El viaje más solidario del Santa Juliana

El boca a boca extendió en unos días la fatídica noticia: una de las hijas de Rosario, madre de tres alumnos del colegio Santa Juliana, está gravemente enferma en un hospital de Quito. La familia llevaba una semana en vilo por la pésima evolución de su hija, de 24 años, en la UVI desde el 4 de enero, y estaba sumida en la desesperación por encontrar una ayuda que le permitiese ir a verla.

Pero viajar a Ecuador es muy caro. Unos mil euros aproximadamente, que es lo que cuesta el billete de avión de ida y vuelta desde Granada. Y ni Rosario, limpiadora por horas, ni su marido, peón de albañil en paro hasta hace unos días, ganaban los suficiente como para mantener a sus otros tres hijos.

Entre la dirección y la asociación de padres y madres de alumnos del colegio se pusieron manos a la obra y consiguieron recaudar en dos días el dinero para el billete de Rosario. "Dado el carácter de urgencia del caso, la respuesta de la comunidad educativa del Santa Juliana fue muy rápida", explica el director, Julio Abril.

Cada profesor contribuyó con una donación personal y el AMPA La Brújula aportó 500 euros de su cuenta. "Nos sumamos a la reunión con la directiva y decidimos que había que conseguir el dinero como fuese", dice Francisco Arriaga, miembro del AMPA.

Entre todos se encargaron de distribuir información entre el alumnado para que las familias contribuyesen económicamente con lo que pudieran.

Al día siguiente ya habían conseguido unos 1.100 euros. Buscaron el primer vuelo de Granada a Quito, con escala en Madrid, y cerraron el pasaje de Rosario para un mes. Un día antes de su partida, el miércoles, Rosario no podía dejar de agradecer a todos el gesto de solidaridad que habían tenido con ella y su familia. Llevaba tres años sin ver a dos de sus cinco hijos, que se quedaron en Ecuador cuando se vino a España en 2002 con su marido para buscar una vida mejor. "Mis dos hijas mayores, ahora con 24 y 21 años, no quisieron emigrar", explica la madre. Llegaron a España con el boom inmobiliario y el trabajo para un albañil no faltaba. Pronto se embarcaron en la compra de una casa y quedaron atados de por vida a esta ciudad.

Con el estallido de la crisis y tras varios meses de penurias económicas, la situación se complicó con la enfermedad de Paola. "En ecuador la sanidad no es como aquí -explica Rosario- y lo poco que ganamos tenemos que mandarlo para pagar los antibióticos de mi hija".

Su hija Paola, con dos hijos de 7 y 5 años, había contraído el virus H1/N1 y fue hospitalizada en el centro Eugenio Espejo de Quito donde, al parecer, se infectó con otro virus hospitalario que le derivó en neumonía. La última noticia que tenía su madre Rosario era que los pulmones de su hija estaban inutilizados al 80%. "Su estado es crítico", dice angustiada.

La iniciativa de la comunidad educativa del Santa Juliana no ha terminado. Conscientes de que la convalecencia de la hija de Rosario va a ser larga, han colocado huchas en todas las aulas del colegio para recoger las donaciones de profesores, administrativos, alumnos y familias. "En unos días haremos un recuento de lo recaudado y lo meteremos en una cuenta para que Rosario pueda, desde Ecuador, tener dinero para pagar los medicamentos de su hija", detalla Arriaga.

Aliviada por el permiso (pero sin sueldo) que le ha dispensado la empresa Clece, Rosario está ya junto a su hija y nietos en Ecuador. "Nunca olvidaré al Santa Juliana", dice al despedirse.