Patrimonio

La situación de la torre de la Catedral obliga a instalar un paso de seguridad protegido durante la Semana Santa

Estos días se está protegiendo con una malla uno de los frisos.

Estos días se está protegiendo con una malla uno de los frisos. / G.H.

La delicada situación de la torre de la Catedral de Granada es una preocupación del Arzobispado y del Cabildo catedralicio de la que se ha informado en los últimos meses. De hecho, en la actualidad se están realizando labores de enmallado de uno de los frisos de separación de cuerpos para evitar desprendimientos y ya hace unos meses se reforzó también una grieta. Una situación que obliga a una inminente restauración, que comenzará después de Semana Santa, para la cual queda casi exactamente un mes. Mientras tanto, para asegurar la zona, se colocará un andamiaje de protección para los viandantes que durará varios días en colocarse.

Por ello, y ante el posible riesgo de algún desprendimiento durante la Semana Santa, el Arzobispado, el Cabildo de la Catedral y la Federación de Cofradías han acordado instalar una medida preventiva de seguridad durante esa semana, cuando se agolpan en sus alrededores miles de personas para ver las hermandades en las calles y la entrada en la Catedral. Esta medida se toma dentro de las que ya se toman habitualmente cada año de cara a esta semana por el Arzobispado para evitar riesgos.

Así, según se ha informado en un comunicado, se va a instalar un paso protegido, de 6 metros de altura, en las calles Pie de la Torre y un tramo de Cárcel Baja, hasta, aproximadamente, la Puerta del Perdón, coincidentes con el perímetro de la torre. "Esta medida se adopta con la finalidad de interferir lo menos posible en el discurrir de la Semana Santa" pero garantizando la seguridad. Esta zona, al estar cerca de la tribuna de plaza de las Pasiegas y la carrera oficial, es uno de los puntos más concurridos por los fieles y los aficionados a las procesiones, si bien no todas toman el camino descendente de Cárcel Baja cuando salen desde la Puerta del Perdón de la Catedral, ya que solo pasan por ahí las que van hacia el Zaidín, las iglesias del Distrito Centro y el Triunfo. El resto toman el sentido contrario hacia Gran Vía o se desvían por San Jerónimo.

"Terminada la Semana Santa, se iniciarán, propiamente, las obras de rehabilitación de la torre de la catedral, que incluirán el montaje de un gran andamio en la misma", continúa el comunicado, que indica que desde el Arzobispado de Granada, el Cabildo de la Catedral Metropolitana y la Real Federación de Hermandades y Cofradías de Semana Santa, "se están haciendo todos los esfuerzos de coordinación ante la proximidad de la Semana Santa y en aras de la conservación del patrimonio histórico religioso de la ciudad".

No es la primera vez que los peatones que pasan por estas calles sufren algún tipo de afección. El pasado verano, la calle Cárcel Baja permaneció cortada a los viandantes por trabajos de refuerzo durante dos días, con una grúa de grandes dimensiones, en elementos de la corona de la torre, que, tras una primera intervención para su sujeción en las semanas previas desde el interior del templo metropolitano, los técnicos vieron convenientes para completar su seguridad.

Una vez finalizadas las procesiones, se espera que comiencen las esperadas obras de rehabilitación de la torre de la Catedral, para lo que se espera que en el próximo mes y poco llegue el último permiso pendiente, el del Ayuntamiento de Granada, ya que recientemente las actuaciones contaron con la aprobación de la comisión de Patrimonio de la Junta de Andalucía. Lo más llamativo será que la torre de la Catedral tendrá instalado un andamio gigante, que superará los 50 metros de altura, que la abrazará para que los restauradores y arquitectos puedan hacer su trabajo.

La actuaciones en la torre de la Catedral servirán para restaurarla, reforzarla, pero también para darle un uso turístico con la apertura de un mirador panorámico a 56 metros de altura como realizan otros templos en Andalucía y en el mundo, y que dará la vuelta al cuadrilátero superior de la torre. Los 2,44 millones de euros presupuestados para la actuación también servirán, aparte de habilitar ese mirador, para solucionar problemas de conversación que amenazan su futuro.

Las actuaciones contemplan frenar el deterioro de los materiales pétreos en exteriores e interiores, así como, su limpieza y consolidación. Se repararán elementos estructurales como alfarjes y cubierta y se restauraran elementos arquitectónicos complementarios como cornisas, escaleras, carpinterías y renovarán las instalaciones.

También se repararán algunos elementos aún afectados por el enjambre sísmico de 2021, donde los terremotos dañaron entre 20 y 30 pináculos de los techos de la Catedral, e incluso dos de su fachada principal estuvieron afectados, cayendo un trozo a la parte interior de la reja que separa el templo de la plaza de Pasiegas. Fue con estas primeras obras de restauración cuando se empezó a tratar el tema de abrir un mirador en la zona. Se espera que en un futuro, siempre tras las actuaciones lo indiquen y finalicen, volver a colocarlos.

El proyecto prevé el desmonte de elementos añadidos o contemporáneos como la vivienda de la planta primera y la caseta del cuerpo de Campanas. Esta estuvo habitada hasta principios de este siglo por el campanero de la catedral, cuya vivienda llegaba a calefactarse con chimenea y el humo ha afectado severamente a los paramentos interiores.

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