Cádiz-Granada CF

La lucha del Granada CF es eterna y Jorge Molina es eterno

  • Un tanto del delantero en el minuto 88 permite sumar (1-1) al equipo rojiblanco, que fue de menos a más en el Nuevo Mirandilla en un choque con protagonismo del VAR, que no entró ni en el tanto local pese a existir falta previa ni en un posible penalti a Suárez

Jorge Molina grita el gol del empate en Cádiz

Jorge Molina grita el gol del empate en Cádiz / Pepe Villoslada / Granada CF (Cádiz)

La lucha en el Granada CF es eterna y Jorge Molina es eterno. Esa pelea hasta el final del equipo y ese talento innato del atacante, que ya roza la cuarentena, permitieron al equipo rojiblanco rascar un punto meritorio, trabajado y justo de Cádiz (1-1).

Se puso difícil el choque con el tanto de Arzamendia, con la ayuda involuntaria de Torrente, en un primer tiempo en el que los de Robert Moreno no terminaron de tocar la tecla correcta.

Mejoraron en el segundo con los cambios, primero con la entrada de Montoro al descanso y después con la de Bacca, Arias y Escudero.

Acumuló ocasiones el Granada, no muchas pero sí de sobra como para el menos empatar, y encontró el premio cuando los de casa ya saboreaban la primera victoria de la temporada y todo rojiblanco de bien sólo tenía en la cabeza por qué, esta vez, no había irrumpido en el choque el VAR, ya que hubo falta previa a Antonio Puertas en la acción del 1-0 y un penalti a Luis Suárez en el segundo tiempo.

Casi tan importante como sumar fue restarle dos puntos al Cádiz, que sigue en descenso y que seguro que lamentó no haber acertado con alguna de las contras que tuvo para liquidar el duelo cuando el Granada estaba volcado en el tramo final.

Al final acabaron los amarillos con diez por la expulsión, por doble amarilla, en el añadido de Salvi.

Alberto Soro y Germán irrumpieron en el once de Robert Moreno, que apostó por dos puntas de inicio a fin, como suele hacer fuera de casa, y se guardó a Montoro para el segundo acto.

El Cádiz fue mejor en el cómputo general del primer tiempo, aunque el Granada gozó con 0-0 de una clarísima ocasión.

Fue el cuarto de hora de juego en una acción iniciada con un robo de balón de Antonio Puertas para habilitar a Luis Suárez. El colombiano piruleó a Fali en una baldosa y cuando el 0-1 parecía evidente apareció una manopla salvadora abajo de Ledesma.

Llevaba unos minutos el equipo rojiblanco manejando el choque cuando llegó esa clara jugada, a la que siguieron un par de intentos lejanos, mal ejecutados, de Luis Milla y del propio Luis Suárez.

La primera polémica

Había iniciado el duelo muy metido el cuadro local, consciente de su necesidad y espoleado por una afición siempre fiel. Forzó de inicio varios saques de esquina que sirvieron para que Germán tardara poco en justificar los motivos de su regreso al once.

Dijo Cervera en la previa que el Cádiz tenía que hacerlo lo más simple posible, volver más que nunca a sus orígenes. Por eso el balón apenas pasaba por la medular y casi siempre trataban los locales de percutir con envíos en largo hacia Lozano o buscando la verticalidad en banda de Iván Alejo y de Arzamendia.

Cuando más controlado tenía el Granada el duelo, un par de absurdas pérdidas de balón de Gonalons aclararon el panorama de los amarillos. No acabaron en nada esas jugadas por el buen hacer de los centrales rojiblancos, pero sirvieron para que el guion del encuentro cambiara de nuevo.

Maximiano, que ya había intervenido con acierto ante Lozano dos veces, una válida y otra no por fuera de juego, repelió con reflejos el tiro de Espino tras otro saque de esquina.

Y en el minuto 33 llegó el gol, polémico y con carambola incluida. Arzamendia cazó un balón en la frontal que cabeceó para intentar despejar Torrente, aunque lo que hizo fue despistar a Maximiano.

En circunstancias normales, el VAR habría entrado para anular el tanto porque justo antes del chutazo Fali, que es el que recupera para los locales un esférico sin dueño, da una clara patada a Antonio Puertas. Pero como aquí ni los arbitrajes ni las decisiones de los que estén en la sala VOR son normales, el tanto subió al marcador ante el rebote de los visitantes.

De ahí al descanso pasó poco, aunque en mitad del dominio local y del atasco ofensivo visitante, Luis Suárez probó a Ledesma, Jorge Molina mandó un cabezazo fuera y Lozano, cuyo mano a mano durante todo el partido con Torrente fue maravilloso, rozó el segundo tanto.

Montoro da un pase ante Jonsson y Álex Fernández Montoro da un pase ante Jonsson y Álex Fernández

Montoro da un pase ante Jonsson y Álex Fernández / Pepe Villoslada / Granada CF (Cádiz)

La segunda mitad fue de control casi total del Granada. Era lo que le tocaba al ir perdiendo, y más ante un Cádiz que está cómodo defendiendo rentas a favor.

La entrada de Montoro dio más fluidez al juego. Pese a que los problemas en el Granada para penetrar en la ordenada zaga amarilla eran evidentes, poco a poco empezaron a llegar las ocasiones.

Montoro no sorprendió a Ledesma desde lejos y el tiro de Quini se fue desviado pese a estar en franca posición para marcar.

Acoso y derribo

El último cuarto de partido fue muy entretenido. Bacca dio más posibilidades al ataque nazarí y tanto Arias como Escudero aportaron oxígeno en las bandas.

El Cádiz sabía que para no sufrir lo mejor era marcar el 2-0, y lo pudo hacer. Un incansable Lozano, Cala a balón parado, Espino en una buena contra, Sobrino y Alarcón en otro ataque fugaz...

Era el peaje que tenía que pagar el Granada por volcarse en busca de la igualada, y la apuesta le salió bien.

Antes todos volvieron a acordarse del VAR en una acción clarísima para marcar de Luis Suárez, después de una notable galopada de Bacca, que justo al rematar recibió el toque por detrás en la bota de Jonsson. Tampoco ahí hubo visita al monitor.

El Granada anticipó lo que iba a pasar. Lo mejor que hizo fue no desesperarse, creer en sus opciones. Y las ocasiones empezaron a caer. Ledesma se lució ante Bacca tras una genialidad de Jorge Molina, poco antes de que Antonio Puertas mandara fuera un cabezazo casi en el área chica.

Luis Suárez y el propio Puertas volvieran a perdonar antes de que Jorge Molina dijera, por enésima vez, aquí estoy yo. Luis Milla no tuvo prisa en poner el balón al área, Escudero llegó a la línea de fondo con el tiempo justo de centrar y Molina controló y remate una pelota que tocó en Akapo y Álex Fernández antes de entrar.

Era el minuto 88 y el 1-1 ya resultó intocable, para desolación local y alegría del Granada, que mantiene su renta con los de más abajo y hará que esté punto pase de bueno a maravilloso si el domingo supera al Mallorca en el Nuevo Los Cármenes.

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