El stock de viviendas sin vender supera ya los 12.000 inmuebles

El conocido y recurrente 'cuello de botella' es el símil que mejor representa la situación por la que atraviesa el sector inmobiliario. La estrepitosa caída de las ventas, sumada a la progresiva finalización de las promociones, está provocando que el parque de viviendas terminadas y no vendidas sea cada vez mayor.

Ya son alrededor de 12.000 los inmuebles que mantienen la solería sin estrenar, según estima la Asociación de Constructores y Promotores de Granada, a pesar de la bajada de precios que los promotores están asumiendo para conseguir introducir las viviendas en el mercado. "El sector necesitaba un ajuste y es lo que ha ocurrido, aunque la reducción de los precios depende del coste al que se compró el suelo", comenta el gerente de la ACP, Francisco Martínez Cañavate.

Pero ni el abaratamiento que ha registrado uno de cada tres pisos consigue sobreponer al sector, que en lo que va de año acumula más de 5.700 viviendas en stock, de las 10.200 finalizadas en 2008, según los datos del Ministerio de Vivienda, una situación que empeorará conforme vayan terminándose las promociones que están actualmente en marcha.

No obstante, la ACP insiste en que el problema de la disminución de los contratos de compraventa no está causado por la ausencia de compradores, sino por el endurecimiento de las condiciones crediticias de las entidades financieras, por el que el 40% de las hipotecas solicitadas resultan rechazadas. "Existe una demanda real que está retraída", afirma Martínez Cañavate.

Así, la inyección de capital por parte del Gobierno a los bancos españoles hace prever a los empresarios un repunte de las compraventas a principios del próximo año, aunque sin llegar a las cifras arrojadas en 2005 o 2006. Además, la ACP augura que la inestabilidad de las bolsas mundiales llevará a los inversores bursátiles a cambiar la compra de acciones por la de pisos, con los que "obtendrán mayores beneficios a corto y medio plazo".

Junto a esto, los empresarios recuerdan que es "el mejor momento" para adquirir una vivienda, ya que confluyen todos los factores que favorecen al consumidor: existe una amplia oferta de pisos a precios perceptiblemente más económicos y los tipos de interés han descendido, lo que terminará arrastrando al Euríbor y las cuotas hipotecarias.