Diego Martínez resalta "el alma y el espíritu" de su equipo

El entrenador del Granada CF, Diego Martínez, destacó “el alma y el espíritu” de su equipo para empatar (3-3) ante el Huesca este domingo gracias a dos goles postreros en un partido en el que les faltó “nivel de atención en el área propia”.

“Cuando ya no tienes fuerzas, con un 1-3 adverso lo más normal es que cualquier equipo se deje ir, pero el Granada creyó y lo siguió intentando”, comentó el técnico rojiblanco en rueda de prensa.

Diego apuntó que si el partido “dura un poco más” podían incluso haberlo ganado porque lograron “cambiar la inercia” después de “no estar bien” durante la mayor parte del choque.

“El nivel de atención en área propia lo tenemos que volver a recuperar como sea, no se puede conceder lo que hemos concedido en las acciones de los goles”, reconoció el técnico, quien cree que también tienen que “rebajar la tasa de error” y “recuperar la solidez defensiva”.

Diego resaltó “la creencia y la convicción” de un equipo que empató gracias al “alma y el espíritu” y recordó que “cuando no se puede ganar, empatar y sumar es positivo, y más en la racha negativa” que arrastra el Granada.

No preocupa, ocupa

“No nos preocupa, nos ocupa”, afirmó el preparador al ser cuestionado por la mala racha del Granada, que acumula cinco jornadas sin ganar, mostrándose “optimista” pese a que con tantos partidos tienen “poco tiempo para entrenar y pulir detalles”.

“Necesitamos recuperarnos, coger aire y rearmarnos, tenemos capacidad de aprendizaje y mejora. Los factores emocionales que van mucho más allá del juego son los que nos han traído hasta aquí y a los que nos vamos a agarrar ahora más que nunca”, agregó.

“Sabíamos que el palo en la rueda tras el viaje a Nicosia era muy gordo. Nos ha tocado vivirlo a nosotros y no queremos que nos vuelva a suceder. Hay jugadores que ahora mismo están extenuados”, explicó.

Diego Martínez reconoció que “más que demostrar intangibles a la heroica”, como ocurrió ante el Huesca, prefiere mostrarlos “con el marcador a favor o gestionando el partido de una manera más controlada” ya que un duelo así produce “picos emocionales muy altos pero estás a cara o cruz y ese no debe de ser nuestro adn o identidad camaleónica”.