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Granada CF | Entrevista
Llegó sin hacer ruido cedido por el Eibar y comenzó sin jugar. Pero tras su debut ante el Extremadura en la segunda mitad lo ha jugado todo, rindiendo a gran nivel y formando con Germán una de las parejas de zagueros más consistentes de la LaLiga 1|2|3. José Antonio Martínez (La Palma del Condado, 1993) atiende a Granada Hoy en la semana previa a uno de los duelos más esperados de la temporada, el que disputará el Granada CF ante el Málaga el próximo sábado en La Rosaleda.
Tras tres partidos sin jugar al inicio, ¿esperaba ser tan titularísimo a estas alturas de temporada?
No me siento titularísimo aunque sí que es verdad que estoy teniendo regularidad. A nivel personal tuve un verano complicado con muchos cambios en mi vida tras estar cinco años en equipos filiales. Me costó un poco adaptarme a un entorno más profesional en un vestuario donde hay gente con más experiencia de lo que estaba acostumbrado y en un ambiente totalmente distinto. En un filial se está para perfeccionarse y coger conceptos que sean aplicados al fútbol profesional. Ese periodo de adaptación, no al grupo de jugadores donde hay mucha unión y me acogieron como uno más, sino al profesionalismo me costó. Pero seguí trabajando para aprovechar mi oportunidad y estar al nivel.
¿Es en esta temporada en la que se está sintiendo de verdad como futbolista tras pasar por dos filiales?
Es otro fútbol totalmente distinto. Hasta ahora no había pasado por lo que estoy viviendo aquí y la verdad es que ilusiona y me motiva ir cada día a la Ciudad Deportiva y disfrutar del ambiente tan profesional que puedo palpar y de crecimiento para buscar soluciones a los problemas que nos surgen. En un filial dependes del primer equipo y uno tiene la ilusión de subir pero estás en un segundo plano. Aquí priman ya los objetivos grupales por encima de los individuales y en ese sentido sí he notado mucha diferencia con respecto a mis etapas en Sevilla o Barcelona.
¿Cuál es el secreto del actual Granada CF?
Nos basamos mucho en el trabajo diario y en la idea que el míster nos está implantando que no es otra que la cultura del trabajo, no conformarse y ser ambiciosos. En un principio se dudaba un poco de que el Granada CF pudiera estar preparado para competir todos los partidos, por lo que era la competitividad era una asignatura que teníamos pendiente. El secreto es la mentalidad de trabajo por encima de todo. Obviamente, como en todos los equipos porque esto es fútbol, llegarán malas rachas pero dentro del equipo creemos en esta idea y que es el camino a seguir para conseguir los tres puntos cada semana.
Está formando una gran dupla con Germán ¿cuál es la clave para ello y qué está aprendiendo de él?
Aprendo mucho a diario de todos los compañeros pero sí que es verdad que con él es con quien más contacto tengo en los partidos. Es un central muy experimentado que a mí me da mucha tranquilidad. Me ayuda a atreverme en otros aspectos y esa jerarquía que tiene me sirve para estar más atento, además de que personalmente me gusta captar conceptos que vea que me puedan servir para ser mejor futbolista. Es un orgullo jugar con él pero también con Pablo Vázquez, que tiene un hambre tremenda y muchas ganas. Al final, lo importante es coger cosas de cada uno de los integrantes de la plantilla para crecer y ser mejor.
¿Siente el cariño de Los Cármenes cuando corta alguna acción peligrosa del rival?
Por supuesto. Ya conocía a la afición de Granada, que es muy pasional y lo que quiere por encima de todo es que sus jugadores muestren en el campo ese orgullo y esa pasión que ellos tienen por el equipo. Y eso, al menos yo, lo palpo en la calle. En el campo quiere que, en mi caso como defensa, muestre seguridad y solvencia y la verdad es que me está ayudando mucho porque vengo de filiales donde ésto no es tan importante sino otros conceptos. Mi ilusión y motivación es ir cada día a más y mostrar la mayor solidez posible porque es la principal tarea de un central.
¿Fue una ventaja conocer a Diego Martínez para su llegada a Granada?
Sin duda. Me encantaba la ciudad y firmar aquí era volver a Andalucía pues llevaba dos años fuera, por lo que creía que era el mejor sitio donde podía crecer y entrar en el mundo del profesionalismo. Mi idea desde que llegué fue intentar entrar en la dinámica del grupo, de la afición y de la ciudad lo más rápido posible. Pero sí que es verdad que conocía cómo trabajaba el míster y la verdad es que siento su idea como mía. Me gusta mucho pensar que gracias a mi trabajo voy a ir mejorando y que el día a día es lo más importante. Estar cómodo trabajando y compartir la idea de trabajo que tiene uno es clave para afrontar un año tan largo.
¿Se esperaba un club con esta estructura o se lo esperaba distinto?
No estaba informado y no conocía al club por dentro pero realmente me ha sorprendido muchísimo la estructura que tiene, y ya no sólo a nivel deportivo sino en otros ámbitos. Se nota que hay mucho cariño al jugador y cercanía, y eso crea un clima de familia tanto en el equipo como en el resto de la entidad, lo que facilita mucho la adaptación. Es un club muy familiar y la Ciudad Deportiva no tiene nada que envidiarle a ninguna de un club de superior categoría. Es una pasada y yo disfruto mucho porque va todo orientado a la idea de trabajo y las ganas de mejorar, aspectos con los que me identifico. No me puedo quejar.
Dicen de usted que es uno de los que genera mejor ambiente en el vestuario. ¿Es cierto?
No sé muy bien definirme. Aunque mi entorno cercano me diga que soy negativo y exigente, soy muy positivo. A mí me gusta estar cómodo donde estoy y si eso es crear buen rollo pues llevan razón. Intento evitar los problemas y me gusta sonreír y quizá por ahí venga ese comentario.
¿Qué fue lo primero que se habló en el vestuario tras la derrota del pasado viernes ante el Sporting?
Después de la primera derrota en casa no es fácil levantarse. Sobre todo estábamos dolidos por la afición, que nos apoyó en todo momento, pero conforme pasaron los veinte minutos más calientes tras el choque los mensajes eran de hacer borrón y cuenta nueva. Eso es el fútbol y tanto en la victoria como en la derrota hay que coger las cosas buenas y aprender de las malas para crecer. Ahora es cuando tenemos que estar más unidos y creer más que nunca en la idea porque es lo que nos ha hecho tener a día de hoy 28 puntos.
El sábado viajan a Málaga donde habrá un gran ambiente. ¿Cómo la afronta la plantilla y usted personalmente?
Estos partidos no necesitan un plus de motivación porque durante toda la semana estamos muy activados. Se trata de uno de los rivales más poderosos de la categoría y, a priori, va a estar arriba. Lo que sí hay es mucha ilusión por mostrarnos otra vez en un gran escenario como ya hemos hecho en Zaragoza o La Coruña. Son estadios en los que se ve la personalidad de un equipo. Personalmente tengo muchas ganas de que llegue el fin de semana y si me toca jugar, intentaré dar lo mejor de mí.
¿Qué le dice la palabra Eibar?
Sobre todo agradecimiento. El año pasado fue complicado para mí por el descenso pero ellos, desde un primer momento, me demostraron mucho interés para que formara parte del club. En una situación tan complicada lo normal es que estuviera jugando en Segunda B y que una entidad se fije en ti lo primero que uno siente es agradecimiento porque gracias a ello estoy en Granada.
¿A quién le debe ser futbolista profesional?
Mi trayectoria es complicada y hay muchos entrenadores que han apostado por mí en momentos muy difíciles. La verdad es que nunca pensé que podía llegar a ser jugador profesional aunque siempre tuve esa ilusión pero es cierto que llegué un poco tarde al mundo del fútbol. Hay mucha gente pero no quiero especificar nombres porque seguro que me olvido de alguno y no sería justo.
¿Tiene a alguien en su entorno que le pone los pies en el suelo en el día a día?
Mi padre siempre me ha intentado hacer ver la realidad y es muy responsable de que tenga la mentalidad que poseo. Si jugaba mal, él me lo decía pero si ganábamos fácil él me destacaba las cosas que hacía mal. Y eso me ha hecho ser una persona muy exigente conmigo mismo incluso en la victoria, porque soy consciente que si me relajo no tengo el talento natural que tiene cualquier otro.
¿Le gustaría quedarse en Granada pase lo que pase a final temporada?
Estoy muy feliz en Granada aunque me debo al Eibar. Siento que estoy en una familia y estoy viviendo cosas muy positivas, en el día a día, incluso fuera del fútbol. Quiero formar parte de esta familia y mi estancia en Granada no la veo como una cesión de un año para hacer mi camino. Al contrario.
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