No eran pocos los que afirmaban hace tres veranos, cuando Gonalons se incorporó al Granada CF, que era poco menos que un futbolista que venía aquí a retirarse y que sus mejores años de fútbol ya habían pasado.

Es posible que no haya sido capaz de recuperar el nivel que le llevó a ser un habitual con la selección francesa y le convirtió en uno de los mejores medios del mundo. Sin embargo, nadie puede discutir que su rendimiento en el Granada, pese a algunas lesiones que le han frenado, ha sido excelso.

Fue clave con Diego Martínez en el banquillo y también lo está siendo ahora, con Robert Moreno al frente.

Los datos de estos ocho primeros partidos del curso actual avalan que el núcleo del Granada es él, que se ha convertido en el eje sobre el que gira el equipo, tanto en defensa como en ataque, y en un futbolista clave en el engranaje rojiblanco.

Ha participado en los ocho partidos del equipo, en siete como titular y en uno como suplente, hasta convertirse en el tercer jugador del plantel con más minutos, sólo superado por Carlos Neva y por Domingos Duarte.

Además, con 226 pases buenos es el jugador del equipo que más combina la pelota de forma adecuada.

También es el que más falta hace, un total de 16 que ha hecho que vea ya cuatro cartulinas amarillas, por lo que está a sólo una de la suspensión por acumulación de cartulinas.

Este fin de semana, aprovechando el parón de LaLiga Santander, ha concedido una entrevista al club en la que se da a conocer al Gonalons más personal, al que no sólo tiene que ver con lo que pasa en el terreno de juego.

El Gonalons más personal

En ella reconoce que su familia se encuentra desde hace un año en Lyon “por diferentes motivos” y que es una “situación algo difícil” porque la echa “de menos”, pero que la soledad le permite, por ejemplo, “aprender español e inglés”.

También expone que añora de Francia “la comida”, aunque aclare que en el club rojiblanco se come “muy bien” y que los cocineros de la entidad “preparan muy bien la comida”.

Pese a que llegó al Granada procedente del Sevilla, Gonalons sufre en España con “el calor” pese a que es una persona que prefiere “un tiempo bueno que uno malo”.

Tampoco lo pasó bien con la ola de terremotos de hace unos meses: “Tuve mucho miedo. Me dijeron que la casa era muy fuerte, pero no lo pasé bien”.

En vísperas este domingo de un España-Francia, el galo recuerda perfectamente cuando participó en un choque entre ambas selecciones jugando con los galos. “Fue un partido de calificación para la Copa del Mundo, en Madrid, y acabó en empate. No toqué mucho el balón, pero me acuerdo del gol de Giroud al final”, rememora.

"Siempre quise ser futbolista, era un sueño. Es un trabajo muy difícil, pero era un sueño desde pequeño. No se puede describir cuando lo pasamos bien en el campo. Ganar títulos, ganar muchos partidos, jugar en estadios grandes con los mejores del mundo es un mérito extraordinario”, explica Gonalons.