Ante un brote de sarampión, el protocolo indica que además de las medidas informativas a padres y centros escolares para aumentar las vacunaciones de niños en edad susceptible de contagiarse, también se tomen decisiones sanitarias en cuanto a la edad de la vacunación. Así, Salud ha decidido y ha comunicado a los centros de salud y pediatras que la primera dosis de la triple vírica (la vacuna que incluye el sarampión, la rubeola y las paperas) se adelante de los 15 meses que se indica en el calendario vacunal de Andalucía a los 12 para aumentar el número de menores inoculados.

Según el epidemiólogo de la Delegación de Salud, Juan Laguna, "en los centros de salud los pediatras ya están recomendando a los padres con niños de entre 12 y 15 meses que les pongan la vacuna triple vírica dada la existencia del brote". De hecho, en la literatura médica, se aconseja este adelantamiento de la vacuna a los 12 meses en caso de brotes locales. En los menores de esa edad no está aconsejada.

Con esta medida, más la vacunación de los niños del centro donde se inició el virus e incluso de sus padres, a los que también se ofertó la vacuna, los expertos calculan que el brote podrá estar controlado en Navidad. "Hasta Navidad seguro hay casos. Después, tras los días de vacaciones en los que no hay contacto escolar y dado que hay muchos niños vacunados y al virus le cuesta cada vez más encontrar dónde afectar, se puede cortar el brote", matizó el experto.

Mientras, Salud sigue informando de la importancia de las vacunas y solucionando dudas de los padres a través del personal de Delegación y de los Distritos Sanitarios, que se trasladan a los centros donde aparecen casos para tranquilizar a padres y maestros.

Precisamente el alto porcentaje de niños vacunados y de adultos ya inmunizados hace que el sarampión sea una enfermedad que ya registra muy pocos casos. De hecho, en Granada capital no había un brote desde 2004, año en el que se diagnosticaron varios casos en la zona Norte de la ciudad. En la provincia sí hubo un pequeño brote el año pasado en el municipio alpujarreño de Órgiva.

El brote de sarampión en Granada comenzó a final de octubre con la aparición de un primer caso en una niña del colegio Gómez Moreno del Albaicín, tras el que se contagiaron más compañeros del centro y otras personas ajenas al colegio pero que habían estado cerca o en contacto con los afectados. Al conocerse que había casos de padres que no querían vacunar a sus hijos, otros afectados ajenos al centro los tacharon de "irresponsables", como fue el caso de Javier Martínez, cuya mujer se contagió del virus en la sala de espera del Materno Infantil al compartir espacio con un afectado y además lo transmitió a su bebé de seis meses. Los dos necesitaron ingreso hospitalario por un total de 18 días.