero ya se pueden ver signos que podrían perjudicarle en un futuro. Ventanas abiertas, patios llenos de hojas secas que generan suciedad y, especialmente, palomas que anidan en el bello artesonado mudéjar del inmueble, preocupan a los partidarios de que Casa Agreda se recupere y se convierta en un espacio abierto a todos los ciudadanos y turistas.

En realidad, el buen uso que le dieron las religiosas durante su estancia y la belleza en si del inmueble lo hacen diana de muchos proyectos.

La casa se divide en varias alas. La noble y otras, anexas, que se fueron adquiriendo con el paso del tiempo. La parte histórica es la más bella y se conserva casi a la perfección, el resto de la vivienda donde, por ejemplo, se encontraban los dormitorios de las niñas, ahora son enormes salas vacías con una luz y unas vistas envidiables.

Visto que la venta para uso hotelero quedó frustrada y que, incluso, el Centro Unesco de Andalucía defendió el mantenimiento del uso de éste y otros históricos edificios, el Ayuntamiento debe comenzar a buscar alternativas -a pesar de que la puerta a la venta no está cerrada por completo-.

En este punto, las posturas entre el equipo de Gobierno y la oposición se encuentran enfrentadas. El equipo de Gobierno apunta que, de no venderse -incluso estuvo en negociaciones con la Universidad-, Casa Agreda podría albergar la Escuela de Fiscales. Básicamente, lo que planteaba era un intercambio para que el Banco de España se convirtiera en el museo de la ciudad que siempre han querido, pero esta propuesta tiene pocos visos de prosperar. Por su parte, la oposición le busca otros destinos. El grupo municipal socialista, principal artífice de que la ciudad se volcara con la casa cuando se planteó la venta, considera que Casa Agreda sí que podría ser la sede de un museo para la ciudad. Isidro Olgoso, concejal socialista, opina que el inmueble se encuentra en un lugar estratégico de Granada.

"En pleno bajo Albaicín, a poca distancia del centro, con dependencias amplias para disponer de colecciones... en definitiva, podría ser un centro cultural de primer orden", apunta. Olgoso considera que las pegas que pone el Partido Popular a que el palacete sea un museo -como por la dificultad de trasladar los obras- no tienen sentido y que sólo obstaculizan que la idea de aprovechar el patrimonio histórico y cultural de la ciudad. "Es más, ya hay particulares que estarían dispuestos a donar obras de arte de los siglos XVI y XVII para que se expusieran en estas dependencias". Izquierda Unida opina en la misma línea que los socialistas. Su portavoz, Lola Ruiz demandó esta semana al Ayuntamiento un plan que rehabilitara los 2.000 edificios abandonados que hay en la ciudad e hizo hincapié en los inmuebles históricos. Ruiz no se olvidó nombrar a Casa Agreda que la marcó como objetivo prioritario en la rehabilitación. "Un grupo de expertos y técnicos debería realizar un estudio para indicar cuáles son los usos más convenientes que podría albergar".

Y el caso es que entre decisiones políticas, estudios de expertos, ofertas y desencuentros, Casa Agreda sigue quieta, en silencio, a la espera de que alguien abra las puertas que se cerraron hace dos años.

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