Un testigo anónimo ofrece una pista para esclarecer el crimen de Vélez

A veces en la vida real suceden cosas de película. Una persona anónima ha contactado con el abogado de la familia de Beatriz Ordóñez, la mujer asturiana cuyo cadáver apareció prácticamente desnudo y con un fuerte golpe en la cabeza en un canal de la Costa, para ofrecer información sobre el arma que pudo haberse empleado para golpear a la víctima.

Según indicaron fuentes del caso, el letrado, Antonio Fernández Mazzola, ha puesto en conocimiento del órgano que está tramitando la causa, el Juzgado de Instrucción número 2 de Santa Fe, todos los datos facilitados por este anónimo informante, a fin de que el órgano valore si debe otorgarse credibilidad a los mismos o directamente deben ser desechados.

Las citadas fuentes precisaron que la persona que se ha puesto en contacto con el abogado de la familia de Beatriz Ordóñez, que ejerce la acusación particular en el procedimiento, estaría incluso dispuesta a declarar en el juicio, siempre y cuando se le permita acudir como testigo protegido.

Al parecer, el informante asegura conocer el tipo de objeto que pudo emplearse para golpear a la mujer porque, cuatro días antes de la muerte de Beatriz Ordóñez, de un vehículo de una empresa de Granada desapareció una herramienta que luego volvió a aparecer en su sitio. Las fuentes consultadas no precisaron, no obstante, si puede establecerse algún tipo de vinculación del acusado, José Miguel Hernández, con esa empresa.

El caso de la muerte de Beatriz Ordóñez, bautizado por los medios como 'el crimen de Vélez', fue tramitado inicialmente como un procedimiento de jurado, si bien al final se ha transformado en un procedimiento sumario y no será enjuiciado por un tribunal popular. El motivo: la acusación particular acusa a José Miguel Hernández de dos delitos, asesinato y agresión sexual. La Fiscalía, sin embargo, sólo atribuye al acusado el delito de asesinato, por el que solicita 20 años de prisión.

El cadáver de Beatriz Ordóñez Sahelices, que tenía 40 años y mantenía un idilio amoroso con el acusado, fue hallado en un canal el 12 de octubre de 2006 por un repartidor de la Costa, próximo a Vélez de Benaudalla, pero dentro del término municipal de Motril. Estaba prácticamente desnuda y tenía la cabeza destrozada, presuntamente tras haber sido golpeada por el acusado "con gran violencia" y "con un objeto contundente -de gran masa pero de punto de impacto pequeño- en dirección de arriba a abajo".

El abogado de la familia de la víctima, que al igual que su presunto asesino residía en un anejo de Las Gabias, pide 25 años de cárcel por el asesinato y otros diez por la supuesta agresión sexual. El acusado siempre ha sostenido que la víctima se suicidó arrojándose al canal.