Las uvas de la suerte y los vinos de la felicidad

Tradiciones. Aún nos quedan días que festejar

Las costumbres cambian según el país o la región, pero el vino sigue siendo indispensable en cualquier celebración que se precie

El vino cliente es una buena opción para tomar con el Roscón de Reyes.
El vino cliente es una buena opción para tomar con el Roscón de Reyes. / G. H.

02 de enero 2017 - 02:33

Ya hemos dejado atrás buena parte de las fiestas navideñas y un año que se nos acabó anteayer. En cada país e incluso dentro de cada país en cada región existen costumbres y ritos que reproducimos año tras año.

En nuestro país, la primera reunión familiar es en Nochebuena, el 24 de diciembre, continuando con la comida de Navidad: es la noche de la visita de un personaje que ha hecho aparición en la navidad española recientemente: Papá Noel, inspirado en Nicolás, un obispo cristiano de origen griego, que vivió en el siglo IV en Anatolia (Turquía). Se dice que ayudó a una familia depositando su fortuna en los zapatos que estaban al lado de la chimenea y de ahí surgió la tradición de los regalos. En realidad Papa Noel era verde hasta que unas Navidades Coca-Cola lo pintó de rojo para una campaña de publicidad. Así se quedó para siempre.

El siguiente "gran día" es el 31 de diciembre, último día del año en el que los propósitos para el año nuevo no pueden faltar. En España la cena termina con las doce uvas de la suerte, tradición típica de nuestro país, que se extendió a otros países hispanoamericanos, como México o Colombia. Hay distintas versiones sobre esta tradición, pero la más extendida cuenta que las doce uvas "de la suerte" se convirtieron en tradición en la Nochevieja del año 1909 por un excedente de la cosecha de uva en Alicante o en La Mancha. Sin embargo, investigando algo más, encontramos que el primer testimonio escrito sobre la tradición de comer las doce uvas en la Puerta del Sol apareció en la prensa madrileña en 1897. El Alcalde, José Abascal y Carredano, impuso una tasa de un duro a aquellos que salieran a la calle a festejar el día 5 de enero. Como la mayoría de la población no podía permitirse pagarlo, decidieron salir a la calle el 31 de diciembre y comer uvas en la Puerta del Sol, quizá como protesta o quizá para burlarse de los burgueses que ya desde antes comían uvas y bebían champán esa noche. Los agricultores mencionados al principio, aprovecharon el exceso de su cosecha para extender la tradición al resto del país.

¿Qué han hecho esa noche en otros países del mundo? En la Nochevieja italiana cambian nuestras tradicionales uvas por un plato de lentejas para atraer la buena suerte. Además, el 5 de enero la bruja buena llamada Befana reparte regalos a los niños, al igual que lo hacen los tres Reyes Magos en España. Otra tradición muy arraigada, especialmente entre napolitanos y romanos, es la de tirar los muebles viejos por la ventana, como símbolo de dejar el pasado atrás.

Aunque en Japón la Navidad no es una fiesta tradicional, sí celebran el Omisoka el 31 de diciembre. La tradición dice que el día anterior tienen que limpiar la casa de arriba abajo e incluso renovar el vestuario, como símbolo de la entrada del nuevo año.

En Noruega, Nochevieja coincide con la llegada de los espíritus de brujas. Para protegerse, las familias esconden todas las escobas antes de acostarse.

El 25 de diciembre es fiesta nacional en la India y los cristianos del país celebran la Navidad como en cualquier país occidental. Sin embargo, el día de Año Nuevo se celebra el 20 de abril siguiendo el calendario lunar hindú. Lo festejan con grandes hogueras y bañándose en el Ganges, pozos o estanques considerados sagrados.

Sin embargo hay un elemento común en prácticamente todos los países y es descorchar una (o varias) botellas de vino espumoso que, con su vivacidad y alegría es el complemento perfecto de una noche mágica, de renovación y cambio de ciclo. No falta el champagne en Francia, el cava en España (donde queda relegado por la sidra espumosa en muchos hogares, una bebida a base de manzana fermentada) o el prosecco en Italia.

Aún queda una fiesta señalada: la noche y el día de reyes, con su tradicional roscón. Como éste es muy dulce, les aconsejo que no lo acompañen con un vino espumoso seco y busquen otras opciones, como los vinos dulces naturales (las variedades moscatel o malvasía dan mucho juego) o con un vino caliente (vino tinto, piel de naranja, canela, clavo de olor, azúcar moreno a gusto, anís estrellado y una pizca de nuez moscada), propuestas ambas que pondrán una nota de originalidad en sus mesas y encantarán a todos.

Espero que hayáis pasado una bonita Nochebuena y Navidad con vuestra familia y amigos.

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