Era una de las canciones más escuchadas durante años en las gradas del Mediterráneo de Almería: “Dale Ramón”; y ayer el nigeriano tuvo la oportunidad de dar lo mejor de sí mismo al equipo de Diego Martínez. El técnico confió en él para suplir la baja por sanción de Fede San Emeterio, pero el centrocampista tuvo más sombras que luces, siendo incapaz de otorgar equilibrio defensivo al equipo y sujeto ante sus más que habituales salidas con fuerza para sorprender en el ataque.
El caso es que no empezó mal, tratando de asociarse con bastante asiduidad con Montoro y ayudando en la salida del balón. Pero pronto la presión de Las Palmas ahogó la ingeniería africana. Hasta el 42’ de juego no se pudo ver una de sus acciones más características. Condujo el balón con fuerza y determinación hasta casi encarar el área rival, pero fue trabado con dureza por un contrario y sacó una falta en la que Montoro no pudo sorprender a Raúl Fernández.
La ausencia por lesión del compañero valenciano en el centro del campo dejó huérfano de ideas al Granada, porque Azeez no es ese jugador que aporte ingenio, mientras se mostró incómodo con la obligación de ayudar a sacar el balón jugado.
La polémica (con un posible penalti por manos en el 67’), así como su mal cierre ante la llegada de Timor en el gol canario le condenaron en su debut. Será otro día cuando Ramón pueda darle...
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