Seísmo

¿Por qué se sintió tanto el terremoto de Granada?

  • El hecho de que la sacudida se produjera pasada la medianoche hizo que a la mayoría le pillara en la cama, por lo que se percibió con mayor intensidad

Gráfica del Instituto Andaluz de Geofísica y Prevención de Desastres Sísmicos de la UGR que refleja la sacudida.

Gráfica del Instituto Andaluz de Geofísica y Prevención de Desastres Sísmicos de la UGR que refleja la sacudida. / Antonio L. Juárez (Photographerssports)

El terremoto ha sustituido al coronavirus como tema principal de más de una conversación, a buen seguro, pero incluso entre estos hechos, pandemia y sismo, si se hila, hay conexión. La sacudida, que afortunadamente no produjo daños materiales ni personales, ocurrió poco después de la medianoche. Exactamente a las 00:09 horas.

El hecho de que en Granada rija el toque de queda (no se puede transitar a partir de las diez de la noche a no ser que haya una causa justificada para ello) pudo propiciar que más población sintiera el movimiento. La causa es que, al estar en casa –sentados o recostados en la cama–, este tipo de fenómenos se pueden sentir con más intensidad que si se está en la calle o se viaja en coche. Para Mercedes Feriche, del Instituto Andaluz de Geofísica y Prevención de Desastres Sísmicos de la Universidad de Granada (UGR) “por la franja horaria” del seísmo, éste fue sentido por un número notable de residentes en los municipios cercanos al epicentro del temblor, localizado “muy cerca de El Jau”.

La investigadora señala el punto en el que se ubica el epicentro. La investigadora señala el punto en el que se ubica el epicentro.

La investigadora señala el punto en el que se ubica el epicentro. / Antonio L. Juárez

Otro factor que propició que el terremoto fuera sentido por la población está en que fue “muy superficial”, entre seis y siete kilómetros de profundidad. Pese al susto de ayer, Feriche reitera que la sacudida corresponde a la actividad normal de la zona, en la que son frecuentes los microseísmos. El de la medianoche fue de magnitud 3,6, y se sintió con intensidad IV (que se define como sentido dentro de los edificios por muchos y sólo por muy pocos en el exterior, vibración moderada, cimbreo del edificio y chasquidos) en Santa Fe, Atarfe, Maracena, Pinos Puente y Chauchina. También en Granada y su Área Metropolitana, en Huétor Santillán, Alfacar e incluso en la Costa, eso sí, en los municipios de la franja litoral con menor intensidad (II, lo que significa que ha sido sentido en casos aislados).

Desde el 112 se indicó el teléfono de emergencias recibió tras el temblor 41 llamadas de particulares. Los avisos se recibieron desde Granada capital y de los municipios de Santa Fe, Vegas del Genil, Atarfe, Maracena, Armilla, Peligros, Albolote, Las Gabias y Chauchina. Por su parte, la Policía Local de Granada indicó que en el 092 se recibieron algunas llamadas (entre tres y cuatro) pero ninguna reseñó daños personales ni materiales, sino que solicitaban información sobre lo que acababa de ocurrir.

Tras el sismo de las 00:09 hubo “un par de réplicas”, indica Feriche, aunque éstas no alertaron a la población. La investigadora del Instituto Andaluz de Geofísica y Prevención de Desastres Sísmicos de la Universidad de Granada también destacó que, aunque el miércoles hubo otros dos sismos registrados en Granada (concretamente en Fuente Vaqueros, con magnitud 2 y 2,3) y el martes 1 de diciembre otro en Valderrubio (de 1,8) “no se trata de una serie” de temblores “de momento”. Granada sí tuvo un episodio de serie de seísmos en 2018. En ese año se produjo, un 9 de octubre, un terremoto de magnitud 4 y justo en la misma zona que el de la medianoche del miércoles al jueves.

Mercedes Feriche recordó algunos consejos básicos para poner en práctica cuando se produce un temblor de tierra. “Durante el terremoto, si estás dentro, te quedas dentro, y si estás fuera, te quedas fuera”. La investigadora reseñó también que es importante “mantener la calma” y protegerse. Si se está en un interior es clave buscar una estructura fuerte (una mesa, una cama) y proteger la cabeza.

Si se está en la vía pública, se debe buscar un espacio abierto, retirado de fachadas por el peligro que pueden suponer desprendimientos de cornisas, letreros luminosos u otros elementos. Una vez pasado el temblor hay que socorrer a las posibles víctimas y Feriche recuerda que es muy recomendable no usar el teléfono “salvo para pedir ayuda”. Se puede contactar con familiares o allegados a través de mensajes, sin llamadas, ya que un elevado número de comunicaciones puede suponer el colapso de la red e interferir en el trabajo de los equipos de emergencia en momentos cruciales.

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