Celta | Granada La Pizarra

Iago Aspas puede con cualquier dibujo

  • Diego Martínez recupera el 1-5-2-3 para jugar de inicio pero la calidad del atacante gallego apabulla a un Granada que acabó con un 1-4-4-2

Domingos Duarte y Santi Mina pugnan por un balón

Domingos Duarte y Santi Mina pugnan por un balón / Efe (Vigo)

La precaria situación en cuanto a efectivos se refiere que vive el Granada CF en la medular, tras la lesión de Montoro y al mantenerse la de Azeez, llevó al técnico Diego Martínez a prescindir del trivote en el centro del campo utilizado hasta ahora de inicio en todos los encuentros de la presente temporada salvo ante la Real Sociedad, aunque lo de San Sebastián fue un simulacro de encuentro que no se puede tener en cuenta.

El Granada tuvo muchos problemas en Vigo. El Granada tuvo muchos problemas en Vigo.

El Granada tuvo muchos problemas en Vigo.

Con tres centrales que están rindiendo a un destacado nivel, en medio de un calendario con muchos partidos y teniendo enfrente a un Celta ofensivo y peligroso, el preparador rojiblanco eligió de inicio salir con una zaga de tres defensas, que fueron Domingos, Germán y Vallejo, y dos carrileros: Foulquier y Carlos Neva.

Yangel Herrera y Luis Milla compusieron el doble pivote que guardó las espaldas a los tres de arriba: Machís, Luis Suárez otra vez partiendo desde banda y Jorge Molina, en un reconocible pero inhabitual en la presente campaña 1-5-2-3.Los gallegos, bastante necesitados de puntos, apostaron por un valiente y poco usual 1-4-1-3-2, con muchos jugadores atacantes juntos de inicio, caso de Brais Méndez, Nolito, Denis Suárez, Iago Aspas y Santi Mina.

El argentino Eduardo Coudet, que hace sólo unas semanas reemplazó en el banquillo celeste a Óscar Garcia, salió a por todas, lo que provocó que el Celta fuese bastante superior en la primera media hora al Granada, que se encontró muy incómodo para frenar el juego de mucho toque, velocidad y movilidad de los locales.

La pesadilla

Iago Aspas se convirtió en un dolor de cabeza para los rojiblancos, que casi nunca pudieron neutralizar sus movimientos y que con su calidad definió el partido. No es osado decir que sin el gallego en el campo el resultado seguramente hubiese sido otro.

No es que fuese el mejor del choque, es que dio una exhibición portentosa y protagonizó no sólo los tres goles sino también todas las jugadas de ataque de los suyos. El talentoso atacante local partió desde la punta de lanza pero casi siempre buscó el esférico a espaldas de los medio centros.

Iago Aspas fue un suplicio para la defensa rojiblanca. Iago Aspas fue un suplicio para la defensa rojiblanca.

Iago Aspas fue un suplicio para la defensa rojiblanca. / Efe (Vigo)

Era evidente que al Granada lo que le faltaba era tener más el balón. Lo perdía muy rápido ante la presión intensa de los celestes, por lo que no daba tiempo ni a que los carrileros se sumaran al ataque ni a lanzar buenos balones para la velocidad de sus extremos.

La primera vez que Luis Milla encontró a Luis Suárez llegó el 0-1. El punta comenzó partiendo desde la derecha pero que a lo largo del primer tiempo permutó varias veces su posición con la de Machís.

Los jugadores más ofensivos de los nazaríes entraron en juego menos de lo deseado pero la sensación de peligro era grande cada vez que pisaban campo rival.

Cambios 

Pese al 1-1 del descanso la superioridad de los gallegos fue evidente en el primer tiempo, aunque tras la media hora inicial las fuerzas se equilibraron algo.

Diego Martínez movió el banquillo en el intermedio con la entrada de Antonio Puertas por Jorge Molina, dejando a Luis Suárez de referencia ofensiva.

A la media hora, y tratando de dosificar fuerzas y evaluando cansancios acumulados, Soldado y Gonalons reemplazaron al colombiano y a Yangel Herrera.

Todo siguió igual en cuanto a dibujo, también tras el estreno esta campaña de Quini al entrar por Foulquier.

Otro dibujo

El Granada sufrió menos en el segundo tiempo, pero también llegó mucho menos, prácticamente nada.

Estaba el duelo para el 1-1 final cuando Iago Aspas decidió que no, que ya era hora de que el Granada de Diego perdiera un partido en el que empezaba ganando, aunque fuese dos años y medio después.

Tras el 2-1, Alberto Soro entró por Vallejo y mutó al equipo al 1-4-4-2 con el que acabó el choque, con Antonio Puertas como punta junto a Soldado.

Isidro hizo de las suyas

Se volvió a cruzar Díaz de Mera en el camino del Granada y le hizo de nuevo la faena.

Nadie duda de que la derrota es justa, pero en el minuto 69, con 1-1, Murillo se tuvo que ir a la calle.

Brazo a la cara de Puertas en un salto cuando ya tenía una amarilla. No la sacó.

Luego a Diego, a Puertas y a Soldado, sí, pero la de Murillo no. Isidro volvió y fue como en las veces anteriores: perjudicó al Granada.

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