Las últimas águilas de Granada

En la ciudad quedan todavía algunos símbolos franquistas en espacios públicos y privados que habrá que retirar si, al final, la Ley de Memoria Democrática es aprobada por el Parlamento autonómico.

Imagen del monolito de Primo de Rivera en la Plaza de Bibataubín.
V. Olivencia · L.s.m.

23 de marzo 2014 - 01:00

El Anteproyecto de Ley de Memoria Democrática de Andalucía, presentado hace unos días, contempla en su artículo 32 que las "razones artísticas" no serán excusa para el mantenimiento de placas, escudos, insignias e inscripciones que exalten el 18 de Julio o el franquismo en "edificios o lugares históricos", incluso cuando éstos sean privados "con proyección a un espacio o uso público".

Independientemente de la valoración que se pueda hacer de dicho texto, a cuya tramitación aún le queda mucho recorrido, en Granada perviven algunas huellas del régimen que rigió los destinos de España durante cuarenta años. Es más, durante las últimas décadas de democracia han ido desapareciendo algunos de estos elementos alusivos a la sublevación militar de 1936 y la dictadura del general Franco, pero distintos emblemas de este carácter pueden verse aún hoy entre algunas calles de la capital y la provincia. Todo a pesar de que en la localidad no hubo grandes monumentos o hitos urbanos de exaltación al régimen emanado del 18 de julio, en comparación con los existentes en ciudades como Santander, Madrid, Santa Cruz de Tenerife o Cáceres.

Con la Ley de Memoria Histórica que el gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero instauró, se produjo una vuelta de tuerca más en la eliminación de estos elementos. No obstante, los situados en la capital no se vieron afectados. "Con la ley de Zapatero, aquí no se retiró ninguno", sostiene el líder del grupo municipal de Izquierda Unida, Francisco Puentedura. "Se pidió la eliminación del monumento de Bibataubín, pero el Ayuntamiento lo perpetuó con la excusa de que esa estatua tenía carácter artístico". Y es que, atendiendo a dicho código del año 2007, se respetaron aquéllos elementos que se consideraron de un cierto valor histórico-artístico.

Ahora, de prosperar el proyecto de ley que tramita el Gobierno autonómico y que impulsa su vicepresidente, Diego Valderas -de IU-, las últimas placas, escudos y lápidas desaparecerían definitivamente de la piel de la ciudad. De hecho, el director general de Memoria Democrática, Luis Naranjo, ha mostrado en varias ocasiones su confianza en que los diferentes ayuntamientos remitan un catálogo de los símbolos franquistas de sus municipios antes de la entrada en vigor del texto.

La institución que más simbología fascista sigue exhibiendo en la actualidad, según Puentedura, es la Iglesia. El Consistorio también tiene la competencia de otro gran número. Francisco Vigueras, de la Asociación Granadina Verdad, Justicia y Reparación, coincide con el político granadino. Incluso este último citó algunos de los casos en los que la ley actuaría. El "catálogo" con todos los enclaves a los que afecta el anteproyecto, sin embargo, todavía está "en fase de construcción", como indicó desde la Dirección General de Memoria Democrática Juan Francisco Arenas. "Lista cerrada no hay, estamos en fase de construcción a través de consultas con los ayuntamientos; nosotros tenemos algunos símbolos franquistas en la provincia de Granada, sobre todo en la capital y algunas localidades como Albolote, Ugíjar u Orce", añadió.

Además del distintivo más conocido, como es el monolito dedicado a Primo de Rivera de la Plaza de Bibataubín, existen otros que pasan más desapercibidos a simple vista. Francisco Vigueras los enumera: "La placa que está en la Catedral en recuerdo a ese dictador, la inscripción en la Iglesia del Sagrario -en uno de sus sillares-, una calle que se llama Varela en el Realejo -un general golpista-, un escudo franquista en el Llano de la Perdiz, nombres de hospitales como el Ruiz de Alda o el Licinio de la Fuente... Hablo de memoria, pero hay unos cuantos". Él mismo se detuvo en bastantes. Y es que en el barrio del Zaidín, junto a la placa que indica el nombre de muchas de sus calles, aparece un esbozo con la tradicional imagen del yugo y las flechas. Asimismo, en ese mismo distrito, se conservan placas de Viviendas de Protección Oficial (VPO) sobre domicilios de este tipo construidos durante la dictadura que aún mantienen el "escudo de la Falange". "Sé que en la provincia también hay, aunque es verdad que, en los últimos tiempos muchos ayuntamientos los han ido quitando; otros se resisten, el de Granada el que más". Pueblos como Santa Fe, Órgiva o Huéscar también tienen vestigios de tiempos franquistas. "En Guadix, al lado de la Catedral, hay otra inscripción a los 'caídos por Dios y por la patria", argumenta Francisco Puentedura.

Existe otra representación que, según Francisco Vigueras, a pesar de no estar a la vista es "muy importante". El Patio de Santiago del Cementerio de San José está presidido por un gran epitafio de cerámica. Igualmente, "Caídos por Dios y por la patria" es su lema. "Allí están enterrados los caídos mientras defendían el golpe militar y hay que quitar ese letrero porque es apología del franquismo y no se puede permitir", expone Vigueras. Muchos de los nichos situados en ese espacio, además, incluyen también mensajes del tipo "Caído en defensa del cristianismo contra las hordas marxistas".

La placa general sí deberá ser retirada si la ley sale a la luz. Las personales, no, como declara Puentedura: "Sobre los mensajes particulares no se podría actuar, la norma afecta a las inscripciones públicas, o a las privadas que den acceso a espacios públicos o zonas de uso público". "Esos símbolos son muy importantes, aunque sean menos visibles. Se suele denunciar el de Bibataubín, que es el que a todos nos hiere la vista cuando vamos por el centro, pero éstos que nadie ve porque hay que subir expresamente al cementerio son grandísimos", dicen desde la Asociación Granadina Verdad, Justicia y Reparación.

Hace unos días, el alcalde de Granada, José Torres Hurtado, reconoció que si el Parlamento de la comunidad aprueba la Ley de Memoria Democrática, retiraría el citado monumento de Bibataubín. "No esperábamos otra cosa de un alcalde democrático", responde Juan Francisco Arenas. "A pesar de que se agarrasen a la cuestión artística, ya lo podrían haber retirado del espacio público y acabar con toda la polémica; parece más una imposición de carácter ideológico que otra cosa".

Para Puentedura también es "positivo". A su vez, el líder de IU explicó que, si se incumplía la ley, las subvenciones de la Junta de Andalucía podían verse "afectadas", lo que conllevaría una pérdida de unos 27 millones de euros para las arcas municipales. "El alcalde que tenía dos caminos: o cumplir la ley y devolverle los valores democráticos a la ciudad, que es lo que tiene que hacer, o poner en un compromiso al Ayuntamiento y a la ciudadanía por el empecinamiento de mantener la estatua".

Vigueras, finalmente, manifiesta que el Consistorio debería haber quitado todos estos emblemas hace tiempo por cuestión de "dignidad política y de coherencia democrática". "Pasa lo mismo con la placa del cementerio en recuerdo de las víctimas franquistas; el Ayuntamiento tenía que haber permitido ponerla a los familiares, por coherencia; es una cuestión de sentimiento, de humanidad". Igualmente, lamentó que haya tenido que pasar tanto tiempo para una medida como la que se llevará a cabo: "El alcalde perdió en su día la oportunidad de quitar el monolito y de demostrar su talante democrático. Le recuerdo que el escultor Francisco López Burgos fue colaborador del régimen y, por eso, la dictadura franquista le regaló el Premio Nacional de Escultura en 1954; mientras, los verdaderos artistas, eran fusilados o acababan en el exilio". Vigueras denuncia que, como "premio", incluso el Consistorio puso el nombre del escultor a una plaza. "Por tanto, también habría que quitarla".

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