De la travesía en patera a la libertad

Si la llegada de una patera hace unos años era capaz de "colapsar" la Comisaría de la Policía Nacional de Motril, según reconocían los propios integrantes de la Brigada de Extranjería, ahora la situación todavía es aún más complicada, ya que su llegada en avalancha hace que los CIE (Centros de Internamiento de Extranjeros) existentes en todo el país se colapsen e incluso los centros donde permanecen de manera temporal, como el del Puerto de Motril. Es por esto por lo que el Gobierno central tiene que hacer encaje de bolillos y decidir en pocas horas a dónde los envían. La falta de espacio donde retenerlos está haciendo que los dejen en libertad y que las ONG se hagan cargo de ellos para realojarlos y tratar de integrarlos en su nueva vida en el primer mundo.

Eso es lo que está ocurriendo en la Costa de Granada, al igual que en otros muchos sitios, pero en el litoral granadino adquiere tintes propios. 2016 ha sido el primer año en el que se ha vivido esta situación. La 'puerta' del Mar de Alborán se encuentra ahora entre las primeras opciones para las mafias que se encargan de transportar a estas personas hacinadas en embarcaciones neumáticas.

En este recién estrenado 2017, han llegado tres pateras. Los que fueron puestos a disposición de las ONG pertenecen a la primera, que llegó al Puerto de Motril el pasado día de Año Nuevo, después de haber permanecido el tiempo máximo legal de 72 horas en el centro del que dispone la Policía Nacional en el puerto pesquero. Según el patrón de Salvamento Marítimo, Nicolás Uribarren, apenas tuvieron tiempo de desembarcar a los del día anterior, cuando ya recibieron el aviso de búsqueda de una segunda y, mientras, se toparon con otra. En total, rescataron el 2 de enero a 64 personas, casi un centenar en apenas 24 horas.

Los 32 subsaharianos que llegaron primero fueron ayer puestos en libertad a primera hora de la mañana. Según confirmaron fuentes de Cruz Roja a GranadaHoy, "nos hemos hecho cargo de las dos mujeres que iban en la patera y han sido trasladadas a un centro de Andalucía" de esta organización, "por razones humanitarias". En cuanto al estado de salud de las mismas, comentaron que "vinieron con un poco de hipotermia, pero a partir de ahora ya van a estar bien atendidas". El viaje lo hicieron en un vehículo propio de la ONG, que posee pisos de acogida sólo para mujeres.

De los 30 hombres restantes se ocupó Movimiento por la Paz (MPDL), una organización de desarrollo, acción social y ayuda humanitaria que, aunque menos conocida, fue creada en 1983. Se definen como una agrupación "formada por personas que trabajamos diariamente por la construcción de la paz", pues entienden que esta última "es mucho más que la ausencia de guerra, y por eso nuestro objetivo es trabajar por la paz mundial fomentando la cooperación, la solidaridad y el entendimiento entre las personas y los pueblos".

Desde el centro que poseen en la provincia informaron a este periódico que la treintena de varones había sido conducida a través de vehículos alquilados por la propia ONG a pisos de acogida de la comunidad autónoma andaluza y de Madrid.

También explicaron que es el propio Ministerio el que les llama para avisarles de que tienen que recoger a un número determinado de personas. Así, dentro del tiempo límite que existe para que vivan en dichas viviendas (y que suele ser superior a dos meses, que es lo que pueden permanecer en los CIE, aunque depende de los casos), "se intenta conseguir documentación para ellos, enseñarles el idioma -pues presentan grandes carencias en este sentido-, asesorarles a nivel jurídico y laboral y, en definitiva, tratamos de integrarlos en la sociedad de acogida".

Por su parte, la Policía Nacional informó a este diario de que en esta patera no había llegado ningún menor, pero que en la siguiente (en la que llegaron 64 personas) sí; en concreto de los 17 que habían dicho que tenían menos de 18 años, tan sólo había uno. En este caso, tienen un tratamiento distinto y son conducidos a centros de menores.

También en aquella embarcación había una mujer que, ayer ya fue acogida por una ONG, según informaron fuentes policiales.

El resto, 62 inmigrantes, casi con total seguridad serán hoy trasladados y previsiblemente puestos en libertad, al igual que los que llegaron pocas horas antes al Puerto de Motril. "El problema es que algunos de los CIES, además están en obras, por lo que los problemas para alojarlos son mayores", según reconoció uno de los agentes.

La hora en la que saldrán comentó que depende del juez, por lo que no se sabe con certeza cuándo partirán hoy hacia sus nuevas vidas. Lo que es seguro es que tendrán el mejor regalo de Reyes que hubieran podido soñar después de una larga travesía: la libertad.