El Granada CF firmó este sábado un nuevo capítulo de la historia interminable en el campo del Lugo, donde perdió por 1-0 para prolongar su paupérrima racha como visitante y echar por tierra la posibilidad de asaltar los puestos de ascenso.

El equipo dirigido por Paco López firmó un buen partido en el que volvió a toparse con su falta de gol a domicilio y en el que fueron claves dos acciones del primer tiempo: un golazo descomunal de Loureiro y la expulsión de Miguel Rubio cerca del descanso.

Los rojiblancos, pese a estar con uno menos, siguieron dominando en el segundo tiempo reactivados por Bryan Zaragoza y por un notable Alberto Perea, que rozó en el añadido un gol ya pudo llegar en el primer acto y que evitó el meta del Lugo.

El Granada, como suele ocurrir desde que Paco López está en su banquillo, empezó bastante bien el partido. Saltó al verde decidido a dominar, a mandar y a poner cerca a la meta local.

El recuperado Meseguer comandó las operaciones ofensivas ante un Lugo que bastante tenía con estar ordenado y no dejar huecos ante el ataque de los rojiblancos, que eligieron el negro este sábado en tierras gallegas.

Callejón fue el primero en intentarlo con un chut lejano que se marchó arriba. Transcurrió el choque con dominio visitante, sin motivos para temer, cuando pasó lo que le pasa al Granada fuera de casa esta campaña, que de la nada se topó con un gol en contra.

Una jugada de Ze Roberto por la izquierda acabó con un envió a ningún lado que cazó Loureiro, que llegó al esférico antes que Melendo para empalmar un derechazo desde treinta metros que tomó un vuelo peligroso de fuera hacia adentro para acabar en la red tras tocar levemente Raúl Fernández sin poder desviar su trayectoria.

Era el 1-0 y el Granada tenía que remar otra vez en contra. Fue buena la reacción del equipo, sin variar el guion del choque salvo en su marcador. El empate estuvo en el minuto 17 en las botas de Uzuni, que remató de primeras tras una gran acción colectiva. Paradón de Óscar y cabezazo fuera de Jorge Molina tras cazar el rechace.

Poco después, Uzuni ganó la espalda a la zaga, pero Óscar salió muy lejos de su marco para impedir la cabalgada del albanés.

Un ataque del Granada CF en Lugo

El Lugo estaba medio cómodo defendiendo y tratando de correr, como en una contra en la que Raúl Fernández se anticipó a Señé, instantes antes de que llegara otra clara opción visitante para el 1-1.

Ricard percutió por la derecha, Jorge Molina no acertó a rematar y el poste evitó el gol tras tocar la pelota en la bota de Xavi Torres. Esta vez no apareció ningún visitante para cazar el rechace de la madera.

La sensación, como en Málaga, era que el empate iba acabar llegando cuando se terminó de torcer el duelo al quedarse el Granada en inferioridad numérica. Miguel Rubio, que arrastraba una clara amarilla por una falta a Sebas Moyano, paró un contragolpe local tras una absurda pérdida de balón de Ricard.

La jugada clave

Era el minuto 40 y la acción supuso la segunda amarilla para Rubio, aunque el colegiado de primeras lo expulsó con roja directa y corrigió su decisión tras consultar el monitor del VAR. Rubio protestó alegando que tocó el balón y no al delantero.

De ahí al descanso se reestructuró el Granada con Petrovic de central y no pasó nada en el choque, salvo un cabezazo de Alberto fuera y una acción personal de Jorge Molina que sacó el meta local.

Tocó piezas Paco López en el descanso con la entrada al campo de Cabaco y Alberto Perea por Petrovic y Jorge Molina, lo que llevó al Granada a una especie de valiente 1-4-3-2 en el segundo tiempo.

Pese a estar con uno menos, el Granada tenía claro que empatar será su objetivo mínimo, algo que buscó Alberto Perea con una falta directa que mandó fuera.

La apuesta de los rojiblancos, que mantuvieron tanta posesión de balón como en el primer tiempo, tenía sus riesgos en forma de posibles ataques peligrosos del Lugo, como en un cabezazo de El Hacen que se marchó fuera.

El trío formado en la medular por Meseguer, Melendo y Alberto Perea funcionó bien, pese a que al equipo le costó más pisar el área rival con peligro. Uzuni lo intentó con un chut que acabó en saque de esquina.

La habilidad y la clase de Alberto Perea sacó varias amarillas a jugadores del Lugo, con los visitantes pidiendo alguna roja.

El Granada no encontró rematador en ninguna de las faltas puestas al área por el ex jugador del Cádiz. Tampoco ni Uzuni ni Callejón pudieron rematar un buen centro desde la izquierda de un muy activo Carlos Neva.

Quini y Bryan reemplazaron a Melendo y a Ricard porque pasaban los minutos y no ocurría nada. Y lo que pasó a continuación es que estuvo a punto de llegar el 2-0 a balón parado. Alberto mandó fuera su testarazo en el minuto 85.

La única parada de Óscar en el segundo tiempo fue en el minuto 88 tras un zurdazo lejano de Alberto Perea.

Justo en el 90’, tras varias acciones de mérito por la izquierda de Bryan, Óscar volvió a evitar el empate tras una sensacional jugada individual de Alberto Perea.

Méritos para más y buena imagen, sí; pero otra derrota fuera, y ya son demasiadas, ahora con Paco López en el banco para un equipo que quiere subir. Y más si se cae ante un equipo que está en descenso. En el Anxo Carro, un nuevo capítulo de la historia interminable.