"La situación inmobiliaria de hoy va contra la libertad en la arquitectura"
El profesional vasco considera que los promotores europeos sienten un enorme respeto y sensibilidad tanto al trabajo de los arquitectos como de los usuarios que no existe en España
"Nuestro ideal de arquitectura se basa más en la incertidumbre que en la certeza, por eso todos nuestros edificios son distintos unos de otros". Eduardo Arroyo (Bilbao, 1964) es uno de los arquitectos más prestigiosos de España y uno de los que cuentan con mayor proyección en Europa. Este curso ha participado en Granada en uno de los ciclos organizado por el Colegio de Arquitectos impartiendo una conferencia sobre su estudio de arquitectura, No.Mad, responsable, entre otros, del Estadio de Fútbol Lasesarre, de Baracaldo, o de la Casa Levene, en San Lorenzo de El Escorial. Para Arroyo, cada nueva obra tiene que ser una nueva aventura, un nuevo reto, un nuevo paso. "La arquitectura del siglo XXI debe ser más exógena, relacionarse más con el exterior".
-A la hora de diseñar un edificio, ¿en qué se piensa más hoy, en el hombre que va a habitarlo o en la obra en sí?
-Bueno, generalizar es eliminar posibilidades y olvidar a muchas personas que se esfuerzan por abrir caminos, pero hoy se construye en general sin pensar en las personas, aunque hay una parte de la profesión que hace un esfuerzo adicional para pensar en el hombre y plantear las cosas de cara al futuro.
-¿Es compatible la actual situación del mercado de la vivienda con el trabajo de los arquitectos?
-No. Sería compatible si en España se hiciera a la manera europea. En el resto de Europa hay mercados inmobiliarios que tienen mucho respeto al trabajo de los arquitectos, hay una sensibilidad de los constructores a los usuarios y su entorno que en España no se da. Yo acabo de llegar de México y me he dado cuenta de qué diferente es construir allí y construir en España. Eso viene dado porque en México el suelo supone el 5% del precio de la vivienda, mientras que en España el suelo supone el 50%. De ahí el desastre de las inmobiliarias españolas en México. Fueron con criterios españoles y han fracasado.
-Entre sus trabajos se encuentran varios proyectos de Viviendas de Protección Oficial [VPO]. ¿Se pueden hacer VPO con buen gusto?
-Totalmente. De hecho, las VPO son las únicas construcciones en que existe un equilibrio entre la libertad de producción y la confianza del promotor, que en este caso es el Estado. Yo me encuentro muy cómodo planeando VPO porque tienes un margen de libertad muy grande. Puedes restringirte ese margen de libertad, pero sabes que lo tienes ahí.
-¿En qué situación se encuentra actualmente la arquitectura europea?
-Estamos ahora mismo en un punto de disociación. Por un lado, está la arquitectura-espectáculo, que utiliza mucho la metáfora. Es una arquitectura de la que la población entiende el mensaje. Y existe otra arquitectura que sigue buscándole el sentido a la propia arquitectura. En esa corriente, el objeto no es tan importante como el filtro. Quiere darle la importancia que tiene la arquitectura como filtro protector del hombre ante su entorno. De modo que una parte de las corrientes de hoy tiene una tendencia muy espectacular, muy publicitaria, muy mediática. Se trata de una arquitectura que tiene lo que se llama el efecto pelota: hago algo muy espectacular, que llame la atención, ergo saco votos. Ahí está el ejemplo de los museos que se hacían en los años setenta y ochenta, muy equilibrados, y el boom mediático que existe ahora.
-Habla de museos y usted es de Bilbao. ¿Qué le parece como arquitecto el Guggenheim? ¿Encaja con su entorno?
-Sí. Es un edificio que ha leído muy bien las condiciones del sitio donde estaba. Tiene un valor urbano muy importante en cuanto a la autoestima de la propia ciudad. Cuando el Guggenheim comenzó a construirse, Bilbao tenía muy poca autoestima. El museo generó esa autoestima necesaria. De todas formas, Frank Gehry hace obras que no tienen nada que ver con su entorno. Él tiene la visión despegada del artista que hace su obra. Va consiguiendo un premio tras otro.
-¿A qué nivel están hoy vistos en el mundo los arquitectos españoles?
-Bueno, públicamente, debería decir que en el más alto. Pero, ya hablando en serio, debo decir que tenemos muchas menos oportunidades que el resto de los arquitectos europeos o los arquitectos norteamericanos porque no tenemos marca. Aún no hemos conseguido tener una marca. La marca española sería un concepto interesantísimo para unir a diferentes arquitectos, para apelotonarnos y salir como un grupo. Pero España es un país muy cainita. ¿Quién podría juntar a todos los arquitectos que hay por aquí? Sería imposible por las características de este país.
-Uno de sus proyectos más interesantes es el Estadio de Fútbol de Lasesarre, que durante una hora y media está dedicado al fútbol y resto del tiempo a diferentes actividades. ¿Cómo lo planteó?
-Toda nuestra obra intenta resolver incertidumbres, buscar condiciones nuevas. Teníamos un edificio como estadio al igual que todos los estadios. Pensamos en cómo darle la vuelta, hacerlo versátil, alquilable a cachitos. Las certezas ya las teníamos. Teníamos que buscar la incertidumbre.
También te puede interesar
Lo último
Contenido ofrecido por el Circo Encantado
Contenido ofrecido por el Colegio de Veterinarios de Granada
Contenido ofrecido por Aguasvira