Atlético de Madrid-Granada CF | Crónica y resultado

El Granada CF da en el Metropolitano otra lección de dignidad (1-0)

  • El conjunto rojiblanco merece al menos el empate en un encuentro marcado por el tempranero gol de Correa

  • Los pupilos de Diego Martínez encierran a los locales en el segundo periodo

Vadillo intenta controlar el balón.

Vadillo intenta controlar el balón. / Álex Camara (Madrid)

Sin duda el Granada se hace acreedor al respeto de toda la Liga. Este sábado, en todo un Wanda Metropolitiano los de Diego Martínez dieron otra lección de pundonor en un encuentro que estuvo marcado por el cercano partido de ida de las semifinales de la Copa y por el tempranero gol de Correa.

El técnico puso en el césped del Metropolitano una alineación inédita hasta ahora. La acumulación de minutos y el encuentro de pasado mañana en Bilbao motivaron un once un tanto 'especial' con un centro del campo muy poblado. En el Atlético, salvando las diferencias, otro tanto de lo mismo, pero en este caso Simeone se vio obligado por las no poca bajas que presentaba la escuadra colchonera.

A pesar de estar lejos de ser un once de gala, los que saltaron al campo dieron lo mejor de sí en un choque en el Granada fue de menos a más. La lástima, el gol que a la postre decidió el partido. Fue demasiado pronto y fruto de una falta de entendimiento en una zona donde los errores se pagan. Después, apenas pasó apuros.

Ramon Azeez lleva el balón Ramon Azeez lleva el balón

Ramon Azeez lleva el balón / Álex Cámara (Granada)

Tras unos 45 minutos jugados con más pena que gloria por ambos contendientes, tras el paso por el vestuario el panorama cambió radicalmente porque el Granada literalmente llegó a encerrar a todo un Atlético que no mostró más arma que la de intentar sorprender a la contra. Pocos argumentos para un equipo que es de los grandes de la competición.

Los grandinistas, por su parte, desde la humildad y el trabajo a destajo merecieron al menos el empate. A pesar de la derrota está claro que en Bilbao han tomado nota de como se las gastan los que serán sus invitados en apenas 48 horas.

Comienzo decisivo

Como era de prever, los locales salieron con más ímpetu en su afán por expiar sus pecados. Durante los primeros compases, al Granada le costó salir de su campo. Fruto de la insistencia colchonera llegó el gol. Un saque de banda aparentemente inofensivo dio lugar a una falta de entendimiento en la defensa del Granada que dejó solo a Correa, que no tuvo problema para batir a Aarón. Apenas habían pasado seis minutos.

Tras el tanto atlético se calmaron un poco los ánimos y el Granada estiró un poco sus líneas, aunque de forma tímida. Azeez fue el primero que se atrevió a amenazar a Oblak, pero sin puntería. Mas peligro tuvo Vitolo en un tiro lejano.

Roberto Soldado tuvo la mejor ocasión del Granada Roberto Soldado tuvo la mejor ocasión del Granada

Roberto Soldado tuvo la mejor ocasión del Granada / Álex Cámara (Madrid)

A los 20 minutos del encuentro el balón comenzó a ir de un lado a otro con querencia a la zona ancha del campo. Y se fue embarullando con continuos parones debido a las faltas que se fueron acumulando en las estadísticas y que se tradujeron en tres cartulinas seguidas, dos para los de Diego Martínez.

Poco a poco el ritmo del partido se fue espesando. El Atlético, consciente de lo que le cuesta marcar, empezó a especular con el juego que más le gusta. Sin ningún alarde, se dedicó a mover el balón... y a esperar. El Granada, por su parte, entró en más contacto con el esférico pero con poca o ninguna profundidad.

Dureza

Según se fue acercando el descanso más feo se poniendo el partido. Brusco, almidonado y con el árbitro sin parar de usar el silbato. Por momentos fue un auténtico concierto de pito motivado por unos jugadores más interesados en destruir que en crear algo productivo.

El panorama no beneficiaba en nada a los jugadores que ayer vestían de blanco. El marcador así lo hacía ver. Así, se llegó al tiempo para la reflexión y para ver la manera de dar un giro a la situación.

Cambia el decorado

Muy diferente fue la reanudación a los primeros minutos del partido. El Granada tomó la iniciativa. Casi que se vio obligado al ver la actitud conservadora de los de Simeone, que muy pronto avisaron de sus intenciones en una contra en la que Correa puso el balón en el segundo palo. El remate claro de Saúl lo repelió Aarón en una buena acción.

El Granada tomó conciencia de que el empate era posible y apretó en todas sus líneas. Por momentos se hizo dueño del balón sin temor a los lógicos riesgos que conlleva jugar así ante un equipo como el Atlético. Como en una rápida acción local en la que Correa hizo intervenir a Aarón (62’).

Víctor Díaz pudo cambiar la historia del partido en el descuento

La mejor ocasión

A los 20 minutos de la segunda parte se jugaba más en el campo madrileño que en propio. Y esto inquietó a la parroquia local. La tuvo Azeez dentro el área. El nigeriano buscó la escuadra, pero ésta se mostró esquiva. Más clara fue la doble ocasión poco después.

Soldado casi sorprende a Oblak en un remate de semiespuela. El rechace del checo le llegó a Gil Dias, que había salido poco antes. Con todos los locales en su área lo lógico es que en uno de ellos se estampara el balón.

El Granada, con un derroche físico digno de resaltarse, se convirtió en dueño y señor de la contienda ante un Atlético cada vez más acongojado... y más pitado por su propia afición, muy descontenta con la actitud de su equipo.

Foulquier tuvo otra actuación destacada Foulquier tuvo otra actuación destacada

Foulquier tuvo otra actuación destacada / Álex Cámara (Granada)

Diego Martínez, que ya había dado entrada a Antonio Puertas, puso sobre el tapete sus intenciones cuando a falta de un cuarto de hora sentó a Martínez, un cental, y puso en escena al atacante Carlos Fernández. Apretó de lo lindo el Granada ante un rival que padecía excesivo miedo. Y lo demostró al replegarse sin ningún pudor. Los visitantes forzaron saques de esquina y jugaron en territorio en el que se podía cambiar la historia del partido.

En el descuento Víctor Díaz cabeceó un saque de esquina muy cerca de la portería colchonera, pero entre el jugador y la línea de gol había demasiada densidad de población. Faltó el gol. Lo mereció el Granada.

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