Los vecinos temen otro fuego en la portada lateral de San Matías

Cinco meses han pasado ya desde que una de las dos puertas laterales de la Iglesia Imperial de San Matías de la capital, templo declarado Bien de Interés Cultural (BIC), fuera devorada por las llamas de una fogata nocturna que unos indigentes realizaron para calentarse. La madera de la puerta calcinada fue retirada a los pocos días del suceso, quedando a la vista los ladrillos con los que hacía tiempo se había tapiado el acceso. Lo cierto es que por el momento no se ha restituido la puerta; tan sólo se ha protegido la portada con una tosca valla de hierro recubierta con una malla, la cual se ha amarrado a la pared mediante dos candados.

Esta estructura está generando cierta preocupación entre los vecinos del entorno, debido al riesgo de que se produzca un nuevo incendio que vuelva a poner en peligro el templo y los inmuebles de su alrededor. Y es que el hueco que existe entre la valla y el muro de ladrillo de la portada parece estar sirviendo de refugio a algún mendigo, que está depositando allí cartones, ropas y trastos viejos.

Una simple colilla mal apagada podría hacer que todos esos desperdicios acumulados ardieran como una tea, algo de lo que advierte Eduardo Moreno, director del establecimiento Apartamentos Turísticos San Matías, que se hallan justo enfrente de la puerta afectada, a escasos metros. "Al no estar arreglada la puerta, no luce su esplendor y se está convirtiendo en un vertedero. Además, tememos que pueda producirse otro incendio al tratarse de material fácilmente inflamable", señala.

Fue precisamente desde el establecimiento que regenta Moreno desde donde se dio la voz de alarma la noche en la que se declaró el incendio que calcinó la madera de la histórica portada, que fue realizada en 1535 por el cantero Vicente Fernández en piedra del estilo de Siloé, siendo la estatua (la imagen sedente de la Virgen con el Niño) obra de José de Luque.

El incendio se declaró sobre las cinco de la mañana del pasado 20 de noviembre y fue extinguido por los bomberos del Parque Norte. Los efectivos, que llegaron en tres vehículos, emplearon en la actuación aproximadamente una hora. Primero, apagaron con agua las llamas que devoraron la madera de la histórica puerta. Luego, tuvieron que acceder al interior de la iglesia por una ventana para cortar los cables del campanario, y así silenciar las campanas. El fuego además disparó las alarmas de un local próximo, que fueron también desactivadas.

Los bomberos atribuyeron en su día el fuego "a una conducta negligente", pues las sospechas apuntaban a que alguien realizó una hoguera para calentarse esa noche, y lo hizo tan cerca de la puerta que un madero ardiendo pudo acabar prendiendo una lona que cubría el material de las obras que por aquel entonces se estaban llevando a cabo en el edificio.

Ante el daño causado, el párroco de la iglesia de San Matías, Manuel Carrillo, formuló incluso una denuncia ante Policía Nacional, que, según las fuentes judiciales consultadas, acabó aterrizando en el Juzgado de Instrucción número 4, sin que haya trascendido qué desenlace ha tenido la causa.

Antes del incendio, la puerta estaba tapiada y no se usaba, pero la idea del párroco era restaurarla y abrirla. Justo después del suceso, el religioso comentó que una posible solución provisional podía ser "retirar la madera quemada y levantar un tabique de ladrillo visto". De momento, sólo se ha retirado la madera calcinada, sin que se conozca qué se hará finalmente allí. Este diario contactó con la Delegación Provincial de Cultura, ya que al tratarse de un BIC, cualquier actuación en el templo debe de pasar necesariamente por la Comisión de Patrimonio. Fuentes de la Delegación confirmaron que no se ha presentado ningún proyecto hasta la fecha.