La enésima apuesta africana

El joven jugador camerunés debuta con el cuadro rojiblanco en una posición distinta a la que suele actuar en el filial

Acompaña a Sergi Samper en el eje del centro del campo

Hongla conduce el esférico ante Bruno en su debut ayer con la camiseta rojiblanca en Villarreal.
Hongla conduce el esférico ante Bruno en su debut ayer con la camiseta rojiblanca en Villarreal. / Reportaje Gráfico: Carla Cortés / Agencia Lof
Enrique López

29 de enero 2017 - 02:36

Desde que el Granada CF regresó a Primera División, si algo ha caracterizado a las plantillas de los últimos seis años es por la apuesta por jugadores del continente africano. Nigerianos (Ighalo, Success y Uche), argelinos (Brahimi y Yebda), ghaneses (Boateng y Fatau), marroquíes (El Arabi), senegaleses (Diakhaté), gambianos (Sulayman), gaboneses (Musavu-King), malienses (Aly Mallé) y cameruneses (Nyom) han formado parte del cuadro rojiblanco en este periodo.

Ayer, la enésima apuesta nació en Camerún, concretamente en Yaoundé. Se trata de Martin Hongla, un joven jugador de apenas 18 años, quizá el más destacado del filial, al que Lucas Alcaraz le dio la oportunidad de debutar. Se trata del vigésimo noveno futbolista que ha gozado de minutos esta temporada en Liga. Una auténtica barbaridad y que refleja la situación deportiva del cuadro presidido por Jiang Lizhang, que ayer estaría de resaca celebrando la entrada del nuevo año chino.

Se muestra muy disciplinado y tácticamente correcto en el eje de la medularSe trata del vigésimo noveno futbolista que tiene minutos en los rojiblancos en Liga

Y lo hizo en una posición a la que no está acostumbrado en el Granada B. Hongla, que suele jugar de central, actuó en el centro del campo junto a Sergi Samper. Una responsabilidad que demuestra la poca confianza que tiene Alcaraz en hombres como René Krhin. Porque sin Uche, sancionado, Angban, en la Copa de África, y Márquez y Kone lesionados, el único 'sano' en la medular junto a Samper era el esloveno. Pero su mala actuación en Cornellá hizo que el técnico le diera la oportunidad a un futbolista que cumplió, sin más.

Su misión era clara: tratar de obstaculizar la circulación de balón del centro del campo del Villarreal, en el que la pareja formada por Trigueros y Bruno suelen marcar las diferencias. Nervioso en el arranque sobre todo en las entregas, conforme fue avanzando el choque fue adquiriendo más confianza. No se le vio torpe con el balón en los pies, incluso por momentos demostró personalidad cuando dominaba el esférico, pero darle la responsabilidad a un chaval de mover al equipo, y más en la situación en la que está el conjunto, es muy osado.

Dio estabilidad y trabajó a destajo, tratando de descolgarse en ataque en las pocas ocasiones en las que su equipo buscó la portería de Asenjo. Disciplinado tácticamente, se entendió bien con Samper, que le ordenaba constantemente junto a Lucas desde la banda. Si ya de por sí la plantilla del Granada CF es joven, ayer se dio un paso más. Setenta y siete años sumaban los cuatro integrantes del centro del campo (Samper, Ponce, Mallé y el citado Hongla), ni a la veintena llegaban de media y eso, ante un equipo como el castellonense, se nota.

Martin desapareció por momentos en la construcción del juego de los granadinos, algo lógico y más cuando el juego del Granada no es precisamente de llevar la iniciativa. Hay que tener mucha personalidad para hacerlo y a día de hoy el plantel no está capacitado para arrebatarle el cuero a todo un Villarreal. Y claro, Hongla no podía hacer milagros cuando el cuero pasaba por sus botas. Hizo todo lo que pudo pero no se le puede achacar nada al imberbe futbolista que llegó como un desconocido al filial y que ya ha cumplido uno de sus sueños. Su continuidad o no en el once se verá con el tiempo.

Venía entrenando con el primer equipo pero, pese a estar disponible Krhin, Lucas Alcaraz optó por darle la oportunidad al joven jugador nacido en Yaoundé.

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