Cuatro cambios, que eran los esperados, introdujo Diego Martínez en Budapest en su once en relación al partido de ida ante el Molde. Fueron la vuelta de Germán, Yangel Herrera y Montoro, los tres jugadores que no pudieron actuar en el Nuevo Los Cármenes por estar sancionados, y la de Vallejo, que fue al final el elegido para ocupar el lateral diestro.

Con esto formó el cuadro rojiblanco en el Estadio Puskas Arena con su habitual 1-4-1-4-1. Advirtió el entrenador gallego en la previa de que la clave era que el Granada fuese lo más fiel posible a sí mismo. Y lo fue, con momentos de mayor o menor lucidez y con el sufrimiento lógico, ese que sólo los ilusos pensaban que no iba a haber. Todo el mundo tenía claro que la clave era marcar. Y también lo fue.

Así jugaron los de Diego Martínez.

Con el tanto de Soldado para finiquitar la eliminatoria, acabar con un valiente, incisivo y buen Molde, y que los nazaríes firmaran su enésima gesta de los últimos meses.

Tranquilidad

La primera parte discurrió por los cauces esperados, con el Granada controlando el choque y tratando de alargar al máximo sus posesiones. Había consignas claras: que los laterales subieran poco, buscar a Kenedy para que desequilibrara y tratar de no perder la posición atrás. Montoro se convirtió, un día más, en el gran canalizador de juego de los rojiblancos y tanto de él como del brasileño partieron las mejores opciones del equipo.

Jorge Molina estuvo combativo.

Revés

El Molde, como en la ida, llevó peligro sobre todo por su banda derecha, con mucha actividad del lateral Pedersen. La presencia de Víctor Díaz y de Antonio Puertas en esa banda no sirvió para frenar las acometidas de los noruegos.

En una de esas llegadas por la derecha, la mala suerte acompañó a Vallejo, que se marcó el 1-0

Todo igual

Sufrió el Granada en el segundo tiempo, pese al trivote de la medular, porque el Molde mandó en esa zona y llegó con relativa facilidad a las inmediaciones de un Rui Silva salvadorun día más.

El cambio

Parecía claro que hacía falta una sustitución para variar el rumbo del choque, pero Diego sólo tocó una tecla: delantero por delantero, Soldado por Jorge Molina. La primera que tuvo el valenciano fue para dentro y ahí se acabó el partido y la eliminatoria.

Acabó el Granada con un 1-4-2-3-1, con Nuhuén de lateral derecho, Eteki y Yangel en doble pivote, Machís en la derecha y Puertas de media punta. Daba igual, también el gol final del Molde. El Granada está en cuartos. Es verdad.