La caja única echaría a la calle a más de mil empleados de CajaGranada
Analistas financieros y sindicalistas coinciden en que la operación más beneficiosa posible es la fusión fría con las tres cajas levantinas · Aliarse con Cajasol y Unicaja implicaría el cierre de 336 oficinas.
"Números cantan: Las dos torres, final trágico". Con este título, la sección sindical de UGT en CajaGranada titula una nota remitida a sus afiliados y en la que deja meridianamente claro que una fusión con Unicaja y Cajasol sería muy negativa para los intereses de la entidad granadina.
La nota informativa contiene datos que corroboran fuentes financieras consultadas por este periódico. Los analistas entrevistados coinciden con el sindicato en que una fusión entre cajas de la misma región conllevaría el cierre de muchas oficinas, la pérdida de numerosísimos puestos de trabajo y, eventualmente, hasta su desaparición, absorbida por otras dos cajas mucho más poderosas.
UGT expone que la fusión fría alcanzada con Caja Murcia, Caixa Penedés y Sa Nostra es muy favorable y que por eso votó a favor en el Consejo de Administración de hace nueve días. Lo hizo, destaca, por "responsabilidad".
Para el sindicato, la situación sólo tenía tres salidas. "La primera era quedarnos quietos en el degolladero del Banco de España. Que, aparte de inviable, sería una temeridad suicida, por lo que no es necesario hacer más análisis sobre esto. Aun siendo solventes, el Banco de España no nos quiere solos. Así de simple", resume.
La segunda solución habría sido "plegarnos a los intereses políticos, y a los sindicales de alguna organización, y dejarnos morir en los brazos de las dos torres andaluzas", continúa, dando así sentido al titular de su comunicado.
La tercera vía, por la que UGT apostó "ignorando toda suerte de presiones", era la fusión fría por medio de un Sistema Institucional de Protección (SIP) con las tres cajas levantinas. "Es lo mejor para el futuro de nuestra entidad y, sobre todo, para su plantilla", destaca.
UGT ni se plantea una unión con las entidades andaluzas. "Sería una auténtica tragedia, y peor aún si es con las dos a la vez, como les gustaría a algunos". Esa opción, subrayan, conllevaría "el cierre de una barbaridad de oficinas y el exceso de centenares de puestos de trabajo, imposibles de enjugar a base de prejubilaciones".
Según sus datos, una fusión de CajaGranada con Cajasol significaría un solapamiento de 115 sucursales con la entidad sevillana, oficinas que en muchos casos, vaticina, estarían abocadas al cierre seguro. Pero la situación empeoraría aún más si se llegara a la caja única, la fusión con Unicaja y Cajasol, porque en ese caso serían 336 las oficinas excedentes en el territorio de influencia de la caja granadina, que actualmente tiene 416.
"Cada oficina tiene un promedio de más de tres empleados. ¿Cuántos sobraríamos?", se preguntan los ugetistas, que tienen claro que las dos 'torres' no serían con CajaGranada "más espléndidos que con Cajasur" y completan el sombrío panorama advirtiendo de que también sobraría "casi todo" el personal de los servicios centrales, que sería absorbido por la entidad resultante.
En cambio, al SIP mediterráneo no le ven más que ventajas. Admiten que también habría solapamiento de sucursales (19, según sus cuentas) pero el balance final sería positivo.
"Además de ser la única marca del grupo en todo el territorio andaluz, CajaGranada incrementaría la perspectiva de expansión de nuevas sucursales, con el consecuente incremento de puestos de trabajo", interpreta.
"En definitiva: poco solapamiento, mantenimiento de la sede y de la identidad, de los puestos de trabajo actuales y de nuestras condiciones salariales y laborales, con un compromiso de creación de empleo de aquí a dos años", concluyen desde la sección sindical.
Las fuentes financieras consultadas por este medio dan respuestas no muy diferentes. Fundamentalmente, destacan que, desde el punto de vista económico, el SIP es la mejor opción y la que más favorece los intereses económicos de Andalucía. Una fusión con cajas andaluzas, por contra, conllevaría la ya mencionada -y brutal- pérdida de puestos de trabajo y no adoptaría la forma de SIP, sino de fusión sin más. El Banco de España es más favorable a las uniones interregionales y, por otra parte, ésas son las que reciben las fundamentales ayudas del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria. El SIP de CajaGranada le va a pedir unos 900 millones.
Entienden, como por su parte ha dejado claro CajaGranada, que no hará falta recurrir a la desagradable figura de los despidos y que todo se podría solucionar con un millar de prejubilaciones en las cuatro cajas, de ellas, según las estimaciones iniciales, que podrían variar, algo más de 250.
En cuanto al cierre de sucursales, es un dato al que restan importancia. Primero, porque CajaGranada ya lo preveía antes de que se hablara de solapamiento. Segundo, porque, en todo caso, se sacrificarían muchas menos que en el caso de la fusión con cajas andaluzas. Y tercero, porque la coincidencia de una oficina de CajaGranada y otra de Caja Murcia en Almería, por poner un ejemplo, no tiene por qué ser un drama ni comportar la eliminación automática de una de ellas. En vez de eso, podría dedicarse a una parcela más específica del negocio -los créditos agrícolas, valga por caso- y no cerrar sus puertas.
Pero es más: los analistas vaticinan que con la oportunidad de negocio que se le abre a CajaGranada al operar en una zona que concentra el 70% del Producto Interior Bruto del país, se abre la posibilidad de crecer a medio plazo. Eso, unido a las posibilidades que otorga a los empresarios de aquí para trabajar en un mercado cercano y con intereses comunes, y a una eventual apertura al mercado marroquí, difícil por ahora pero factible y, en su caso, encabezada por CajaGranada, que controla el territorio andaluz y también Ceuta y Melilla, dibuja, a su entender, un futuro razonablemente optimista, lo que a su vez conllevaría la posibilidad de ampliar la red comercial, abriendo más oficinas, y de generar lo que los expertos definen como una economía de escala que fortalecería a la caja granadina en su conjunto y a señas de identidad muy específicas, como su obra social.
Respecto a la posibilidad de que la Junta interfiera en la consolidación de esta fusión fría, los expertos admiten que existe, pero no creen que finalmente, después de que en septiembre se pronuncie la Asamblea General, emitan un informe negativo de carácter vinculante. Tienden a pensar que las declaraciones negativas que se han escuchado en los últimos días tenderán a diluirse y que, en parte, esa postura responde a un enfado por no haber podido llevar a cabo un plan: aprovechando que a Unicaja no le habían salido las fusiones con Caja Castilla La Mancha y con Cajasur, pensaron que sería una buena idea unir a CajaGranada con Cajasol. Pero la entidad que preside Antonio Jara ya había tomado otra decisión, que el presidente Griñán conoció desde el primer momento.
Por otra parte, Comisiones Obreras también se dirigió a sus afiliados en la caja para explicar que su abstención en el Consejo fue "por la falta de concreción en los asuntos laborales" y pidió la "inmediata convocatoria de una mesa de negociación única" porque la operación "no está ausente de dudas e incertidumbres". CajaGranada dijo en su día estar dispuesta a dar todas las explicaciones pertinentes en una mesa de negociación.
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