Se había mostrado Paco López desde su llegada al Granada como un entrenador continuista en el sentido de mantener un once titular más o menos habitual, condicionado en cada encuentro por el rival y a las bajas con las que él mismo contaba, pero con muy pocos cambios de una jornada a otra.

Esta dinámica se basaba en que el equipo mantenía un rendimiento más que aceptable, ganando en el Nuevo Los Cármenes y firmando partidos buenos a domicilio, independiente del resultado de los mismos.

Sin embargo, el técnico valenciano dejó claro en el choque ante el Ibiza que no se casa con nadie y que es capaz de realizar varios cambios si no le convence lo que ve de los suyos, como demostró en la alineación elegida ante el Levante.

Hasta cuatro jugadores salieron del once respecto al usado en el Ciudad de Valencia, pese a no mediar por medio sanción o lesión.

Ricard, Cabaco, Petrovic y Jorge Molina fueron los sacrificados para dar entrada de inicio frente a los ibicencos a Quini, Rubio, Bodiger y Alberto Soro.

Con tanta variación, sin una referencia ofensiva clara y con varios jugadores en el campo que pueden actuar en varias posiciones, hasta el mismo pitido inicial no se pudo comprobar cómo iba a jugar el Granada ante el Ibiza.

Paco López, como ya ha hecho alguna vez que ha tenido problemas en la medular, apostó por una defensa de tres centrales y dos carrileros.

El esquema

El 1-5-2-3 que eligió tenía a Bodiger y Melendo como medios versátiles, a Alberto Soro y a Callejón como falsos extremos, con mucha movilidad, y a Antonio Puertas como referencia ofensiva.

En el Ibiza, Lucas Alcaraz optó por el clásico 1-4-4-2 y su principal arma fueron los balones a la espalda de la defensa rojiblanca, que se mostró segura en esta faceta del juego al ganar un efectivo más con Víctor Díaz como tercer central.

 Los saques de banda al área de Joseda fueron otro recurso usado por los visitantes. Y en una de ellos llegó la clara ocasión de Nolito que hizo trabajar a Raúl Fernández.

Antes de eso había marcado un Granada que era capaz de llegar con claridad, sobre todo, con las acometidas de Carlos Neva por la izquierda.

El carrilero zurdo profundizaba con poca oposición cuando uno de los jugadores de ataque era capaz de recibir por dentro entre líneas, algo que trataron de hacer una y otra vez Soro, Callejón y Puertas.

En una de esas jugadas se produjo el saque de esquina que acabó en el tanto de Víctor Díaz para romper el equilibrio. Funcionó, por fin, la pizarra esta temporada, ya que fue una acción claramente ensayada, con todos los jugadores partiendo desde el segundo palo y Callejón poniendo el balón en el saque de esquina justo donde iba a llegar libre de marca el capitán rojiblanco.

No fue buena la salida del Granada en la segunda parte, ya que apenas le duraba el balón en su poder ante un Ibiza que cada vez se lo creía más y que provocaba en el Nuevo Los Cármenes un murmullo que no se escuchaba desde hacía tiempo.

Los cambios

Paco López trató de reconducir la situación dando entrada antes de la hora de juego desde el banquillo a Alberto Perea y a Ricard en sustitución de Callejón y de Quini.

No varió nada la situación a nivel táctico, aunque Perea buscó asociarse mucho más de lo que lo estaba haciendo el motrileño y Ricard dio más profundidad al equipo por la derecha.

Después de que ante el Levante no moviera su banquillo hasta pasado el minuto 80, Paco López agotó sus sustituciones este sábado en el minuto 67, ya que en la segunda ventana de cambios entraron a la vez Jorge Molina, Sergio Ruiz y Bryan por Antonio Puertas, Bodiger y Alberto Soro.

Estaba justificada la incisiva intervención porque el Ibiza apretaba cada vez más y el Granada no mejoraba, con una clara ocasión de Cristian Herrera para empatar.

Todos los relevos fueron prácticamente de hombre por hombre en cuanto a posición ocupada en el campo se refiere, aunque Sergio Ruiz se quedó de pivote casi único, Perea se juntó con Melendo por delante en posición de interior y las bandas se quedaron enteras para los carrileros con Bryan con libertad pero jugando de segundo punta con Jorge Molina. Todo en un 1-5-3-2 con el que acabó el Granada el partido.