LOS ROSTROS DEL I+D+I

El talento también regresa

  • Los últimos 'fichajes' de la Universidad de Granada con el programa Cajal son investigadores que han trabajado en Estados Unidos, Austria e Inglaterra durante años en la última década

Su "aventura" en el extranjero ha terminado, por ahora. La fuga de talento en España tiene algunas excepciones, como las de ese puñado de científicos que, después de dar vueltas por el mundo, aprender e investigar con los mejores, consigue un contrato Ramón y Cajal o similar, con el que tiene la oportunidad de liderar sus investigaciones en España. A la UGR han regresado ahora cuatro investigadores que traen una maleta llena de experiencia, ideas y ganas de emprender nuevos proyectos que destaquen en el mundo, pero desde aquí.

Una bióloga que lidera una importante investigación sobre Psiquiatría y genética, una científica que aplicará a nuestra agricultura y medio ambiente las novedades en el uso de bacterias practicadas en Estados Unidos, un doctor en Física que idea aplicaciones infinitas para sus partículas magnéticas, desde asfaltos que se autorreparan hasta tratamientos para el cáncer; y una historiadora experta en las relaciones entre el poder y las mujeres de las cortes europeas de la Edad Moderna. Todos ellos trabajarán durante los próximos 5 años en la Universidad de Granada después de haber pasado mucho tiempo en el extranjero, enlazando becas con contratos precarios.

Algunos ya habían conseguido volver a Granada temporalmente, pero la adjudicación del contrato Ramón y Cajal les aporta estabilidad durante algunos años para afrontar ahora mayores proyectos de investigación a largo plazo. Margarita Rivera, Inmaculada Sampedro y Guillermo Iglesias, que no se conocían antes de ser reunidos por este periódico para poner en común sus experiencias, podrían hablar casi con una sola voz cuando se refieren a su eterna inestabilidad laboral, a sus jornadas sin horarios y a la enorme exigencia del sistema para prosperar en investigación. Laura Oliván, que no volverá de Viena hasta el 1 de abril, suscribe estas mismas vicisitudes en su entrevista remitida por correo electrónico.

En Reino Unido, Italia, Estados Unidos, Austria y otros países en los que estos miembros de la UGR han trabajado durante la última década aprendieron que el día tiene que dar de sí para avanzar en sus investigaciones, publicar en revistas especializadas, dar clases y preparar proyectos de futuro con los que pedir financiación.

Cuando eran estudiantes o hacían el doctorado, todos tenían claro que querían salir a otros países para completar su experiencia. Pero también estaban seguros de querer volver más adelante para continuar su carrera aquí, aunque eso no haya sido nada fácil y sea hoy un imposible para muchos de sus compañeros que están "repartidos por el mundo" y no encuentran el camino de retorno.

Margarita Rivera ha pasado 5 años y medio en Londres y ha hecho muchos intentos de regresar a Granada, donde está su familia. Estando allí pidió dos veces la Ramón y Cajal y fue rechazada siempre; mientras que allí, en el King's College London, sí iba obteniendo becas y hasta un contrato laboral de cierta importancia. Consiguió volver a Granada en 2014 con su segunda ayuda europea de movilidad Marie Curie (la primera fue para irse a Londres y la segunda para volver a Granada).

Con esta beca europea, la investigadora pudo poner en marcha aquí una nueva línea de trabajo centrada en los trastornos mentales y otras enfermedades como la obsesidad o la diabetes. A los pocos meses recibió otro refuerzo económico para sus trabajos en la misma materia de una fundación americana (NARSAD).

El problema es que estos proyectos duran dos años (porque son becas de movilidad) y Margarita se enfrentaba a la posibilidad de tener que volver a irse fuera. Pidió por tercera vez al Ministerio la Ramón y Cajal y esta vez ha sido una de las 175 personas elegidas en toda España para unos contratos que premian a los más prometedores de entre miles de solicitudes con currículums cada vez más cargados. La demanda aumenta porque el Estado ha ido reduciendo cada año el número de estos contratos y porque la crisis ha limitado mucho las opciones de los investigadores españoles para volver a España.

El Ramón y Cajal es una programa de ayudas a investigadores, españoles o extranjeros, con un límite de diez años de experiencia posdoctoral y con una trayectoria destacada y consolidada. Uno de los requisitos es llevar más de dos años desvinculado de la Universidad de origen , de ahí que en realidad se plantee como un instrumento para la recuperación de talento.

Guillermo Iglesias también estaba ya en Granada cuando ha conseguido el contrato Ramón y Cajal. A finales de 2011 dejó atrás sus años de investigador en la Universidad Karl Franz en Graz (Austria) para integrarse en un importante proyecto europeo que se desarrolla en la UGR de la mano del profesor Ángel Delgado. Trabajan en la obtención de energía del agua por la diferencia de salinidad, al unir, por ejemplo, agua dulce de río con la del mar.

Este científico, integrado ya en el Departamento de Física Aplicada, consiguió el contrato Ramón y Cajal en 2015, cuando ya se planteaba tener que volver al extranjero porque entró en un periodo de gran inestabilidad, con contratos de investigador que a veces duraban pocos meses.

Para Inmaculada Sampedro, la ayuda Ramón y Cajal sí ha supuesto el billete de vuelta directa de Estados Unidos, donde ha trabajado los últimos años, después de haber pasado los últimos 15 entre el Centro Superior de Investigaciones Científicas y otras instituciones en el extranjero, especialmente en Italia.

Inmaculada es consciente de que su paso por la Thayer School of Engineering de Hanover, al norte del continente americano, ha supuesto un refuerzo para su curriculum que le ha permitido acceder a las ayudas Ramón y Cajal en España. Allí trabajó en una nueva línea para su análisis de las bacterias, que es la quimiotaxis. Aplicaba su investigación al terreno de la salud, con el estudio de enfermedades, sobre todo las pulmonares.

A su vuelta a Granada ha iniciado una línea de investigación novedosa al aplicar esa quimiotaxis a las plantas y la agricultura, que es el área en el que comenzó sus investigaciones. Su trabajo busca formas de combatir la sequía y el cambio climático mediante, por ejemplo, la potenciación de las salicornias, unas plantas de las salinas que son grandes acumuladoras de CO2 y que, como curiosidad, se han convertido en una exquisitez gastronómica en algunos grandes restaurantes.

Convertirse en un cajal, como se les conoce en el ámbito universitario, es un "premio" para ellos, que hartos de enlazar pequeños trabajos y ayudas temporales, pueden establecerse durante al menos 5 años con un contrato cofinanciado entre el Ministerio y el centro donde van a trabajar. Tienen un sueldo de 33.720 euros anuales (inferior al de otros profesores universitarios) y tienen que ir pasando una serie de evaluaciones, pero en la práctica es una puerta de acceso a la Universidad, pues al final de esos 5 años tienen muchas posibilidades de quedarse en la institución de forma indefinida.

Laura Oliván Santaliestra cuenta los días para volver a la docencia en la UGR, de donde se despidió el 30 de mayo de 2012 pensando que podría ser la última clase de su vida. Si para los demás investigadores la situación es compleja, en Humanidades las posibilidades se reducen aún más. "Oliván ¿Y usted pretende ganarse el pan con la Historia?" recuerda que le preguntó un profesor en el instituto. Ella no salió de España solo para mejorar, lo hizo claramente para poder salir del paro, a pesar de que ya para entonces su curriculum era enorme (CSIC, Complutense, Escuela de Estudios Sociales de París, UGR...) En Viena ha desarrollado un proyecto sobre mujeres y diplomacia en el siglo XVII, lo que ha sido determinante para volver a España con la codiciada Ramón y Cajal, que le dará algo de sosiego laboral.

Esta mediana estabilización les permite también afrontar nuevos proyectos científicos a medio y largo plazo. Guillermo, por ejemplo, tiene claro que quiere enfocar sus pasos a conseguir una ayuda europea Consolidator Grant, que junto a las Starting Grants son ahora mismo la meta de cualquier investigador de relevancia en Europa, por su aportación millonaria. Si la obtiene, sería la primera de este tipo en la Universidad de Granada.

Margarita ya piensa en ampliar su misma línea de investigación con nuevos proyectos nacionales e internacionales, en cuyo procedimiento de solicitud es ya una experta, después de haber disfrutado de varias ayudas europeas. "La primera vez me descargué más de cien páginas de instrucciones, para la segunda no tardé ni quince días en redactarlo", explicaba esta bióloga que reclama colaboración e información a las instituciones locales para que los investigadores puedan conseguir más ayudas económicas fuera. "No somos peores que en otros países que se llevan más dinero, es que hay mucho desconocimiento", apuntaba también Inmaculada.

En este trabajo no hay horario."Yo trato con bacterías -cuenta Inmaculada- y eso puede requerir mi tiempo de día o de noche". Han tenido que vivir en otros países y ni siquiera tienen buenos sueldos. Pero no son lobos solitarios, tienen familias que entienden su esfuerzo y que en muchos casos les tienen que seguir allí a donde van. Incluso al fin del mundo, como le pudo parecer a Inmaculada su destino al norte de Estados Unidos, con temperaturas de -20 grados y lluvias y nieves constantes. Allí tuvo a sus dos mellizos de 16 meses, en un parto "muy complicado y en inglés", a miles de kilómetros de su familia. Como para muchos otros investigadores, el apoyo de su pareja ha sido fundamental, tanto en el cuidado de los hijos, como en el aliento para avanzar en un trabajo con pocas recompensas materiales.

El epílogo de Laura, a 2.674 kilómetros de sus compañeros, puede resumir de algún modo la experiencia de todos: "Hay que pensar a corto plazo, tener paciencia y no dejar de luchar".

Laura Oliván

Historiadora

Vocación.Nacida en Huesca, inició su carrera como historiadora a sabiendas de las dificultades laborales que tendría. “Al menos seré feliz los años de carrera, estudiando algo que me gusta”, pensó. Pero con paciencia y esfuerzo ha continuado con su pasión hasta ahora.

Trayectoria. Pasó por el CSIC y la Universidad Complutense e hizo su tesis sobre Mariana de Austria, un personaje fundamental en sus estudios sobrela relación entre el poder y las mujeres enlas cortes europeas enla Edad Moderna. Ha tenido varios periodoslargos sin trabajo y también ha pasado bastantes años en el extranjero, dos en París ylos dos últimos en Viena. Entre medias disfrutó de un contrato Juan dela Cierva en la UGR, donde ahora regresa.

Inmaculada Sampedro

Experta en bacterias

Trayectoria.Estudió Farmacia en Granada e inició enseguida una carrera investigadora enfocada ala agricultura en el Centro Superior de Investigaciones Científicas (Estación Experimental del Zaidín), donde ha pasado casi una década, conla interrupción para investigar durante dos años en Italia. Pero el salto fundamentallo dio al cruzar el charco para trabajarlos últimos tres años en Estados Unidos. Allí abrió su campo de estudio ala salud humana.

Expectativas. Ha vuelto de EE UU a su ciudad natal con dos hijos y una experiencia investigadora que pretende enfocar a su terreno habitual de estudio, la agricultura. Considera fundamental que las empresas apliquen lo que ellos investigan.

Guillermo Iglesias

Física Aplicada

Recorrido. Nació en Argentina y vino a España para hacer su tesis con un proyecto de Repsol de obtención de aceites inteligentes. Después se fue a Austria durante tres años y volvió para trabajar en un proyecto europeo de la UGR encaminado a la obtención de energía del agua. Se ha formado y trabajado muchos años en la UGR y ahora quiere “devolver a la Universidad” lo que le ha dado. Su objetivo es conseguir una ayuda europea Consolidator Grant.

Aplicaciones. Las nanopartículas magnéticas han marcado sus investigaciones. Las aplica a campos diversos como la energía, la locomoción, la protección sísmica o el tratamiento del cáncer. Actualmente tiene diez patentes.

Margarita Rivera

Psiquiatría Genética

Trayectoria.Esta bióloga granadina orientó su trabajo haciala Psiquiatría desdela preparación de su tesis, centrada en el estudio de factores genéticos y ambientales enla depresión. Ha publicado enlas revistas más importantes de Psiquiatría y ha trabajado conlos mejores en su campo en el King’s College London, donde ha pasado más de 5 años y consiguió cierta estabilidadlaboral, dentro dela incertidumbre de aquel sistema, en el que “echan al que no produce”.

Regreso. Consiguió volver a Granada en 2014 paraliderar una nuevalínea de investigación centrada en trastornos mentales y enfermedades como obesidad o diabetes. La Ramón y Cajalle permitirá asentarse aquí.

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