El suelo de Granada 'cotiza' al alza

Las perspectivas de recuperación, aunque sea en niveles macroeconómicos que poco se notan en el día a día de las familias granadinas, tienen una traducción directa en asuntos tan terrenales como el precio del suelo. El lento despertar inmobiliario, que está comenzando a crear empleo y a recomponer poco a poco toda la industria relacionada con el 'ladrillo', ha tenido como efecto directo la cotización al alza de la materia prima del sector.

Según los datos que publicó ayer el Ministerio de Fomento, el precio del metro cuadrado de suelo urbano en la provincia se situó al cierre del mes de junio en 128,2 euros, un 9,9% más que en el mismo periodo del año pasado. Aunque no es la primera subida interanual que registra el precio del suelo de Granada desde que comenzó la crisis (ya lo hizo en el último trimestre de 2014, por ejemplo), sí que es la primera vez en cinco años que el coste del metro cuadrado se cierra con signo positivo en un segundo trimestre. Desde 2010, los indicadores del mes de junio siempre habían resultado negativos.

Además, la evolución que ha registrado el precio del suelo urbano en Granada rompe la tendencia del resto de la comunidad autónoma. En el conjunto andaluz, el coste de la materia prima del sector inmobiliario se ha reducido un 1,8%, pasando de los 155,6 euros por metro cuadrado del segundo trimestre de 2014 a los 152,8 de la actualidad. También ha crecido más Granada que el conjunto nacional, donde el precio del suelo ha experimentado un encarecimiento del 4,7% en el último año, hasta alcanzar los 153,3 euros por metro cuadrado.

La 'cotización' al alza que han experimentado los precios en Granada ha tenido un efecto llamativo. En la capital, la zona donde más cuesta a promotores y particulares hacerse con una parcela de suelo urbano, el precio del metro cuadrado ha alcanzado los 389,5 euros en el segundo trimestre del año. Esta cifra es espectacular por varias razones. Por un lado, triplica el precio medio provincial, que se queda a años luz. Y, por otro, esos 389,5 euros de media que se pagan en la capital por cada metro cuadrado de suelo urbano convierten a Granada en la tercera gran ciudad española con los precios más 'prohibitivos'. Sólo Madrid, con un precio medio del suelo urbano de 547,3 euros por metro cuadrado, y Barcelona, con 544,7, están por delante de Granada en materia de cotización de los terrenos.

En Andalucía, la única ciudad que se acerca al precio medio del suelo urbano granadino -y se queda lejos- es Málaga, con un coste medio de 274,8 euros por metro cuadrado. Le siguen Almería, con 225,6 euros por metro; Jaén, con 216,9; Córdoba, con 165,4; Sevilla, con 153,6; y Cádiz, con 151,6.

La estadística del Ministerio de Fomento, elaborada con los datos facilitados por el Colegio de Registradores de la Propiedad y Mercantiles, señala también que la elevada cotización del suelo en la capital es una 'anomalía' que no se registra en el conjunto de la provincia. En el resto de los municipios granadinos los precios son mucho más asequibles. Así, en los municipios de menos de mil habitantes el precio del suelo urbano se sitúa en torno a los 29,4 euros por metro cuadrado; en las localidades de entre 1.000 y 5.000 habitantes, el coste es de 94,6 euros por metro cuadrado; que se elevan a 118,8 euros por metro en el caso de los municipios de entre 5.000 y 10.000 vecinos. En último lugar antes de llegar a la capital, ocupado por los municipios de entre 10.000 y 50.000 habitantes, el coste del metro cuadrado se situó al cierre del segundo trimestre del año en 112,9 euros.

El incremento del coste del suelo tiene una relación directa con el aumento de la demanda. Las estadísticas del Ministerio de Fomento también reflejan un importante aumento de las operaciones de compraventa de suelo en lo que va de año, que evidencian que el sector ya ha tocado fondo y que ahora todo lo que queda es subir. Entre enero y junio se han registrado en Granada 180 compraventas de suelo urbano, un 37,4% más que en el mismo periodo del año pasado, cuando apenas se contabilizaron 131 operaciones. Aunque la actividad inmobiliaria sigue teniendo un ritmo mucho más bajo que en los años anteriores a la crisis -en 2007, por ejemplo, promotores y particulares compraron 621 parcelas urbanas-, es significativamente superior al del año pasado, que todos los indicadores señalan como el peor para la industria del ladrillo.

Además, no se trata sólo de que se haya comprado más suelo destinado a la edificación de viviendas, sino de quiénes y por cuánto lo han comprado. Los datos oficiales del Ministerio de Fomento señalan que de las 180 operaciones registradas en el primer semestre del año, 134 fueron realizadas por particulares y 46 por personas jurídicas. Esto significa que las empresas han impulsado un 70,4% la compraventa de suelo, ya que en la primera mitad del año 2014 apenas se contabilizaron 27 operaciones por parte de personas jurídicas. Aunque las transacciones de suelo a manos de particulares también han aumentado, lo han hecho en menor medida, pasando de las 94 del año pasado a las 127 de la actualidad.

El mayor peso de las operaciones 'profesionales' se deja notar también en la superficie de las parcelas que se han vendido hasta junio. En el primer semestre del año pasado se transmitieron de unas manos a otras 78.200 metros cuadrados de suelo urbano, frente a los 169.800 de la actualidad, lo que significa que el tamaño de las parcelas vendidas se ha duplicado en apenas un ejercicio.

La otra clave que ofrecen los datos de Fomento es el valor del suelo que se ha vendido en esta primera mitad del año. Porque se han comprado más parcelas, más grandes y más caras. El valor de las transacciones de suelo realizadas a lo largo del primer semestre del año ha alcanzado los 14,8 millones de euros, frente a los 6,1 del mismo periodo de 2014. En los últimos doce meses, el valor de las transacciones de suelo urbano en la provincia ha experimentado un crecimiento del 140,9%.

Según los datos del Ministerio de Fomento, han sido las empresas las que han asumido la mayor inversión en suelo urbano: 10,3 millones de euros, frente a los 4,5 millones que han desembolsado los particulares para comprar sus parcelas destinadas a la construcción de viviendas.