Granada CF-Alavés La crónica

El Granada se da una alegría ante un pobre Alavés (2-0)

  • Los goles de Uzuni de penalti y de Lucas Boyé permiten a los rojiblancos reencontrarse con la victoria y colocarse a once puntos de la salvación

Lucas Boyé en el área en la jugada que acabó en el 1-0

Lucas Boyé en el área en la jugada que acabó en el 1-0 / Antonio L. Juárez / Photographerssports (Granada)

El Granada se dio una alegría meses después al vencer este domingo en el Nuevo Los Cármenes por 2-0 al Alavés, que mostró una pobre imagen y que tendrá que mejorar si quiere seguir manteniendo el descenso a una distancia desahogada.

El triunfo no cambia la suerte del Granada, a once puntos ahora de la salvación y con un pie y tres cuartos en Segunda, aunque al menos sirve para que la afición se lleve una alegría y para que los jugadores muestren que tienen, al menos esta vez, ese amor propio que tanto se les reclama.

Samu fue pitado cada vez que toco el balón en su vuelta y, como todo su equipo, estuvo más que discreto. Marcaron en el primer tiempo Uzuni de penalti y Lucas Boyé. 

El Granada salió con el mismo once que en el pasado partido ante el Valencia, en el que cuajó una digna actuación, con la única novedad de la entrada del polaco Jozwiak por el canadiense Corbeanu. Insistió Sandoval con el 1-4-4-2 usado en la última jornada, con los recuperados Uzuni y Lucas Boyé en la punta de ataque.

El Alavés formó con su 1-4-2-3-1 habitual, con tres cambios en su alineación respecto al partido anterior, en el que perdió contra la Real Sociedad, y Samu un día más como referencia ofensiva en los de Luis García Plaza.

El partido comenzó con un ritmo muy lento, jugándose a cámara lenta, como si estuviéramos en pretemporada en lugar de en el momento decisivo del curso, aunque casi todos los equipos se juegan más que Granada y Alavés.

Quiso tener el control el equipo de Sandoval, con posesiones largas jugando desde atrás, mas con pocas ideas para hacer llegar el balón a zonas peligrosas. Los visitantes, a los que habitualmente da pereza tener el esférico, no les importaba esperar.

En la primera llegada del Granada marcó el 1-0, en el minuto 9, al transformar Uzuni un penalti que casi desvía Antonio Sivera.

La pena máxima llegó por una clara mano en el área de Andoni Gorosabel para desviar un disparo del uruguayo Facundo Pellistri después de que el argentino Lucas Boyé hubiera mandado su chut al palo tras revolverse bien dentro del área.

El gol no varió el guion del choque, ya que siguió mandando en el mismo el Granada ante un Alavés incapaz de dar más de tres pases seguidos y fiándolo casi todo a las jugadas que pudieran hacer sus extremos.

Pellistri pidió un penalti que el árbitro no concedió, Batalla se fue al suelo, como suele hacer en cada partido, fingiendo problemas musculares para que se recuperara el uruguayo, los jugadores del Alavés se le echaron encima montándose la trifulca y el Nuevo Los Cármenes cantó “Samu es una rata”.

Esa acción pareció espolear al Alavés, que fue poco a poco haciéndose con el control del choque a partir de la posesión de balón, aunque sólo probó a Batalla con un chut lejano poco colocado de Rubén Duarte.

Sin embargo, era un dominio inconstante y poco apabullante que se diluyó igual que llegó, tanto que el Granada marcó el 2-0 en el minuto 38 con un cabezazo de Lucas Boyé tras un medido envío de Sergio Ruiz desde la frontal del área. No había fuera de juego por poco pero estaba en posición legal el argentino, que con su celebración demostró que se quitaba un peso de encima.

El propio Lucas Boyé, con un chut de volea que se marchó fuera por muy poco, rozó un nuevo gol en el tiempo añadido del primer tiempo ante un Alavés irreconocible y muy lejos de ofrecer una versión cercana a lo que ha mostrado durante la mayor parte de la temporada.

Segundo tiempo

El Alavés, con extremos nuevos al entrar Rebbach y Sola por Luis Rioja y Carlos Vicente, salió mandón en el segundo tiempo, con un chut del argentino Joaquín Panichelli que hizo trabajar a Batalla.

Sin embargo, lo mejor que le podía pasar al partido para los intereses rojiblancos era que no ocurriera nada, y es justo lo que sucedía. El Alavés quería pero no podía y al Granada le iba de lujo con el 2-0.

Un centro chut de Sola hizo a Batalla tirar de reflejos, con la afición pidiéndole con cánticos que se quede tras el descenso. Uzuni lo intentó sin suerte de chilena desde lejos.

García Plaza buscaba soluciones en el banquillo, con Samu llevándose la última pitada al ser sustituido por Kike García, mientras que Sandoval hizo su primera sustitución al entrar Gonzalo Villar por Jozwiak, colocándose el murciano en esa posición de falso extremo que le disgusta.

Sandoval hacía los cambios de uno en uno y a falta de un cuarto de hora para el final entró Callejón por Uzuni. El motrileño se fue a la banda izquierda y Gonzalo Villar centro su posición para colocarse en la media punta de un 1-4-2-3-1, con Lucas Boyé como único punta.

El Alavés trató de volcarse en el cuarto de hora final sobre la meta rojiblanca y llegó con más facilidad que antes a las inmediaciones del área.

Como ocurrió ante el Valencia, Sandoval no agotó sus cinco cambios, ya que en la última ventana sólo llegó al cuarto al entrar Hongla y Matías Arezo por Gumbau y Lucas Boyé, sin que cambiara nada a nivel táctico.

En los minutos finales, tuvo Pellistri en una contra el 3-0, que evitó Sivera, y Batalla volvió a volar para evitar el gol de Rebbach.

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