el zaidín no se calla

Sus vecinos no se muerden la lengua al denunciar la falta de limpieza, de seguridad, el lamentable asfaltado de las calles y, como no, el retraso a 2013 de la tercera fase de Santa Adela

el zaidín no se calla
el zaidín no se calla

19 de diciembre 2010 - 01:00

María Dolores dice que no quiere dejar este mundo sin tener la suerte de vivir en una casa nueva. Una casa sin humedades, donde las ratas no campen a sus anchas y en la que cuando llueva, literalmente, no pase miedo. María Dolores es vecina de la calle Navarra (dentro del entorno del barrio de Santa Adela) pero es una de las que, por el momento, se ha quedado colgada dentro del programa de rehabilitación que lidera el Ayuntamiento. Su vivienda presenta los signos del paso de los años y es una de las que ha sido víctima de las últimas inclemencias del tiempo. "Las pasadas lluvias nos han destrozado. Las grietas han aumentado y los recalos también. Estas casas están muy deterioradas, por no tener no tienen cimientos y es cuestión de tiempo que pueda pasar algo", cuenta con ansiedad.

Sin duda, la reforma de Santa Adela es el buque insignia del barrio. Un proyecto social y urbanístico que el Ayuntamiento comenzó hace al menos cinco años y que ahora no pasa sus mejores momentos. Al margen de las viviendas que se han quedado fuera de la rehabilitación, los vecinos de la tercera fase también tienen aspectos que reclamarle al Consistorio. Según cuentan, los propietarios han mantenido un tira y afloja con el Ayuntamiento a la hora de contabilizar los metros útiles de los inmuebles -a la hora de incluir o no las terrazas- para plantear la construcción. Pero no es eso lo más importante para ellos. El que las obras no comiencen hasta el 2013 les tiene preocupados. "Nos han dicho que los trabajos no comenzarán hasta dentro de dos años y, ahora, súmale las obras... No podemos esperar seis años para volver a nuestras casas. Hay viviendas muy deterioradas y los vecinos son muy mayores como para esperar tanto". Mientras se solventan los temas de metros, propiedades y otros aspectos más burocráticos que sociales, Santa Adela sigue sobreviviendo y sus vecinos viendo una evolución en el barrio que a ellos les tarda en llegar.

Pero el Zaidín es mucho más que Santa Adela y cada cual tiene una réplica que hacerle al Ayuntamiento en relación a las promesas que les hicieron antes de las anteriores elecciones. ¿Dónde está nuestro recinto para las fiestas? ¿El auditorio? ¿La mejora de los accesos y las calles?, se preguntan. Respecto al auditorio, la asociación de vecinos es consciente de que lo han incluido en los presupuestos, pero sin partida alguna. Si hay algo por lo que los vecinos del Zaidín pelean es por uno de sus mayores éxitos como vecinos: el Zaidín Rock. El festival, uno de los acontecimientos rockeros con más casta y populares a nivel nacional nació en y por los vecinos del barrio. Ahora, no llega una edición en la que no surja una polémica por diferentes motivos y los vecinos ven cómo de tener un apoyo máximo, el Ayuntamiento ha rebajado un 80% la subvención al evento. El presidente de la asociación de vecinos Zaidín-Vergeles, Antonio Ruiz, entiende que la situación económica no da para más, pero no le entra en la cabeza que sea el Zaidín Rock uno de los actos más perjudicados con la rebaja municipal. Las posibilidades de trasladar los conciertos a la zona cercana al futuro hospital de la ciudad tampoco les convencen, "porque tener conciertos de rock frente a un centro donde hay personas enfermas no es de recibo", apunta, por lo tanto, se sigue esperando a que se solvente este problema con la idea de que "no nos vuelva a coger el toro antes de la próxima edición".

Pero qué mas cosas irritan a los zaidineros: la limpieza y el asfaltado de sus calles. La asociación considera que hay cosas básicas que el Ayuntamiento no debería descuidar y que lo está haciendo. Los portavoces no se quejan tanto de la limpieza de las vías principales del barrio -Avenida de Dílar o la zona nueva del Palacio de Deportes- como de las pequeñas calles que hay que cruzar parar llegar de un sitio a otro. Esa queja la explica con detalle, Antonio, uno de los quiosqueros del barrio. "Hace un tiempo, se hacia limpieza dos veces en semana por estas calles. Ahora sólo tenemos un barrendero que hace lo que puede". Añade que hay falta de contenedores y que el camión no se lleva las bolsas que los vecinos tienen que dejar en el suelo porque no caben. "Hay días que vienes a trabajar y te encuentras la montaña de bolsas".

El asfaltado de calles es otro caballo de batalla. El Zaidín es un barrio que siempre ha tenido los coches en la calle, "porque antes las viviendas no se hacían con cochera" y las calles se encuentran muy deterioradas. Hundimientos, grietas, baches... la asociación reclama que el plan asfáltico llegue a sus calles y así se pueda ofrecer otra imagen del barrio.

Antonio Ruiz, portavoz de la asociación, considera que su distrito es uno de los más olvidados por el Ayuntamiento. Apunta que el Zaidín tiene 80.000 vecinos, "30.000 más que Motril", y sin embargo no tenemos ni la mitad de facilidades que el municipio, en el sentido, de que carecemos de comisaría adecuada para atender todas nuestras demandas -y aunque ya cuentan con el solar, proyecto sigue a la espera-; los vecinos reclaman más espacio para las asociaciones y lamentan el "desperdicio" que se está haciendo de las dependencias municipales del antiguo Imfe. "Se las llevaron a la Zona Norte y ahora tenemos aquí un edificio que sólo se utiliza para las clases de educación de adultos cuando en la asociación de vecinos se congregan más de 300 personas para realizar actividades". Por último, vuelven a insistir en la necesidad de que se abra ya la gran biblioteca del barrio. "Llevamos años a que se terminen las obras y ahora que se han terminado no llegan los fondos...", señalan.

Al margen de lo anterior, ganar más presencia policial en la zona, que el servicio de autobuses cubra las nuevas zonas de expansión del barrio y que cuenten con ellos a la hora de realizar los proyectos son las reivindicaciones que salen de las calles del Zaidín. "Nosotros no nos callamos, siempre que podemos reivindicamos, quizás por eso siempre hemos tenido la imagen de guerrilleros y, en realidad, no se equivocan", dicen sonriendo.

stats