La rivalidad entre Fernández y Amancio, historia del Granada CF y del fútbol español
Granada CF
8 de junio de 1974, Estadio Los Cármenes. Granada CF-Real Madrid. Curiosamente en el minuto 13 de encuentro, el central paraguayo Pedro Fernández asestaba una patada en el cuádriceps al 'Brujo' Amancio, que acababa de cederle el balón a Santillana tras una internada por la banda derecha, tras la cuál el colegiado Oliva Fortuny no iba ni a pitar falta. La agresión iba a a suponer 15 partidos de sanción al rojiblanco, más de 100 puntos de sutura y la inactividad durante 5 meses (a priori iban a ser 3), así como el comienzo del declive del gallego, que ya tenía 34 años en ese momento. Una jugada que sigue en la memoria del fútbol español por la rivalidad que generó durante varios años entre los dos equipos, donde vimos cerdos arrojados al campo con la camiseta blanca, declaraciones de guerra y una tensión que no llegó a solucionarse del todo, más aún tras el fallecimiento de Amancio y el anterior fallecimiento de Fernández (noviembre de 2020)
Tres años antes, el 12 de diciembre de 1971, esta vez en el Bernabéu, Amancio y Fernández acababan expulsados tras una trifulca multitudinaria. El paraguayo, tras su enésima falta, fue embestido y hostigado por varios jugadores blancos como 'Pirri' y Velázquez, lo que acabó en una enorme tangana y con el 'Brujo' y el central rojiblanco expulsados, siendo este para muchos la semilla que germinó una rivalidad que se arrastró durante varias temporadas, y que iba a reventar tres temporadas después.
Antecedentes
En el partido de vuelta, cuatro días después de la famosa agresión, el Madrid endosó un 7-3 al conjunto rojiblanco en un partido que se jugó más en la grada y en los días previos, donde la prensa se había encargado de caldear el ambiente para recibir a los visitantes con la mayor de las hostilidades, generando un popurrí de insultos a los jugadores del Granada desde que el bus cruzaba la esquina del Santiago Bernabéu. Una banda sonora repleta de gritos como "!Asesinos, asesinos!" que respondía a la reputación de equipo agresivo que tenía el club nazarí, dónde la manera de defender de la pareja de centrales formada por Velázquez y Aguirre Suárez (se rompió a finales de esa misma temporada) hacía temer a los delanteros. "Qué suerte tienen los toreros", cuentan que dijo Carlos Rexach al pasar por la plaza de toros de Granada, un sitio al que todos los futbolistas temían ir porque, como también expresó su compañero Asensi, era "ir a la guerra".
La jugada
Los tres mayores involucrados, Fernández, Amancio y el árbitro Oliva Fortuny, comentaron la jugada desde percepciones muy diferentes. Según el rojiblanco, "Amancio venía driblando por la derecha y tuve que salirle al cruce, parece que se asustó al verme venir, soltó el balón, pero saltó y tuvimos ese choque fortuito". Para el paraguayo, la peligrosidad estaba en que era una jugada de gol. Finalmente lo fue, y es que "el balón llegó a Santillana quién remató y la metió, por eso el árbitro ni me amonestó", comentaba Fernández.
Para el gallego la historia fue muy distinta, y es que nunca llegó a perdonar aquella entrada. Cuando recibió la llamada de Granada Hoy comentaba que era mejor dejarlo pasar, y evocaba que lo primero que pensó fue en el, que menos mal que le pasó con 34 años y no con 22. El brujo tenía la jugada en su memoria "la cojo por la banda y veo el desmarque de Santillana mientras Fernández venía hacia mí. Llevaba el balón raso, a dos metros cuando me metió los tacos en el muslo".
El encargado de regular aquel encuentro fue el catalán Oliva Fortuny, quien se arrepentía de "haber llegado tan relajado a ese partido" y no recordar la trifulca que tuvieron ambos protagonistas tres temporadas antes. El colegiado anotaba: "Muñoz no alineaba a Amancio en Granada para evitar sustos, y no ví aquel contrataque. Amancio salió por los aires de repente y decía "Oliva, que me ha dado". Cuando ví al día siguiente los telediarios..." También apuntaba a la campaña de prensa que realizó el Madrid, que "en aquella época mandaba mucho".
Muchos años después, concretamente treinta, parecía que se había enterrado el hacha de guerra, y es que la Asociación de Antiguos Jugadores del Granada CF preparaba, para junio de 2004, un partido amistoso que sirviera de 'reconciliación' y cuyos beneficios irían destinados a una obra benéfica. Como declaraba ante Granada Hoy, Amancio sabía de la preparación de aquel partido, pero el no iba a ir.
Con el fallecimiento del madridista se cierra un episodio que marcó la retirada de Amancio y la imagen en el inconsciente del aficionado sobre Fernández, así como la creación de un episodio histórico del fútbol español. Ahora ambos pueden descansar en paz.
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