En las últimas semanas se ha escuchado con frecuencia la necesidad de establecer pactos globales en asuntos de primer orden social como la educación o, más recientemente, la lucha contra el terrorismo yihadista. En esa lista de asignaturas pendientes está también el pacto contra la violencia de género, que la sociedad española reclamó a viva voz el pasado 7-N y que se hace más urgente con las tres últimas muertes de este fin de semana, que elevan a 48 el número de mujeres fallecidas en 2015 tras un noviembre negro. En ese acuerdo de todos los estamentos sociales no podría faltar un papel destacado para la atención médica, en concreto en Atención Primaria, que remite a los juzgado un 95% de los partes de casos de violencia machista.

Son los datos que se extrajeron ayer de la jornada Dificultades de la atención sanitaria hacia la violencia de género en el Sistema Sanitario Público Andaluz, que organizó la Escuela Andaluza de Salud Pública (EASP) en colaboración con el Instituto Andaluz de la Mujer (IAM). En dicho encuentro, los expertos detallaron que en 2014 se registraron 3.859 partes de lesiones por violencia de género, remitidos a los juzgados por profesionales sanitarios, de los que el 95% fueron generados por médicos de familia. De esta manera, la directora del IAM en Granada, Ana Belén Palomares, señaló que consideran "fundamental la formación en igualdad de género para personas del ámbito sanitario porque son una ventana importante para detectar los casos de violencia".

Palomares hizo especial hincapié en la detección precoz de los casos de maltrato a través de las consultas médicas, especialmente en los problemas de salud derivados de la situación de maltrato. La directora provincial del IAM consideró que los médicos de cabecera se convierten "en personas muy cercanas, a las que les cuentas en tu espacio íntimo lo que está pasando y que pueden generar confianza con las pacientes que sufren maltrato para detectar secuelas o estados de ánimo que pueden ser la punta del iceberg de problemas de violencia de género". Asimismo, hizo un llamamiento a formar al conjunto de la ciudadanía para que tenga sensibilidad ante posibles casos de maltrato machista.

Por su parte, el director de la EASP, Joan Carles March, puntualizó que la clave de la Atención Primaria frente a la lacra de la violencia de género consiste en "esos momentos íntimos de la relación entre profesional y paciente porque se genera una confianza necesaria para que la paciente pueda explicar al profesional su situación personal de violencia", así como para saber que hay problemas de ansiedad o de malestar general que puedan poner la señal de alarma al médico. March destacó el trabajo en este ámbito de la Red Formma, proyecto de la Consejería de Salud que coordina la EASP, que se inició en 2008 y tiene como objetivo principal formar al personal sanitario en la atención a mujeres que viven una relación de maltrato. En la red están integrados más de 500 profesionales de atención primaria y especializada y se han formado en ella un total de 18.215 en Andalucía.

Un paso más, según explicó, para introducir a los profesionales de la salud ante la urgencia de concretar un pacto firme contra violencia de género.