El entrenador del Granada CF, Aitor Karanka, y el seleccionador español de baloncesto, Sergio Scariolo han coincidido en los últimos días, sin saberlo, en una parte de su discurso ante los medios. Y no ha sido al referirse a cuestiones relacionadas con lo táctico o lo técnico, sino a aquello que tiene que ver con la gestión del grupo, con esa otra faceta que requiere de mano izquierda y notables dotes de psicólogo por parte del entrenador.

Scariolo, auténtico MVP del histórico y meritorio oro logrado por España en el Eurobasket, sorprendió a no pocos periodistas cuando este domingo en la conferencia de prensa posterior al triunfo en la final ante Francia comentó que su tarea de jefe del vestuario había resultado mucho más fácil que en otras ocasiones en las que en su plantilla había más ‘estrellas’.

“Siempre se mira por la individualidad, pero nosotros tenemos algo más a nivel colectivo. Sin egos, con generosidad, altruismo y disponibilidad al trabajo. Mi trabajo ha sido bastante más duro en otras ocasiones. Con otras personalidades, fusionando jugadores que tenían que cambiar mucho su rol, aceptar, dejar el ego, dejarse entrenar en un contexto en el que casi nadie estaba feliz del todo. Esto de ahora es hacer baloncesto, con jugadores a los que no ha sido complicado pedirles un esfuerzo más”, explicó el sensacional técnico italiano.

Karanka, consciente de que en el fútbol y el deporte actual la diferencia muchas veces está en lo que no se ve, en intangibles que ni siquiera se pueden entrenar, ha insistido muchas veces incluso desde la pretemporada en la importancia del grupo y en que su principal misión es la correcta gestión del vestuario. Si se permite el símil, el preparador del Granada cuenta con una plantilla en la que están ‘los Hernangomez’ y Rudy, pero también ‘los Gasol’, Ibaka, Mirotic, Llull, Ricky Rubio y hasta ‘el Chacho’.

Una de las claves

Nadie duda ya que el equipo rojiblanco cuenta con, sino la mejor, una de las dos o tres mejores plantillas de Segunda. Obviamente, los jugadores tienen una gran responsabilidad a la hora de que el plantel funcione, pero el capo mayor es el entrenador.

Si no anda el equipo, las miradas van a ir hacia Karanka, y el técnico sabe que para alcanzar el éxito es clave lo que pasa en el día a día dentro el vestuario, que haya un ambiente sano y de unión, y que todos los jugadores sean capaces de remar en la misma dirección, tengan más o menos minutos.

Uno de los grandes admiradores de Sergio Scariolo, el mejor seleccionador español de la historia, es Diego Martínez, el mejor entrenador de la historia del Granada CF. Porque no están reñidos los aprendizajes compartidos entre el fútbol y el baloncesto. Este mismo verano hubo un importante congreso de técnicos de baloncesto organizado por Joan Plaza y el único participante-ponente no relacionado con el mundo de la canasta fue Diego Martínez.

Similitudes

El gallego es, desde hace mucho tiempo, un enamorado de los métodos de entrenamiento y de las capacidades que tiene el transalpino. Admira y aprende de cómo es capaz de sacar el máximo rendimiento a sus jugadores, de cómo interpreta a los rivales y los encuentros para realizar variaciones tácticas y, sobre todo, del liderazgo de Scariolo. Más de uno en estos días ve similitudes, porque las hay y muchas, entre el milagro del ‘EuroGranada’ y el cuento de hadas de la selección española de baloncesto en el Eurobasket.

Karanka demostró ante el Mirandés que ha aprendido de los errores en el desastre de Eibar. Este sábado en el Nuevo Los Cármenes movió piezas con prontitud y acierto cuando era necesario, todo lo contrario a lo que pasó en Ipurua sólo unos días antes. Es de imaginar que será la tónica a partir de ahora.

La otra asignatura en la que tiene que sacar buena nota, como él mismo ha reconocido, es más difícil de ver por parte de los aficionados. Es la relacionada con esa citada gestión de grupo.

Que Cabaco esté al cien por cien pese a no tener minutos en el último choque aunque lo hizo bien en el anterior, que Rochina sume y esté preparado para cuando tenga que jugar pese a que no cuenta ahora con él, que Matías Arezo sepa llevar sus suplencias, que Raúl Fernández tenga claro que llegará su hora, que Víctor Díaz tire del carro aunque haya sido el último jugador de campo con tiempo en el verde… se podría escribir algo de cada uno de los miembros de la plantilla, acostumbrados a ser titulares en todos sus equipos anteriores y que esta temporada verán muchos partidos desde fuera.

Los retos

Uno de los grandes éxitos del Granada de Diego, cuyo primer gran logro fue alcanzar un ascenso a Primera que ahora es una obligación, radicó en su capacidad de liderazgo, en lograr que todos los jugadores fuesen siempre a una y en el mismo camino, ofreciendo un rendimiento mayúsculo y, en muchos casos, por encima de sus propias posibilidades. Esa plantilla alcanzó la matrícula de honor. La actual es muy posible que logre el objetivo si llega al notable, seguramente no le haga falta más.

Liderar, gestionar, motivar, lograr que se queden a un lado los egos, ser capaz de que cada uno entienda, admita, asuma y sepa interpretar su rol, que seguramente cambie a lo largo del curso. Aparte de lo táctico y lo técnico, más allá de acertar en lo eminentemente futbolístico, que también porque sin eso ni siquiera se empieza a levantar el castillo, Karanka sabe que su principal misión al frente de este Granada está muy relacionada con aspectos extradeportivos.